Este es el pueblo más bonito de Málaga al que viajar este mes de abril
El mes de abril es uno de los meses más bonitos de España, principalmente por la entrada de la primavera, el aumento de las horas de luz y sol, y por cómo lucen los campos, plantas y flores en estos momentos. Para cada mes, siempre hay un lugar especial y Málaga cuenta con muchos lugares icónicos, rincones que sorprenden por todo lo que les rodea, el entorno y también su historia. Un claro ejemplo es Parauta.
La Serranía de Ronda, concretamente el Valle del Genal, es un entorno privilegiado, con mil y un pueblos escondidos rodeados por la naturaleza. Entre ellos brilla Parauta, muy pegadito a los también precioso Cartajima e Igualeja, un pueblo que brilla especialmente por su gastronomía en torno a la castaña y que cuenta con uno de los lugares más sorprendentes, una ruta muy especial con un tramo que es inspirador, sorprendente y muy bonito: El Bosque encantado.
Hacia Parauta apuntan precisamente desde 20minutos, que la definen como "una villa de origen morisco situada en pleno valle del Genal, de calles encaladas y frondosa naturaleza que la rodea, y que se combinan con un elemento más: un bosque encantado lleno de figuras mágicas". Y es que el origen morisco sigue presente en sus calles y se puede apreciar. Están empedradas, algo habitual de la época, y recorriéndolas podrás disfrutar de dos de sus plazas, hasta tres fuentes, el impresionante arco de la calle Altillo y una parada imperdible, la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que data del siglo XVI. "También merece la pena contemplar la encina Valdecilla, situada al este del casco urbano. Este árbol de más de tres metros de diámetro y 20 metros de altura es uno de los más antiguos del mundo de su especie", mencionan.
El Bosque Encantado es una pequeña ruta que une los pueblos de Parauta y Cartajima, repleto de esculturas talladas en madera con detalles decorativos en la vegetación, algo excepcional para disfrutar con los más pequeños, pero también para los mayores. El Bosque encantado es parte del trabajo de un vecino de Parauta que es escultor y que lleva casi un par de décadas utilizando elementos naturales que no son útiles para crear bonitas esculturas. Diego Guerrero es el artífice de gran parte de los elementos que adornan el particular tramo de camino rural.
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