El pueblo “perfecto” para desconectar antes de que acabe el verano

La perfección no existe, o eso decían antes de visitar este encantador pueblo de Málaga. Canillas de Aceituno es uno de esos pequeños pueblos blancos de Málaga, en el lado oriental de la provincia, ubicado en las inmediaciones de la Sierra de Tejada, que es catalogado como "perfecto para disfrutar de una escapada veraniega" según el portal de viajes Trendencias. Se trata de uno de los Pueblos Mágicos de España.

"Sus calles siguen un sinuoso trazado que es herencia de la historia de un pueblo con pasado musulmán, pero también romano y fenicio. Además, desde ellas se puede disfrutar de unas increíbles vistas a la comarca de la Axarquía", comentan sobre Canillas de Aceituno, al que se rinde no solo por sus calles y trazado, sino también por toda la naturaleza que abraza a este pequeño pueblo. En su entorno, a pocos metros del casco urbano, encontramos posiblemente una de las grandes rutas de senderismo de Málaga, la que nos lleva a cruzar el puente colgante de Saltillo: "Se trata de una construcción de 50 metros de largo y 78 metros de altura que tiene el objetivo de salvar el río Almanchares, uno de los tres cuyo cauce cruza Canilla del Aceituno".

Evidentemente no pasan por alto uno de los grandes atractivos de Canillas de Aceituno, que no es otro aspecto que su altitud. Recorrer el pueblo en busca de algunos de sus miradores, como lo son el de Blas Infante o el de la Virgen, son una fantástica forma de hacer esa foto panorámica que abrirá ese post en tus redes tras tu visita a este pueblo de Málaga. Dan un apunte más que interesante sobre su gastronomía, donde ponen de manifiesto la necesidad de probar algunos platos como el "chivo lechal, la morcilla y las tortas de aceite".

Otro de los puntos en los alrededores de Canillas de Aceituno que ponen en el foco es la cueva de la Fájara, "una construcción geológica en la que se encuentra un manantial" y que puede ser visitada desde el exterior tras una pequeña ruta desde el pueblo. La cueva posee tres pisos o niveles de cavernamiento, por donde circula un curso de agua y la hace no transitable. El caudal emana por el manantial de la Fájara, que en épocas de lluvias se activa y sifona la totalidad de la cavidad. También señalan la posibilidad de realizar la ruta hasta el nacimiento del río Bermuza: "La recompensa es una cascada que, además de su propia belleza, regala también todo lo necesario para que la flora se expanda por la zona y la fauna campe a sus anchas. Eso sí, nada de bañarse en la cascada porque está prohibido".