Estos son los nueve pueblos de Málaga cuya Semana Santa es Fiesta de Interés Turístico
La Semana Santa de estos pueblos de Málaga están reconocidas como Fiesta de Interés Turístico en la provincia
Las catalogan como las dos mejores procesiones de la Semana Santa de Málaga por la devoción hacia sus imágenes

La Semana Santa es una de las celebraciones más arraigadas y esperadas en la provincia de Málaga, y más allá de las conocidas procesiones de la capital, hay localidades que destacan por la singularidad, la tradición y el valor cultural de sus actos. Nueve pueblos malagueños han conseguido que su Semana Santa o algunas de sus representaciones sean declaradas Fiesta de Interés Turístico por su carácter único. Estas localidades viven esta semana cargada de pasión con una intensidad especial, marcada por la participación vecinal y por rituales heredados de siglos. A continuación, repasamos estas celebraciones singulares que se extienden por toda la provincia, desde el litoral hasta el corazón de la Serranía.
"El Paso" de Cajiz, el más antiguo de Andalucía
En la pedanía de Cajiz, perteneciente a Vélez-Málaga, se conserva una de las tradiciones más antiguas de la Semana Santa andaluza. Se trata de "El Paso", una representación popular de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo que se celebra el Viernes y el Sábado Santo. Más de 250 vecinos participan en las 36 escenas representadas en decorados levantados ex profeso, como el Palacio de Herodes o el Huerto de Getsemaní. La riqueza escenográfica y la implicación de los habitantes hacen de este evento un referente dentro del teatro religioso tradicional.
"El Paso de Riogordo": una representación especial
"El Paso de Riogordo" se ha consolidado como una de las representaciones sacras más importantes de España. Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando se realizaba en el atrio de la iglesia del pueblo. Hoy, este evento convoca a miles de personas en un escenario natural especialmente habilitado, donde más de 500 vecinos dan vida a personajes bíblicos. La representación se divide en dos partes —los hechos y la Pasión— y tiene una duración de más de tres horas. El realismo de escenas como el ahorcamiento de Judas, logrado mediante complejos artilugios, aporta un carácter dramático que lo distingue a nivel internacional.
"La Despedía" de Álora
En el municipio de Álora, situado en el Valle del Guadalhorce, la Semana Santa alcanza uno de sus momentos más emocionantes con "La Despedía". Esta tradición tiene lugar el Viernes Santo en la Plaza Baja del pueblo, donde se produce el simbólico encuentro entre los tronos de Jesús Nazareno y la Virgen de los Dolores. Los portadores, en un gesto solemne y coordinado, arrodillan los tronos en tres ocasiones, un acto de profundo simbolismo que congrega a numerosos asistentes. Esta celebración ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía, y destaca por su intensidad emocional y su capacidad para movilizar a toda la localidad.
Igualeja y su "Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret"
El municipio de Igualeja, en pleno Valle del Genal, también participa en esta red de celebraciones con su representación de la "Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret". Esta escenificación, que tiene lugar el Sábado Santo, es protagonizada por los propios vecinos, quienes preparan durante semanas los textos, el vestuario y la puesta en escena. La implicación colectiva refuerza el carácter simbólico de esta fiesta que se ha convertido en parte esencial de la identidad local.
Cartajima y la tradición de "La Cortesía"
En Cartajima, pueblo enclavado en la Serranía de Ronda, la Semana Santa culmina el Domingo de Resurrección con "La Cortesía". A primera hora de la mañana, se recrea un huerto en las calles del pueblo, donde se deposita la imagen del Niño Jesús. Posteriormente, la Virgen del Rosario sale de la iglesia para encontrarse con su hijo. El momento del reencuentro está cargado de emoción y se celebra con un baile entre madre e hijo que simboliza el júbilo de la Resurrección. Esta celebración centenaria conserva elementos que la hacen única dentro del calendario litúrgico provincial.
"El Paso" de Istán
La Semana Santa en Istán también es especial. Junto a las tradicionales procesiones, el Viernes Santo se celebra "El Paso", una dramatización de la Pasión de Cristo que tiene lugar en el polideportivo del pueblo. Más de un centenar de vecinos participan cada año en esta representación en directo, cuya historia se remonta al siglo XVII. Aunque estuvo interrumpida durante décadas, fue recuperada en 1980 y hoy forma parte fundamental del patrimonio cultural del municipio.
Antequera y su impresionante "Correr la Vega"
Entre las tradiciones más espectaculares de la provincia destaca "Correr la Vega" en Antequera. Se celebra cada Jueves y Viernes Santo y consiste en que los tronos son portados a paso ligero por las empinadas calles de la ciudad, reviviendo el esfuerzo que, según la tradición, hacían los cofrades para llegar a la Ermita de la Veracruz. El momento culminante ocurre el Viernes Santo, cuando tres pasos de la Cofradía del Socorro ascienden por diferentes calles para reunirse en la iglesia de Santa María de Jesús, en medio de un ambiente festivo marcado por el sonido de tambores y campanas.
Arriate y su división entre "cristinos" y "jesuistas"
En Arriate, la Semana Santa tiene una identidad muy marcada gracias a la división simbólica entre "cristinos" y "jesuistas", términos que aluden a las dos cofradías históricas del municipio. El Jueves Santo es el día más solemne, con el tradicional encuentro entre las imágenes de Jesús y la Virgen. Además, Arriate es el único pueblo de la provincia que celebra una procesión el Sábado Santo, el Santo Entierro de Cristo, donde los participantes lucen túnicas moradas y capirotes blancos.
"El Paso" de Benalmádena
Benalmádena ofrece una versión escénica de la Semana Santa con "El Paso", una representación de los últimos días de Jesucristo que tiene lugar en el parque rústico El Retamar. Este espectáculo, que cuenta con más de 100 participantes, combina verso y prosa en un texto del siglo XIX. Entre escenas, se interpretan saetas y se celebran bailes que introducen los distintos momentos de la narrativa religiosa. La mezcla de teatralidad, música y devoción convierte esta representación en un acto destacado dentro del calendario cofrade de la Costa del Sol.
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