Qué ver en Rincón de la Victoria: la ciudad que desafía al Mediterráneo
Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
Mascarillas en ristre, los rinconeros ponen buena cara (tapada) a un verano complicado
Las sorpresas se suceden en una localidad que siempre tiene un as en la manga
Rincón de la Victoria tiene mucho que ofrecer. Cada vez son más los turistas y visitantes que piensan en esta localidad para pasar sus vacaciones.
En una época complicada y llena de retos como la actual, decir esto no es baladí: el litoral rinconero es un lugar seguro que ofrece un espacio donde la covid se tosta y muere bajo los rayos ultravioleta.
Pero Rincón de la Victoria es mucho más que una cuidada y extensa costa: su patrimonio histórico se conjuga con el natural en simbiosis (palabra que nos enseñó Jorge Berrocal). Sólo tenemos que pensar en la evolución de su Cueva del Tesoro, un enclave único en España y Europa.
Una localidad que nos aguarda con los brazos abiertos y que quiere sorprendernos con todo lo que tiene para propios y extraños.
Casa-Fuerte de Bezmiliana
Empezamos fuerte con la Casa-Fuerte de Bezmiliana. Este inmueble es uno de los monumento más emblemático de la localidad. Fue mandado construir en 1766 para complementar la defensa militar existente en la zona y de la que también formaban parte las torres de El Cantal y de Benagalbón.
Hoy en día una de las salas de la Casa-Fuerte de Bezmiliana se utiliza como espacio expositivo y sus paredes albergan periódicamente obras de diferentes.
Torre del Cantal
Localizamos la Torre del Cantal sobre los acantilados de la cala de Rincón de la Victoria, en el llamado Cantal Alto.
Originalmente musulmana -durante el reinado de Yusuf I en el siglo XIV-, y posteriormente cristiana, la planta de esta torre es circular aunque la construcción es de forma troncocónica, con una circunferencia de 23 metros y un alzado de ocho.
Posee también una cámara con bóveda de ladrillo con acceso en alto por el norte, escalera de acceso a la terraza, chimenea y ventana hacia el mar. Esta descripción bien podría colgarse en una web inmobiliaria: sólo nos falta decir "para entrar a vivir".
Desde su posición, a 30 metros sobre el nivel del mar, se vigila una amplia línea costera y las ensenadas donde solían desembarcar las naves enemigas que se dedicaban al pillaje tanto en época musulmana como cristiana.
Parque arqueológico del Mediterráneo
El parque arqueológico del Mediterráneo cuenta, también en la zona de el Cantal, con 90.000 metros cuadrados de superficie. Este parque es una síntesis para conservar el patrimonio prehistórico en conjunción con el uso sociocultural del espacio, de modo que la difusión científica constituye su eje, en el que se ha recuperado la superficie geomorfológico original y la vegetación mediterránea.
Además de contar con diversa flora autóctona, el recinto incluye unos caminos que están delimitados con roca natural, todo ellos destinado a producir el menos impacto medioambiental posible.
También acoge una réplica a escala natural de la pared de la Cueva de la Victoria en la que se han encontrado pinturas rupestres. De hecho, un paseo por este parque es un buen complemento visita a la Cueva del Tesoro.
La Cueva del Tesoro (y el fantasma del suizo)
Situada entre Rincón de la Victoria y la Cala del Moral, la conocida como Cueva del Higuerón o Cueva del Tesoro es una cavidad en la que se han localizado pinturas de motivos animales atribuidos a finales del Paleolítico Superior, pinturas esquemáticas más recientes, y diversos materiales de varios enterramientos neolíticos. Y todo ello a pesar de que en determinados momentos estuvo sumergida bajo el mar.
De hecho, es una cavidad de origen marino, puesto que las distintas galerías que la componen se formaron por el empuje de las corrientes y el oleaje del Mediterráneo. Es la única gruta marina existente en Europa, contándose solo dos más en todo el planeta, en Asia y Centroamérica.
Entre las salas más hermosas de esta gran cavidad marina destaca la Sala de los Lagos, donde pueden verse estalactitas que recubren buena parte de las paredes.
Rincón de la Victoria y la Cala del Moral están unidas por una serie de acantilados en los que encontramos decenas de cuevas, uno de los puntos turísticos más atrayentes de la provincia.
La Cueva del Tesoro es un autentico paraíso arqueológico ya que por ella han pasado diversas civilizaciones: neolíticas, paleolíticas y fenicias. Además de contar con numerosas pinturas rupestres, en sus grutas han aparecido cerámicas y objetos de sílex, como hachas y puntas de flecha. En definitiva, una hilera de más de quinientos metros de galerías y lagos donde fluctúan el misterio, la leyenda de tesoros escondidos, fantasmas errantes y diosas mitológicas.
Así, desde hace siglos existe el mito de que hay un gran tesoro oculto en las profundidades de la gruta. Incluso en determinadas obras de historiadores clásicos de Málaga se habla de la presencia de un espantoso animal que custodiaba dicha fortuna.
Los orígenes de esta leyenda no están claros, pero existen escritos del siglo XVII que nos hablan de tesoros en el entorno, mencionando, entre otras versiones, la existencia de un tesoro oculto por el emperador de los almorávides, Tasufín Ibn Alí, quien en el siglo XII huía de las revueltas de su tierra.
Esto atrajo a la cueva durante décadas a buscadores de riquezas y reliquias. Así, en torno a 1847, un suizo llamado Antonio de la Nari pasó varios años buscando el tesoro, sin resultado, aunque su empeño le llevó a abrir galerías y un pozo a base de barrenos.
Algo fue mal durante una de sus incursiones con explosivos, lo que le acabó costando la vida. Desde entonces, el pozo que excavó y la propia cueva pasaron a llamarse "del Suizo".
Lo extraño del caso se descubrió cuando, tras descubrir su cadáver, muchos de los dueños de las ventas aseguraron haberlo visto comprar comida en días anteriores. No era posible ya que, como aseguraron los forenses, llevaba fallecido bastante tiempo, dada la descomposición del cuerpo. Aún así, los testimonios de personas que lo vieron pasear por el exterior eran abrumadores.
Muchos hablan de que su espectro todavía continúa vagando por los interiores de la Cueva del Tesoro, en su inmortal afán por encontrar lo que durante años anduvo buscando. Incluso, hay quien dice haberlo visto en épocas más actuales deambulando por la zona de Cantales, con su inconfundible barba blanca.
Centro de interpretación de las Cuevas de La Araña
Lejos de historias de fantasmas está este centro que permite entender el pasado prehistórico del litoral rinconero, abarcando desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce, además de visitar los propios yacimientos arqueológicos.
Así, el centro nos enseña cómo nuestros antepasados fabricaban sus herramientas o pintaban en las cuevas.
El complejo está en continuo proceso de trabajo, ya que en su interior hay zonas en las que se realizan excavaciones, aunque está abierto al público, concertando la visita con anterioridad. (Hay que tener en cuenta que la situación con la covid-19 puede haber complicado las visitas).
Museo municipal de Artes y Tradiciones Populares de Benagalbón
El Museo Municipal de Artes y Tradiciones Populares de Benagalbón ha ido recolectando los fondos del museo y montándose en unidades que representan las distintas actividades rurales de la zona y los diferentes espacios de una casa tradicional.
Este espacio ha sido promovido principalmente con el trabajo incasable de Natividad Díaz y se inauguró en 1993. Su labor de recolección de fondos se mantiene aún abierta.
Litoral de Rincón de la Victoria
Si por algo destaca Rincón de la Victoria es por su enorme y cuidado frontal: su precioso litoral, con unas playas dignas de permanecer bajo el sol con la mascarilla en ristre.
El litoral rinconero posee unas playas con buenos servicios y mucho menos masificadas y más tranquilas que las costas de sus localidades vecinas.
En Rincón de la Victoria encontramos, en sus cerca de ocho kilómetros de litoral, las playas de la Cala del Moral, la de Rincón de la Victoria, la de Torre de Benagalbón y la de los Rubios.
En cuanto a sus fondos marinos, destacan los roqueros, los cercanos capitalinos del peñón de La Araña y el peñón del Cuervo, y el rinconero de la Torre del Cantal.
La diversidad de fauna y flora de esta zona marina es el resultado de un acantilado bajo con fondos poco profundos junto a su costa. En ellos encontraremos distintos tipos de moluscos de roca, estrellas de mar y fauna mediterránea característica.
En tierra podemos encontrar la vulnerable planta endémica el Limonium malacitanum. Conocida como siempreviva esta es una planta perenne que se presenta cerca del mar, en los acantilados o sobre roquedos con influencia marina.
Por desgracia, actualmente se encuentra en peligro de extinción, por lo que debemos extremar su cuidado.
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