Qué ver en Torremolinos: el origen de todo
Redescubriendo Málaga tras el coronavirus
Somos lo que somos, y estamos donde estamos, gracias a que esta ciudad abrió camino como un buen hermano mayor
Nunca hemos sido tan libres como libres fueron en el Torroles de los años 60
La culpa de todo no es de Yoko Ono, sino de Torremolinos
Torremolinos es responsable de la epifanía turística de la Costa del Sol. Si hay algún municipio culpable del devenir de este medio siglo largo pegado al turismo, ese es sin duda el antiguo barrio malagueño de Torremolinos.
De villa de pescadores a capital del mundo. Nunca alcanzaremos a agradecer lo suficiente a esta localidad lo que hizo por nosotros en el pasado, y que tiene su eco en el presente: el primer topless, la libertad sexual, los primeros bares para homosexuales, las legendarias y míticas suecas , Ava Gardner, Alfredo Landa, la detención de Frank Sinatra... Todos somos hijos de Torremolinos.
El epicentro del terremoto que sacudió los cimientos de nuestra realidad hasta nuestros días y, que hoy, nos ha proporcionado una perspectiva diáfana para comprender que el turismo no debe ser la única cesta donde poner nuestros huevos.
Mientras, Torremolinos sigue siendo la ciudad que guarda la esencia de una forma de encarar la vida que bien hubiese valido un "no" al Brexit como una catedral de grande.
La plaza Costa del Sol y su Arco de los Besos
La nueva plaza Costa del Sol es el bulevar peatonal renovado de Torremolinos, la gran apuesta de la ciudad por construir una urbe más amable con el viandante.
Un retorno a la modernidad de la que hizo gala la localidad y que apenas cuenta con un año y medio.
Bajo el Arco de los Besos, el paseo ofrece no sólo un camino de paso, sino una plaza recuperada, con obras de arte, sitios donde sentarnos a pensar en nuestras oportunidades perdidas y, en fin, pelar la pava tan ricamente.
Calle San Miguel
La calle San Miguel de Torremolinos es uno de los grandes emblemas de la ciudad. La principal vía torremolinense en la que se concentran numerosos comercios y locales.
Verla vacía durante la época de confinamiento ha sido duro y descorazonador, como el resto de calles de España, pero poco a poco vuelve a atraer propios y extraños.
La calle San Miguel son los Campos Elíseos de Torremolinos.
Parque de la Batería
Según la promoción turística de la localidad, el parque de la Batería es uno de los pulmones de la ciudad. No sabemos si esto es tal que así, pero sí sabemos que es un parque enorme con unas vistas increíbles del Mediterráneo.
Llena de opciones de ocio y diversión, es un lugar perfecto para ir a pasear, desconectar, hacernos selfis poniendo morritos y contemplar la vida pasar.
Ubicado al norte de La Carihuela y junto a la parada de tren de Montemar Alto, el parque de la Batería tiene en su corazón hasta un gran lago artificial donde cansarnos remando en un bote.
Jardín botánico Molino del Inca
Por lo que dicen, casi un millar de especies vegetales se reúnen en este oasis de tranquilidad y naturaleza que es jardín botánico Molino del Inca. Aquí, la verdad sea dicha, nadie se ha parado a contarlas, por lo que podrían ser casi un millar como un billón completo.
Rehabilitado en 2003, este jardín está en el Camino de los Pinares, junto al Molino de Batán y El Pinar de los Manantiales.
Un precioso jardín botánico de más de 40.000 metros cuadrados que ha surgido de uno de los elementos que mejor definen a Torremolinos: los molinos (el nombre no es casual, hermosos).
Torre Pimentel
De hecho, sospechamos que la Torre de Los Molinos, o Torre Pimentel, es la que le da el nombre a la localidad torremolinense.
Situada en pleno casco urbano, en la cuesta del Bajondillo, tiene una forma casi rectangular.
Su entrada original estaba formada por un hueco, cobijado por un dintel curvo de ladrillo, que se abre en el centro de su muro oriental. Este hueco permitía ingresar a una planta que se haya dividida en dos estancias desiguales.
La sala menor tiene una gran ventana que permite vigilar el mar. Mientras, de la habitación mayor arranca una escalera para llegar a la segunda planta y a la terraza.
Aqualand Torremolinos
Torremolinos cuenta con un enorme parque acuático, Aqualand de Torremolinos, que ofrece, cuanto menos, un chapuzón divertido.
Y si lo piensas un segundo, ¿qué mejor día que un día de parque acuático? En ellos hay de todo: desde divertidas piscinas con atracciones que pondrán a prueba tu valor, a rincones tranquilos donde puedes tomar el sol mientras los niños cargan de preocupación a los sufridos socorristas.
Además, en este verano de la covid la seguridad sanitaria está garantizada.
El litoral de Torremolinos
Y en el centro del epicentro del que surgió el turismo de la Costa del Sol, el litoral de Torremolinos. Si sus siete kilómetros de costa pudieran hablar, qué no dirían.
El listado con el que cuenta es bien largo: la Carihuela, el Saltillo, Montemar, el Bajondillo, Playamar, Costa Lago y los Álamos.
De hecho, la playa de los Álamos este año se ha hecho con una bandera azul por su gran calidad.
Ir por la noche a la playa de los Álamos para bailar house en alguno de sus locales nocturnos es una de esas cosas que hay que hacer, aunque sea una vez en la vida y con el fin de sentirnos renacer al salir de la discoteca.
Ubicada entre Playamar (o Costa Lago) y el límite con el municipio de Málaga, siendo la playa más oriental de la localidad, Los Álamos es posiblemente una de las zonas del litoral costasoleño de mayor animación gracias a su enorme oferta de pubs chill out y de ocio nocturno.
De ambiente juvenil, arena fina y dorada y oleaje moderado, Los Álamos tiene una extensión de kilómetro y medio y 60 metros de anchura. Playa semiurbana de amplios espacios y modernos chiringuitos y beach clubs, es ideal para practicar deportes acuáticos como el kitesurf, el windsurf, montar motos de agua...
De fácil acceso, se puede llegar andando, en autobús o en el tren de Cercanías, con paradas en las estaciones de La Colina y Los Álamos, y cuenta con bastantes zonas de aparcamiento.
En algunas guías afirman que Los Álamos tiene una zona nudista, pero no parece que sea así: más bien la que sí admite a usuarios naturistas es su vecina malagueña, la playa de Guadalmar, con la que limita por el este y a la que podemos acceder fácilmente paseando por la arena, siempre y cuando dejemos el bañador y la vergüenza por el camino.
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