Qué ver y dónde comer en Mijas Pueblo
Desde La Farola, a lo largo de las últimas semanas, nos hemos paseado ya por algunos de los municipios más destacados de Málaga con este serial de qué ver y dónde comer. Ronda, Antequera, Nerja y Marbella ya están al descubierto y nuestra siguiente parada es Mijas Pueblo y todo lo que esconde esta localidad tanto a nivel cultural y arquitectónico como a nivel gastronómico, un acierto siempre, sin ahondar en el resto de núcleos poblaciones de Mijas. Fue el destino rural más demandado por los turistas en 2021 y os explica el porqué.
Mijas es uno de los grandes pueblos blancos de la provincia de Málaga, considerado por muchos uno de los más bonitos por su encanto, de calles estrechas, adornos florales y el azul de sus tinajas, te embruja y te atrapa. Mijas Pueblo tiene mucho que ver desde que sale el sol pero sin duda una parada obligatoria para comenzar bien la mañana es un buen lugar para desayunar. Aquí nuestra propuesta es clara, Mango Cafe & Tea Room (avenida del Compás, 18). Dulce o salado, sano o no tanto, desayuno inglés o vegano. La variedad es marca de la casa y un buen café o zumo te dará la energía extra para afrontar este completo día por Mijas.
No podríamos comenzar nuestra visita a Mijas y qué ver en ella en otro lugar que no fuera la Plaza Virgen de la Peña, la plaza central del pueblo donde está uno de sus estatuas más emblemáticas, la del burro de bronce, símbolo de este municipio por su gran historia. La panorámica que ofrece su mirador de toda la costa es simplemente revitalizadora así que no dudes en invertir al menos cinco minutos en relajarte ahí. Hay varios miradores más en la zona, todos con vistas similares.
Tras esto recomendamos que pares en la Ermita de la Virgen de la Peña, la patrona del pueblo –junto a ella hay otro mirado–, con ya cerca de 500 años de historia. Su excavación en la roca le confiere un aspecto sorprendente y el acceso es gratuito durante todo el año. De aquí recomendamos ir al otro extremo del pueblo para ver los restos de la antigua muralla árabe y los jardines de ésta –donde hay otro mirador más–. Muy cerquita está también la pequeña Plaza de Toros de Mijas, también de obligatoria visita, al igual que la Plaza de la Constitución o la Iglesia de la Inmaculada Concepción, que data su construcción de la segunda mitad del siglo XVI.
Llega la hora de comer y uno de los lugares más típicos en el pueblo es sin lugar a dudas El Mirlo Blanco, un restaurante tradicional y castizo regentado por una familia vasca que trae lo mejor del norte, producto de primera calidad, a la mesa mijeña. Los pimientos rellenos son un acierto al igual que el clásico txangurro, las almejas a la marinera o el revuelto de bacalao.
Con las pilas cargadas es hora de poner rumbo a calle Muros, una de las más bonitas e imprescindibles de todo Mijas Pueblo, por su excepcional cuidado de los detalles blanquecina, repleta de vegetación y flores y con el azul como elemento conector. Esperamos que hayas llegado con batería en el móvil porque es hora de hacer unas fotos. No lo guardes muy rápido y espérate a ver también el Callejón de los Gitanos, otro punto ideal para traer una buena postal de tu visita al municipio. Dirígete hasta calle San Sebastián para ver sus tiendas, souvenirs y artesanías del pueblo o bien para tomar un café en el jardín secreto de Aroma Café o un dulce en El Obrador.
Aquí no entendemos el cierre a un gran día sin una buena cena por eso recomendamos la visita a Tomillo Limón, donde el ambiente, las tapas diferentes y originales, y la atención lo convierten en un lugar exquisito, de acierto seguro. Su brioche de ibérico con Pedro Jiménez está de escándalo, así como sus pimientos asados con boniato, el gamón con tomillo limón o sus croquetas. La carta ofrece variedad al gusto para despedir esta visita a Mijas Pueblo.
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