Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Los municipios axárquicos de Arenas y Alcaucín saben del valor cultural y turístico que tienen los castillos que hace un milenio se construyeron en sus tierras. Poco queda de ellos, a pesar de ser vestigios de una riqueza cultural incalculable. Tan poco queda que ni siquiera son de su propiedad. En el caso del primero, el de Bentomiz, pertenece a cuatro vecinos del pueblo; el de Zalia, al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Ahora, sus respectivos ayuntamientos intentan recuperarlos y, una vez en sus manos, negociar con el Ministerio de Fomento para que colabore en la financiación de su rehabilitación, conforme a lo marcado en la Ley de Patrimonio Histórico. La misma contempla la obligación de destinar en los contratos de obras públicas una partida de al menos el 1% a trabajos de conservación o enriquecimiento del patrimonio o al fomento de la creatividad artística.
Al alcalde de Arenas, Francisco Laureano Martín (IU), fue la propia Consejería de Cultura la que le animó a que iniciara las gestiones para recuperar el Castillo de Bentomiz, edificación fechada en el siglo XI y situada sobre una colina, a unos 700 metros de altitud. A pesar de estar protegida como Bien de Interés Cultura (BIC) desde 1985, ha sufrido la pérdida y deterioro de numerosos elementos de la construcción original, a lo que se ha sumado la ejecución de elementos ajenos.
El primer paso que tiene que dar la Administración local pasa por obtener los terrenos en los que se sitúa la antigua fortaleza. Se barajan dos posibilidades. Bien la adquisición de los suelos bien garantizarse un derecho de uso por unos cincuenta años. Para ello, el nuevo gobierno municipal ha remitido una petición de asesoramiento a la Consejería de Cultura. "Una vez tengamos los terrenos, tendremos que negociar con Fomento para que nos destinen una partida de ese 1% cultural. Es un presupuesto grande porque se elaboran en función de todas las infraestructuras que se hacen en España. Queremos estar incluidos en ese programa para poder recuperarlo", explicó Martín, consciente de que "es algo a largo plazo".
"Requiere de mucho tiempo, pero hay que dar los pasos", añadió el regidor, que recordó que las gestiones para la recuperación del Castillo de Bentomiz estaban incluidas en su programa electoral. También el alcalde de Alcaucín, el belga Mario Blancke (Ciudadanos) está empeñado en que el pueblo pueda volver a disfrutar del Castillo de Zalia. "No hay que olvidar de la importancia que tuvo este pueblo, que fue el punto de unión, el lugar de descanso, entre Málaga y Granada cuando la conquista árabe", recordó el mandatario municipal, que también aspira a beneficiarse del 1% cultural que maneja Fomento.
En lo que toca a la recuperación de los terrenos, Alcaucín parece tenerlo más fácil que Arenas, ya que el terrero, según el certificado catastral, es del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Respecto al asesoramiento, cuenta con el del arqueólogo municipal de Vélez, Emilio Martín Córdoba, y el de una empresa especializada en restauración. "Empezamos preparando un proyecto a la Consejería de Cultura para llevar a cabo el desbroce y otras actuaciones para adecentar los restos pero no era posible porque está protegido y requería de levantamientos topográficos y otros informes técnicos", explicó el alcalde, convencido de que ahora van "en buena dirección". "No vamos a dejar es que pasen otros diez años y no tengamos nada; tenemos una torre que está en peligro de desplome", informó.
El Castillo de Zalia es una fortaleza reconstruida por los árabes sobre otra primitiva levantada por los fenicios junto al río del mismo nombre. Fue conquistado por los Reyes Católicos en 1485, y tras la guerra de las Alpujarras se convirtió en prisión-obispado.
Los investigadores llamaron "el último Neandertal" a los restos que se encontraron en el verano de 1988 en el transcurso de unas excavaciones arqueológicas en la Cueva del Boquete de Zafarraya. La mandíbula se encontraba en tan buen estado de conservación que es considerada como una de las mejores piezas halladas en Europa occidental. Con este argumento, el alcalde de Alcaucín, Mario Blancke, trata de sacar adelante el proyecto del Centro de Interpretación del Hombre Neandertal en Alcaucín. Para ello quiere involucrar a la Diputación Provincial. Requeriría de una inversión de 350.000 euros y se haría en dos fases, de forma que en el primer año habría que hacer un desembolso de entre 150.000 y 300.000 euros. "No requiere de mucho gasto porque haríamos una reforma mínima en el Centro de Arte y Desarrollo Popular que ya tenemos. De esta forma le daríamos más uso y podríamos aprovechar la actual sala de proyecciones para contar la historia de los castillos del valle", explicó el regidor, que precisa que en el proyecto también está interviniendo el arqueólogo Martín Córdoba. "Tendríamos que adaptar las infraestructuras porque es necesario adecuar una sala oscura a la que se entraría con unas lentes especiales para poder recrear este cuerpo, cuyos restos se encuentran custodiado en Madrid", dijo el regidor.
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