Los restaurantes de carretera de Málaga que recomiendan desde la Guía Repsol
Hace poco hicimos ya referencia a algunos de los mejores restaurantes de carretera de Málaga según los propios camioneros que lo frecuentan tan a menudo pero ahora nos detenemos a las recomendaciones que hace una de las mejores guías gastronómicas del país, la Guía Repsol, que posa sus ojos en dos diferentes y da sus motivos. Ellos, en un viaje a través de todo el mar Mediterráneo por la autovía, por la A-7 y la AP-7, hacen sus paradas en varios Soletes, dos de ellos malagueños: la Venta García y el Ventorrillo Patas Cortas.
"A pie de la MA-8300, a 10 minutos de la A-7, Venta García, en Casares, trae al siglo XXI el concepto de venta malagueña. Cocina tradicional incluyendo, por ejemplo, tabulé o sorrentinos de calabaza asada", mencionan desde la Guía Repsol sobre esta cocina a pie de carretera en Casares, un lugar con mucho encanto y que ofrece confort y elegancia con una cocina basada en el producto, tradicional, recetas de la zona y de la abuela, entre fogones y donde los sabores recuerdan al pasado en el mejor presente.
Entre su carta se puede encontrar desde un gazpacho de aguacates con tartar de tomate e hierbabuena o una crema de tomate, albahaca y trufa negra para comenzar, una clásica paletilla de cordero asada al aroma de hierbas provenzales para adentrarte en sus carnes, una cazuela de bacalao gratinado con mahonesa de ajo asado para deslizarte entre sus pescados y una tarta de queso con sorbete de frambuesa que quita el sentido para acabar con el postre.
"Y en Casabermeja, también a 10 minutos de la A-7, está el Ventorrillo Patas Cortas que ofrece, entre otras especialidaes, patatas fritas a la leña en una terraza inolvidable. Se trata de una de las ventas más antiguas de la provincia, y es muy apetecible para una escapada", mencionan desde la Guía Repsol de esta venta que ofrece un salto al pasado, adentrándote desde que pasas por el arco de su puerta en otra época.
El lugar ofrece una gastronomía clásica pero diferente, donde los platos de cuchara y la carne a la League son diferenciadores, también las patatas fritas hechas en su calor. Desde un puchero con su pringa a unos callos a la berza pasando por un potaje de habichuelas o un gazpachuelo. Las únicas dos carnes que no preparan a la brasa allí son el chivo y el rabo de toro. Más allá de la comida, que es excepcional, el ambiente invita a repetir siempre.
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