Barranco Blanco.
Barranco Blanco. / Diputación De Málaga

Cuando llega el sol y el calor en Málaga lo que apetece a la hora de ejercitarse con un poco de senderismo es que las rutas sean refrescantes y, si nos apuramos, acuáticas. En este sentido, una de las más importantes e increíbles, donde la naturaleza brilla con luz propia, y que además no es excesiva por su longitud y permite disfrutar de ella a prácticamente todas las personas: hablamos dela Ruta de Barranco Blanco en Coín.

El sendero de Barranco Blanco, en Coín, es uno de los recorridos más breves de Málaga. Sin embargo, si hay un lugar hermoso en la naturaleza de nuestra provincia que aún queda por descubrir, es este: Barranco Blanco. Aquí el río Alaminos brinda refugio a nutrias, barbos, sauces, madreselvas y alimenta nuestras esperanzas de un medio ambiente más protegido, con sus aguas cristalinas, piedras blancas y exuberante vegetación.

El río Alaminos surge de la confluencia de varios arroyos procedentes de Sierra Alpujata, que, al descender desde alturas elevadas y con pendientes pronunciadas, han esculpido el cañón conocido como Barranco Blanco o Tajo Rayo. Este río, alimentado por el acuífero del macizo de Mijas, mantiene un caudal constante y es el principal afluente del río Fuengirola. Este enclave se encuentra dentro de un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), un verdadero paraíso natural ubicado entre Alhaurín el Grande y Coín.

El momento más óptimo para explorar este sendero es julio, preferiblemente durante la semana y en horas tempranas del día porque suele masificarse, muy demandado por malagueños y visitantes de otras provincias. Aunque cualquier día de calor es un buen momento para disfrutar de la ruta de Barranco Blanco. Sin embargo, es importante tener en cuanta cualquier tipo de cierre al público que se pueda dar en la zona, especialmente en los meses más calurosos debido a posibles incendios.

Un tramo de la ruta de Barranco Blanco.
Un tramo de la ruta de Barranco Blanco. / malaga.es

En este sendero, también encontraremos pozas que deberemos cruzar nadando, pero su nivel de dificultad es bastante bajo, por lo que es apto para toda la familia. Además de estos tramos, el camino cuenta con un acceso fácil y nos brinda algunas áreas para nadar, las cuales, como es habitual, deben ser disfrutadas con precaución. La combinación entre el blanco de las rocas calizas y el verde intenso de la vegetación agrega belleza al entorno, que sirve como hábitat para diversas especies protegidas.

Cascadas y lagunas de aguas transparentes son parte de este accesible recorrido que termina en el conocido charco del Infierno. Este lugar, con un nombre que podría haber salido de una novela de fantasía, es un rincón encantador donde se encuentra una cascada doble. Algunos nadadores se animan a lanzarse desde un saliente ubicado a seis metros de altura, pero no aconsejamos hacerlo y extremar toda precaución.

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