Una ruta de senderismo hacia uno de los pico más increíbles de Málaga: La Concha

Una de las imágenes más emblemáticas de Marbella, más allá del cada vez menos abarrotado Puerto Banús con sus coches de lujo, es la imponente Sierra Blanca, coronada por el pico de La Concha, uno de esos paisajes imposibles de Málaga. Desde sus más de 1.200 metros de altura, este pico parece desafiar al Mediterráneo con su imponente presencia. Sierra Blanca, cuyo nombre proviene de la escasa vegetación que cubre sus grises rocas calizas, es un macizo montañoso que forma parte de la cadena de sierras cercanas al litoral. Se extiende entre la Costa del Sol y la Sierra de las Nieves, abarcando los municipios de Istán, Ojén, Marbella y Monda.

A pocos kilómetros de Marbella, las estribaciones de esta sierra conforman una pequeña barrera montañosa con la peculiar forma de la valva estriada de un molusco. La Concha, con su aspecto de gigante angular, se destaca entre las suaves y onduladas colinas del litoral. El pico de La Concha es el segundo más alto de la sierra, después del pico del Lastonar. En sus alrededores también se encuentran otras cumbres notables, como el cerro de la Zarina y la Cruz de Juanar.

Una de las rutas más recomendadas para ascender a este pico es la que conecta Marbella con Ojén. El pico de La Concha ofrece un mirador inigualable, único en la provincia de Málaga, desde el cual es posible observar Marbella en toda su extensión desde las alturas (especialmente si se dispone de unos buenos prismáticos), e incluso divisar las costas de Marruecos en días despejados.

Hacia el interior, La Concha revela un entramado de valles y montañas que se extienden en todas direcciones, ofreciendo un paisaje tan vasto como impresionante. En torno a Sierra Blanca se encuentran extensos bosques que incluyen castaños, cerezos, pinsapos, olivos, helechos, y varias especies de pinos, como el carrasco, piñonero, insigne y resinero.

La fauna que habita en la sierra es igualmente variada, con especies como águilas reales, perdiceras, culebreras, azores, halcones peregrinos, buitres leonados, así como mamíferos como ginetas, tejones, cabras monteses, corzos, garduñas, zorros, jabalíes y conejos. Las vistas desde La Concha son, sin duda, excepcionales. No solo se puede admirar la Costa del Sol y sus playas, sino también los municipios circundantes. En días despejados y con viento de poniente, es posible divisar Gibraltar, la costa africana y, en el horizonte, la cordillera del Atlas.