El secreto que Málaga esconde y que probablemente no conocías
España guarda numerosos enigmas, con rincones maravillosos que aún no han recibido la atención que merecen. Son auténticos tesoros ocultos esperando ser descubiertos por aquellos afortunados pocos que los han experimentado. No es necesario aventurarse más allá de nuestras fronteras para encontrar todo lo que la vida puede ofrecer. Esta España rica y diversa tiene tanto que ofrecer. La prestigiosa revista Condé Nast Traveler resaltaba en su día estos tesoros escondidos en un mapa de la España menos conocida, destacando 35 lugares por explorar, uno de los cuales se encuentra en la provincia de Málaga.
"Porque todavía no lo conocemos todo; porque lo sorprendente y secreto sigue estando ahí, esperando a ser descubierto", mencionan antes de destacar los 35 destinos desconocidos que merecen una visita obligatoria, se nos advierte sobre su existencia. En España, abundan estas fascinantes localidades, auténticos tesoros escondidos que aguardan ser descubiertos. Málaga alberga una de estas joyas esperando ser explorada por todos: estamos hablando de la encantadora aldea recobrada conocida como El Acebuchal.
En el vigésimo octavo lugar, no como una clasificación, sino para enumerar minuciosamente cada rincón de la España menos conocida, encontramos a El Acebuchal, "la aldea que volvió a la vida". Desde Traveler detallan que es una "aldea andaluza abandonada que hoy es un paraíso rural" y que "aparece de un blanco límpido tras la curva, recortado en medio del abigarrado bosque de pinos que conforma el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama".
La verdad es que El Acebuchal permaneció deshabitado durante casi medio siglo. Después de un olvido que se extendió a lo largo de 49 años, las familias que solían residir en este peculiar enclave tomaron la decisión de regresar para recuperar su historia y darle una nueva identidad a la aldea. Hoy en día, se ha transformado en un destino rural cada vez más popular para aquellos que buscan descansar y conectarse con la naturaleza. Aunque se encuentra dentro de los límites de Cómpeta, la entrada más accesible se halla a unos ocho kilómetros a través de Frigiliana, otro paraíso de la zona.
Después de su cuidadosa restauración, El Acebuchal se ha convertido en un destino perfecto para aquellos que anhelan unas vacaciones serenas. A pesar de la ausencia de cobertura móvil, ofrece conexión wifi, lo que permite una completa desconexión de la rutina diaria. Además, el lugar cuenta con su propio bar-restaurante, donde se sirven platos tradicionales con más de 70 años de historia, como carnes de caza y de corral, pan casero y deliciosos postres y tartas, y está reconocido incluso por la Guía RepsolGuíaRepsol en su categoría 'recomendado'.
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