El ‘Stonehenge’ andaluz está en Málaga y tiene 6.500 años
Los dólmenes de Menga y Viera y el Tholos de El Romeral son testimonio del pasado, reliquias en territorio antequerano
Málaga cuenta con una de las 33 maravillas naturales únicas de España
Para quienes sueñan con visitar un monumento megalítico como Stonehenge, pero desean encontrar maravillas más cercanas, Málaga ofrece una alternativa espectacular: los Dólmenes de Antequera. Este conjunto arqueológico, Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2016, es un tesoro único del megalitismo europeo, que combina arquitectura prehistórica, historia y un entorno natural de gran belleza.
El Conjunto Arqueológico de los Dólmenes de Antequera está formado por tres monumentos principales: los dólmenes de Menga y Viera, situados a escasos metros uno del otro, y el Tholos de El Romeral, a unos cuatro kilómetros de distancia. Estas estructuras, construidas entre el Neolítico y la Edad del Bronce, son testimonio de una arquitectura monumental que data de hace más de 6.500 años.
Los megalitos se levantaron utilizando enormes bloques de piedra, denominados ortostatos, dispuestos para formar cámaras funerarias o rituales. Estas construcciones no solo servían como tumbas, sino también como espacios para ceremonias vinculadas a la fertilidad y al culto a los ancestros. En este sentido, los Dólmenes de Antequera trascienden su función arquitectónica, convirtiéndose en depósitos de identidad cultural y testigos del arraigo de las comunidades en el territorio.
El majestuoso Dolmen de Menga
El Dolmen de Menga, el más antiguo y monumental del conjunto, data de hace aproximadamente 6.000 años. Se considera una obra maestra de la arquitectura prehistórica, destacando por sus gigantescas losas de piedra y por un diseño que incluye un pozo estrecho y profundo en el fondo de su cámara funeraria, una característica única en su tipo.
Lo que realmente diferencia a Menga de otros dólmenes europeos es su orientación hacia la Peña de los Enamorados, una formación rocosa antropomorfa cargada de simbolismo. Este vínculo con el paisaje lo convierte en el único dolmen continental que no sigue patrones astronómicos, sino geográficos.
Con una longitud de 27,5 metros y un túmulo de 50 metros de diámetro, Menga representa el esfuerzo titánico de las comunidades prehistóricas que movilizaron piedras de hasta 180 toneladas para construirlo.
El enigmático Dolmen de Viera
El Dolmen de Viera, más reciente que Menga, fue construido entre el 3510 y el 3020 a.C. Este sepulcro de corredor está orientado a los equinoccios, lo que permite que los rayos del sol iluminen su cámara funeraria durante el amanecer de primavera y otoño, un fenómeno que aún puede contemplarse con reserva previa.
A pesar de ser conocido inicialmente como "Cueva Chica" por comparación con Menga, Viera impresiona por la precisión en el corte de sus bloques de piedra, provenientes de una cantera situada a unos 500 metros.
El singular Tholos de El Romeral
El Romeral, construido entre el 3000 y el 2200 a.C., destaca por su diseño de falsa cúpula, técnica lograda mediante la aproximación de hiladas de piedra. Esta estructura cuenta con dos cámaras funerarias de planta circular y se encuentra orientada hacia El Torcal, un impresionante paraje natural que también forma parte del sitio declarado Patrimonio Mundial.
El Romeral es único en la Península Ibérica por su orientación hacia la mitad occidental del cielo. Durante el mediodía del solsticio de invierno, un rayo de luz solar penetra hasta su segunda cámara funeraria, ofreciendo un espectáculo de conexión entre arquitectura y naturaleza.
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