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El paso del tiempo no perdona, y con él, todo evoluciona. En una época pasada, los cortijos y fincas dominaban gran parte de los extensos paisajes de la provincia de Málaga, sirviendo como el corazón económico de muchas familias, centradas en el trabajo agrícola. Aunque algunos de estos enclaves aún mantienen su esencia original, otros han sido reinventados, adaptándose a los nuevos tiempos y convirtiéndose en auténticos refugios de descanso, hoteles de lujo en el que prima el confort. A continuación, repasamos tres grandes ejemplos y cómo se transformaron de cortijos y fincas a exclusivos hoteles, combinando tradición, lujo y sostenibilidad.
En Casares, cerca de Estepona y Marbella, se encuentra Finca Cortesin, un exclusivo complejo que combina lujo, tradición y modernidad. Con una extensión de 215 hectáreas, este enclave de alto nivel cuenta con un hotel de cinco estrellas que alberga 67 suites amplias y luminosas, inspiradas en la arquitectura clásica andaluza.
Finca Cortesin no solo destaca por su elegancia, sino también por su amplia oferta de servicios. Incluye un campo de golf de renombre internacional (escenario de la Solheim Cup 2023), un spa de 2.200 metros cuadrados con tratamientos orientales, instalaciones deportivas para tenis y pádel, un club de playa, y una exclusiva galería comercial. Este lujoso complejo redefine la hospitalidad en la Costa del Sol, ofreciendo a sus visitantes una experiencia inolvidable en un entorno de ensueño.
Situado en Canillas de Aceituno, en pleno corazón de la Axarquía, el hotel El Carligto es el resultado de la transformación de un antiguo cortijo en una villa que combina el estilo rústico con un toque de elegancia contemporánea. Este exclusivo alojamiento, enclavado en una colina con vistas espectaculares al este de la provincia, ofrece una experiencia íntima para un máximo de ocho personas.
El Carligto cuenta con cuatro habitaciones dobles, dos de ellas diseñadas como suites que incluyen baños de estilo hamman, terrazas privadas y duchas exteriores. Sus jardines y huertos rodean la propiedad, que abarca unas 3,5 hectáreas. Su piscina al aire libre regala panorámicas únicas de la Axarquía, con el mar Mediterráneo como telón de fondo. Además, este hotel ofrece actividades que van desde catas de vino hasta rutas guiadas y cursos de cocina para quienes buscan una experiencia gastronómica inmersiva.
La Finca La Donaira se encuentra en Ronda y ha pasado de ser una finca tradicional a transformarse en un refugio ecológico de lujo. Este enclave cuenta con su propia granja orgánica y ofrece una experiencia única en plena naturaleza, con vistas espectaculares al Parque Natural de Grazalema. Entre sus servicios destacan un spa, actividades de yoga, meditación y equitación, todo ello en un entorno sostenible donde prima la gastronomía de temporada. Con una extensión de aproximadamente 250 hectáreas, LaDonaira alberga únicamente nueve habitaciones, garantizando a sus huéspedes una experiencia de tranquilidad, privacidad y confort en un entorno incomparable.
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