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José Antonio Carrizosa
¿Merece la pena?
En el corazón del Valle del Guadalhorce, en Málaga, se cultiva una joya gastronómica que ha trascendido fronteras: el tomate Huevo de Toro. Esta variedad, considerada una reliquia hortícola, destaca no solo por su sabor inigualable y tamaño, sino también por su impacto en la revitalización de la agricultura local. Con un precio que puede alcanzar cifras sorprendentes, este tomate se ha convertido en un símbolo de calidad, tradición y sostenibilidad.
El tomate Huevo de Toro es fácilmente reconocible por su gran tamaño, que puede superar el kilogramo, su intenso color rojo, fruto de su elevado contenido en licopeno, y su peculiar forma multilobular. Su textura carnosa, con pocas semillas y una piel extremadamente fina, lo convierten en una experiencia sensorial única. El equilibrio perfecto entre acidez y dulzura, sumado a su cremosidad, ha conquistado a los paladares más exigentes, desde hogares tradicionales hasta restaurantes con estrellas Michelin.
Sin embargo, esta excelencia tiene un precio. Su fragilidad durante la recolección y el transporte limita su distribución a mercados locales, encareciendo su valor en comparación con otras variedades. En origen, su precio ronda los tres euros por kilo, pero en mercados gourmet de la zona puede duplicarse, llegando a cinco o seis euros. En ocasiones, una sola pieza de este tomate puede alcanzar ese precio debido a su tamaño.
El cultivo del HuevodeToro requiere un arduo trabajo manual, desde la poda y el entutorado hasta el destallado. Además, se cultiva al aire libre, lo que lo hace altamente dependiente de las condiciones climáticas. Estos métodos tradicionales, lejos de ser un inconveniente, refuerzan el compromiso con la sostenibilidad y la agricultura de calidad en la región.
Organizaciones como la Asociación de Productores/as de Tomate Huevo de Toro trabajan para proteger y promocionar esta variedad, garantizando su valor en el mercado y fomentando el comercio justo. Durante años, el tomate Huevo de Toro estuvo cerca de desaparecer. Los agricultores preferían variedades más resistentes y rentables, como el tomate pera. Sin embargo, la apuesta por su recuperación ha sido un éxito rotundo. Hoy, esta variedad no solo está lejos de la extinción, sino que es celebrada como un tesoro culinario.
El mercado agroalimentario del Guadalhorce en Coín organiza anualmente el Mercado Huevo de Toro, donde se subastan los mejores ejemplares de la temporada. En 2024, los tomates ganadores, cultivados por Loli Mena, alcanzaron un precio récord de 6.000 euros en una subasta histórica. Este evento no solo pone en valor la calidad del producto, sino que también refuerza la identidad cultural y económica de la región. El tomate Huevo de Toro es más que una hortaliza; es un emblema de la gastronomía malagueña. Desde su inclusión en platos de alta cocina hasta su protagonismo en recetas tradicionales, este tomate simboliza la conexión entre el campo y la mesa.
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