Estos son los dos únicos pueblos de Málaga que aparecen en la lista de los 100 más bonitos de España
100, ni uno más ni uno menos, esos son los pueblos que conforman la lista de los 100 más bonitos de España que ha conformado la prestigiosa revista Viajes National Geographic. Su gabinete de expertos se han recorrido España de cabo a rabo, de norte a sur y de este a oeste, cada rincón de la península y cada roca de sus islas en un gesto para "reivindicar el papel protagonista de la España rural". Pueblos que son un auténtico secreto para muchos, de esos bien guardados, otros que son muy peculiares o simplemente curiosos, pero todos con sus particularidades que los hacen simplemente bellos. Entre ellos, dos pueblos de Málaga aparecen: Casares y Frigiliana.
En el puesto número 61, aunque sin seguir ningún ránking sino simplemente orientativo, aparece Frigiliana, acostumbrada ya a estos piropos, pero que parecen que nunca son suficientes: "Tierra de luz radiante y suelo fértil, la Axarquía se extiende en el oriente de la provincia de Málaga, entre el Mediterráneo y las sierra de Alhama, Tejeda y Almijara. Sus lomas están salpicadas de luminosos pueblos blancos y en ellas crecen la vid, el olivo y el almendro, junto a especies tropicales como la chirimoya, el mango y el aguacate introducidos en las últimas décadas. La generosidad de este territorio hizo que en él se asentaran diversas culturas a lo largo de la historia. El pueblo de Frigiliana se aferra a un cerro donde se confunden los restos de un castillo erigido en el siglo IX".
Entre los puntos que destacan del municipio están la iglesia de San Antonio, del que destacan su "campanario, por ser el alminar de una anterior mezquita", así como el barrio de El Barribarto, del que mencionan que es el "núcleo antiguo, invita a pasear por calles de paredes encaladas adornadas con tiestos de flores, mientras se descubren escalinatas, pasadizos y patios escondidos, y rincones con azulejos que narran historias y leyendas locales".
Y hay que irse hasta el número 92, llegando al final, para dar con Casares, un "coqueto pueblo blanco malagueño es la cuna del andalucismo, pues fue el lugar de nacimiento del político, ideólogo y escritor Blas Infante en 1885". Mencionan de él que "por sus estrechas y serpenteantes cuestas centenarias, además de llegar al hogar donde el personaje pasó sus primeros años, se sube hasta el castillo de Casares", uno de las ubicaciones indispensables: "Coronando lo alto de la colina, esta fortaleza construida por los árabes en el siglo XIII fue creada como bastión defensivo del reino nazarí. Sus murallas, que delimitaban la extensión de Casares, son uno de los pocos vestigios que se conservan en pie, así como alguna torre del alcázar y dos imponentes arcos –el de la Villa y el de Arrabal–, que servían de acceso al castillo".
Además, ponen en el punto de mira a la iglesia de la Encarnación, de la que alardean: "Presume de campanario de influencia mudéjar, el templo parroquial de San Sebastián, en cuyo interior descansa la imagen de Nuestra Señora Del Rosario Del Campo –patrona de Casares– y la pintoresca ermita de Veracruz son otros de los atractivos del pueblo". Por último, hablan de sus eternos miradores, "desde donde se obtiene una panorámica teñida de cal que embelesa por la disposición de sus casas como terrones de azúcar apilado".
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