Consideran a este vino malagueño el mejor para acompañar a unos buenos espetos
Cuando no se es un entendido –y este que escribe estas líneas no lo es–, dar con el vino idóneo para según qué plato se antoja una tarea titánica, normalmente resuelta por algún buen samaritano al que encuentras navegando por Google. Dar con la persona que entiende, domina y comprende el mundo vinícola abre un abanico de oportunidades no sólo para nuestro paladar, sino también para nuestro olfato y mente. Si hay un plato más tradicional en la basta gastronomía malagueña que el espeto, que venga alguien y me lo diga, ya sabemos cuál es el vino que casa perfecto con él.
Un buen maridaje convierte una gran comida en una excelente, da ese saltito de calidad que hace del disfrute religión, y es por ello importante conocer y entenderlo, al menos prestar atención. El diario 20minutos ha realizado un estudio a través de diversos expertos, en los que da con los mejores maridajes para según qué platos y pone atención a los espetos.
"Con permiso de las almejas, las sardinas son un pescado azul que adquiere su estado óptimo en los meses sin erre, con una perfecta infiltración de grasa que hace que, si se prepara con mimo, cada bocado sea jugoso y sublime", dicen sobre los espetos, el gran icono de nuestra gastronomía al que acompañan, cómo no, con un vino con ADN malagueño, concretamente de la Axarquía, de Viñedos Verticales.
"Para acompañarlo, la propuesta de Bodeboca es La Raspa 2021, un coupage de la Axarquía malagueña perfecto para limpiar sabores tan intensos", descubren desde 20minutos, señalando La Raspa 2021 como el vino ideal para acompañar a los espetos: "Se trata de un blanco seco muy fragante que, gracias a la facilidad con la que se bebe y a su diseño, promete convertirse en toda una revelación estival".
Sobre él, dicen desde Viñedos Verticales que es su "vino de comarca" y que sus uvas son de las más jóvenes y de vías de más de 600 metros de altitud con dos variedades, la uva Moscatel de Alejandría –sin duda la reina de la Axarquía– y la Doradilla –otra autóctona de Málaga, con muy poca superficie plantada–. Sobre su elaboración destacan que se "fermenta cada una de las variedades por separado, de manera espontánea y en pequeños depósitos de acero" y que "una vez finalizada la fermentación se ensambla y se cría durante 5 meses en trujales de hormigón sobre sus lías".
Sobre la bodega de Viñedos Verticales, en Moclinejo y obra de dos buenos amigos como son Juan Muñoz y Vicente Inat, que aportan cada uno de ellos la tradición vitivinícola de su familia y su experiencia como bodeguero –en el caso de Muñoz– y el conocimiento enológico adquirido en diferentes –por Inat–. Además de La Raspa blanco, tienen también La Raspa tinto, Filitas y Lutitas, Magnético, El Camaleón y Noctiluca.
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