Mi 11-M en el puerto de Málaga

LA MAR DE HISTORIAS

Mientras la radio del vehículo daba información sobre aquella atrocidad, el conductor, desconcertado como yo por lo que había ocurrido me preguntó cuál era el motivo de mi visita al barco

El ‘Island Escape’

Malas cifras cruceristas para marzo en el puerto de Málaga

'Costa Fortuna' en Málaga el 11 de marzo de 2004. / J. C. Cilveti

Málaga/Tras celebrase en la jornada de ayer 11 de marzo el bicentenario del más atroz atentado sufrido en España, hoy, quiero contarles cómo viví aquel triste día en el puerto de Málaga. Tras concertar varias semanas atrás de aquella fecha una visita al buque de crucero Costa Fortuna que desde diciembre de 2003 estaba realizando una campaña en aguas malacitanas, el conocimiento aquel día del atentado, inicialmente frenó mi intención de acudir a la cita prevista. Después de pensarlo de una forma concienzuda, finalmente decidí atender a la invitación prevista para las nueve de la mañana. Y aunque desde siempre mis desplazamientos portuarios los he realizado a pie, en aquella ocasión, debido al tiempo perdido pensando si debía o no asistir, decidí coger un taxi que me llevará al muelle de levante, el lugar donde se encontraba atracado el buque de Costa Cruceros.

De camino, mientras la radio del vehículo daba información sobre aquella atrocidad, el conductor, desconcertado como yo por lo que había ocurrido me preguntó cuál era el motivo de mi visita al barco. Tras responderle y comentarle que la jornada no era la más propia para visitar un barco de turistas llegamos al muelle de levante por el que circulaban algunos autocares. A pocos metros de la escala del Costa Fortuna, aquel taxista que no quiso cobrarme la carrera se despidió de mí deseándome un buen día; un gesto, el de no querer que le pagara, que me aún hoy me sorprende y al que no le encuentro una explicación.

Ya a bordo del barco, un tripulante me acompañó a la recepción donde me explicaron que tenía vía libre para realizar un free tour, un recorrido en solitario de no más dos horas que terminaría en el puente de mando donde el capitán me esperaba para saludarme. Tras realizar una larga y completa visita, ya de vuelta en la recepción, la asistente que me había atendido me explicó que la reunión con el capitán había sido suspendida debido al lo ajetreado del día. Después de entregar unas fotos de la primera escala malagueña del Costa Fortuna en diciembre de 2023 que llevaba para obsequiar al capitán, desembarqué y, andando por los muelles, volví a la realidad de una aterradora jornada; la de aquel 11 de marzo.

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