Tecla Lumbreras, la voz combativa y agitadora de la cultura en la UMA
8M | Día de la Mujer
La vicerrectora de Cultura de la UMA lleva dinamizando el panorama cultural malagueño desde los años 80
Siempre tuvo clara su independencia como mujer
Una brecha que se mantiene en el tiempo
Málaga/Su madre, una mujer de ascendencia alemana, “muy moderna y muy creativa”, tuvo nueve hijos. Seis de ellos fueron mujeres y siempre las animó a estudiar, a tener una carrera y, con ella, independencia. Así que Tecla Lumbreras, actual vicerrectora de Cultura de la UMA, y sus hermanas, a pesar de pertenecer a una época en la que las mujeres no podían tener ni una cuenta bancaria a su nombre, tomaron sus consejos muy en serio. También tuvieron el apoyo de su padre, consignatario de buques en el puerto de Málaga.
“Desde pequeña fui muy combativa, nos criamos como una tribu y tenía que luchar para hacerme valer”, afirma. En la cultura y el arte encontró su camino. “Mi padre era un gran lector, tenía una gran biblioteca, escribía poesía, pintaba y a mi madre le gustaba mucho la decoración, tenía muchos cuadros”, recuerda.
Estudió Filosofía y Letras y hubiera querido hacer Literatura como especialidad, pero hizo en la UMA Historia del Arte. Cuando terminó se fue a París para 15 días y se quedó dos años. “Fue la mejor universidad informal que he tenido”, confiesa.
Su pareja de la facultad era músico y, si bien comenzaron limpiando en una casa de subastas y una productora de cine de serie B, el metro de París se convirtió en el lugar ideal para ganarse unos francos. “Yo pasaba el platillo”, dice la actual vicerrectora de Cultura de la UMA. “La vida da muchas vueltas, cuando uno tiene una pasión hay que perseguirla”, recomienda.
Después quiso mudarse a Nueva York pero regresó a Málaga y comenzó su carrera profesional en el Taller 7/10 de artistas grabadores, donde montó una sala de exposiciones. Más tarde, en los 80, María Eugenia Candau y José Ignacio Díaz Pardo le ofrecieron llevar la galería del Colegio de Arquitectos de Málaga y Tecla supo darle la vuelta.
Durante una década lo convirtió en el espacio cultural más moderno y activo de la ciudad. “Trajimos muchos artistas de Madrid, colectivos holandeses, daneses, cubanos, hicimos muestras de fisioculturismo, maquillaje y tatuaje, que fue un escándalo, llevamos a la sala un bar mítico de Torremolinos, con la arena del Bajondillo y todo...”, apunta.
La crisis de la construcción acabó con esa etapa pero se abrió otra en el Hotel Larios. Los saraos que organizaban eran memorables. La galería La buena estrella que montó con Inmaculada Jabato en el Málaga Plaza fue el siguiente proyecto y tras el, la Facultad de Ciencias de la Comunicación, donde consiguió una plaza como profesora.
A ella volvió tras ser durante cuatro años directora del Área de Cultura de la Diputación Provincial. Además de organizar exposiciones y cientos de actividades, enfocó su labor al incremento de la colección comprando a galerías andaluzas.
El rector de la UMA, José Ángel Narváez, le ofreció el vicerrectorado de Cultura hace un lustro y montó el Contenedor Cultural con el que “estamos arrasando”, dice. “Hemos conseguido algo muy importante, llegar al público joven, al público del futuro”, comenta esta mujer que siempre ha luchado “por no ponerme limitaciones ni considerarme de menos”.
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