La directora del Thyssen, Lourdes Moreno, una de las pocas en la cúspide de los museos
8M | Día de la Mujer
Lourdes Moreno dirige desde 2011 una de las principales pinacotecas de Málaga, el Museo Carmen Thyssen
En la colección permanente del centro no hay ninguna obra de autoría femenina
Una brecha que se mantiene en el tiempo
Málaga/Cursó Historia del Arte en la Universidad de Málaga y muy pronto comenzó a trabajar en la Fundación Picasso Casa Natal. Lourdes Moreno permaneció 22 años en la institución, primero como responsable de las colecciones de la Casa Natal, adquiriendo fondos como el Cuaderno de las Señoritas de Avignon. Luego, como directora gerente durante seis años.
En 2011 se produjo una convocatoria pública para la dirección del Museo Carmen Thyssen, que se inauguró el 24 de marzo de 2011. Quedó en segundo lugar y cuando su predecesora renunció, en tan solo unos meses, Moreno asumió el cargo en el que ha desarrollado su trabajo durante la última década.
“Hace ya 33 años que me dedico al arte y la sociedad ha evolucionado mucho, aunque hay que seguir trabajando en esa dirección”, cometa Moreno. “Cuando empecé las mujeres en puestos de dirección en los museos eran escasísimas, hoy siguen siendo muy pocas, teniendo en cuenta que la mayorías de los equipos de trabajo suelen estar formados por mujeres”, agrega.
En su experiencia personal, “la dificultad más grande que me he encontrado ha sido la de conciliar mi vida familiar con la especial dedicación que supone un puesto de responsabilidad”, indica la directora del Museo Carmen Thyssen Málaga.
“Hace unos años la sociedad no estaba tan concienciada con eso de compartir las responsabilidades domésticas. Y eso es una cuestión de educación. Es un proceso a largo plazo y los museos tienen un importante papel a la hora de potenciar la reflexión sobre este asunto”, subraya.
Tampoco las mujeres han tenido fácil su acceso al arte. La colección de la pinacoteca que dirige, por ejemplo, no tiene ningún cuadro realizado por una pintora. “Una de las características de las mujeres artistas del pasado es que, casi todas, fueron hijas o tuvieron relación familiar con el taller. En el siglo XIX y principios del XX, además se añadió tener una conexión cercana y personal con una personalidad artística.
De esta manera estas mujeres podían acceder a una formación artística que, en otras circunstancias, hubiera sido imposible. Este es el caso de Marietta Robusti, hija de Tintoretto, Lavinia Fontana, Artemisia Gentileshi, o Angélica Kauffman”, relata Moreno. En El Prado solo diez obras están firmadas por mujeres.
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