Silvia Mérida, la malagueña a la que el fútbol le ha devuelto a la ciudad
8M | Día de la Mujer
La jugadora siente que le están allanando el camino a las futuras futbolistas
Una brecha que se mantiene en el tiempo
Málaga/Silvia Mérida nació en Benalmádena en 1998 y asegura que no recuerda su vida sin haber estado pegada al balón. “Jugaba al fútbol en el recreo y era la única niña, pero a mi me daba igual porque estaba con mis amigos”, indica. A los 16 años dejó la ciudad para jugar en segunda división de honor en el Madrid CFF y en el Atlético Madrid B. En esta etapa se proclamó subcampeona del mundo con la selección sub17 y subcampeona de Europa.
En el año 2017 regresó a Andalucía para jugar en primera división con el Sporting de Huelva y la siguiente temporada se trasladó al norte para formar filas en el RC Deportivo La Coruña. Mérida recuerda esta etapa con orgullo, ya que consiguieron el ascenso en la temporada 2019-20. Al año siguiente vivió la misma experiencia cuando su equipo, en este caso el Deportivo Alavés, subió a primera división. La defensa central ha vuelto a casa esta temporada para jugar en el Málaga C.F., que ahora mismo se sitúa en el primer puesto de la segunda división con dos empates y 18 victorias.
La jugadora explica que los primeros años fueron difíciles para ella, “echaba de menos a mi familia y cuando estás fuera de casa y no te salen las cosas en el plano profesional es frustrante”, explica la jugadora quien se planteó dejar el fútbol, aunque ahora aspirar a poder seguir jugando a nivel profesional mientras compagina sus estudios para formar parte de la Guardia Civil.
“Yo no puedo vivir de esto. Este año estoy más desahogada porque vivo en casa, pero otros años los gastos que podía tener eran mínimos. También hay que tener en cuenta que cuando acaba la liga dejamos de cobrar hasta pretemporada”, indica Mérida quien añade que en segunda división su equipo es de los pocos en el que las jugadoras cobran un salario. “Además de entrenar, tenemos que seguir estudiando o algunas de mis compañeras pasan la tarde y la noche trabajando, algo que en la misma categoría masculina no es necesario porque los sueldos son muchos más altos”, reflexiona.
Mérida explica que la mayor diferencia de género en el fútbol es el sueldo, pero que en ocasiones se cuida poco el trato con las jugadoras, “me refiero a ciertas facilidades que le dan a los chicos y a nosotras no, como la cantidad de ropa que reciben, los servicios de nutrición o el uso de los gimnasio. Me he encontrado casos así a lo largo de mi carrera”.
La malagueña considera que ellas están allanando el camino a las futuras futbolistas. “El objetivo es normalizar que las mujeres y las niñas jueguen al fútbol, si tengo hijos, me gustaría llevarlos a ver el Málaga femenino y que sea común. Es normal que en el patio del recreo solo jueguen chicos porque las niñas nunca se han visto representadas como futbolistas”. Mérida anima a los malagueños a que asistan a un partido de fútbol femenino, “entiendo que sienta rechazo, porque mucha gente nunca ha visto uno, pero aseguro que engancha. Si no, que se lo digan a nuestra afición, que es una suerte para nosotras”.
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