Así fue el programa de análisis de ADN diseñado por el FBI que identificó al acusado de matar a Lucía Garrido

La expareja de Lucía Garrido y el presunto autor material de su muerte, junto a sus abogados, en el banquillo de los acusados. / Jorge Zapata/ Efe

El proceso que llevó a los investigadores a identificar a al menos uno de los presuntos responsables de la muerte de Lucía Garrido no fue tarea sencilla. Dos muestras de una llave recogida por la Policía Judicial de la Guardia Civil el día del crimen -ambas sin resultado-, el análisis del primer extracto siete años más tarde del crimen con mejores técnicas y un programa diseñado por FBI usado para el almacenamiento y comparación de datos genéticos sientan por segunda vez en el banquillo de los acusados a A.V.H. como supuesto autor material del asesinato.

El entonces jefe del Servicio de Criminalística (Secrim), dependiente del departamento de Biología, de la Guardia Civil ha detallado en la séptima sesión del juicio por la muerte de Lucía Garrido, la mujer que apareció con golpes y un corte en la yugular en la piscina de Los Naranjos, la finca situada en Alhaurín de la Torre -donde residía junto a su hija-, todos los hitos del proceso para la extracción del ADN de una llave encontrada en la escena del crimen y ha ratificado que el perfil genético extraído de la misma coincide con el del procesado como supuesto autor material del crimen.

En diciembre de 2008, los biólogos del Instituto Armado llevaron a cabo el correspondiente análisis para extraer ADN sobre dos hisopos pasados por la llave. Aunque debido a las técnicas existentes entonces no lograron extraer un perfil genético, el comandante ha asegurado los extractos obtenidos se guardaron en un ultracongelador -aportando durante el juicio una imagen de los mismos tomada hace unos 15 o 20 días, siempre según su relato-.

Dos guardias civiles acusados de mentir sobre la conservación de las muestras

Cabe recordar que este extremo fue una de las claves para que el jurado popular absolviese a los cuatro acusados durante el pleito celebrado por el mismo caso en 2019 -y que, finalmente, fue declarado como nulo. Dos peritos expertos en biología manifestaron que "guardar extractos que no tienen perfil humano no tiene mucho sentido" y no se suele hacer. Aunque manifestaron desconocer si esas muestras habían sido eliminadas o conservadas para un reanálisis posterior, sembraron dudas ante un jurado popular que decidió absolver a los cuatro acusados entonces.

A partir del 13 de noviembre, la Audiencia de Málaga tiene previsto juzgar a estos dos guardias civiles por un presunto delito de falso testimonio. La Fiscalía pide dos años de prisión y 12 años de inhabilitación para cada uno porque supuestamente "faltaron a la verdad ocultando las informaciones o deformado la realidad" sobre la conservación de muestras biológicas en el laboratorio; "todo ello con el único objetivo de sembrar dudas y provocar un veredicto de no culpabilidad".

Por su parte, el entonces jefe del Secrim ha relatado que fue en noviembre de 2015, siete años después de la muerte de Lucía Garrido, cuando el Servicio de Criminalística recibió un correo del Servicio de Asuntos Internos (SAI) en el que facilitaban un listado con nombres y apellidos, y solicitaban que realizasen una comparación de sus ADN con el obtenido en la llave en 2008. Gracias a "un kit analítico mucho más sensible", los especialistas lograron un perfil genético, que fue grabado en un software creado por el FBI y cedido a todos los cuerpos policiales españoles.

Este Sistema de Índice Combinado de ADN -más conocido por su acrónimo CODIS- se emplea para el almacenamiento de datos genéticos y comparaciones con otros perfiles genéticos que han sido obtenidos a partir de muestras de personas detenidas, imputadas e investigados, además de aquellos adquiridos con la ocasión de un hecho delictivo. El resultado, ha afirmado, fue la coincidencia con el ahora acusado como autor material del asesinato que, además, era el primero en la lista de sospechosos de Asuntos Internos.

Sin embargo, el coronel ha explicado que el resultado del reanálisis también arrojó el perfil genético de una segunda persona, que no se pudo identificar, por lo que se le propuso al SAI otro muestreo de la llave, aunque "era lo más normal que no se obtuviera nada al pasar otro bastoncillo ocho años más tarde", ha manifestado.

Forenses detallan que Lucía estaba viva cuando cayó a la piscina

Los forenses que realizaron la autopsia y otros informes sobre el cuerpo de Lucía Garrido también han señalado durante la sesión de este martes que la mujer estaba viva cuando cayó a la piscina donde fue encontrada, aunque sin conocimiento tras recibir golpes y ser apuñalada previamente. Además, han dicho que presentaba signos de haber sido agarrada.

Para uno de estos especialistas, las evidencias forenses halladas y analizadas son compatibles con la hipótesis de los agentes de la Guardia Civil que investigaron el caso de que Lucía Garrido fue golpeada con un ladrillo contundente en la cabeza, trasladada hasta cerca de la piscina, donde fue apuñalada, cayó a la piscina sin conocimiento y falleció por el ahogamiento.

Asimismo, el experto ha señalado que el cuerpo presentaba varias heridas, contusas y punzantes, que podrían ser compatibles con un ladrillo encontrado en el lugar del crimen y con un cuchillo, que habría atravesado, ha indicado, "dos estructuras en un solo momento", una de ellas la vena yugular.

Asimismo, ha garantizado que cuando cayó la mujer "estaba viva, ya sin conocimiento", y al tener los orificios nasales abiertos y la boca dentro de la piscina "en vez de respirar oxígeno, respira agua", muriendo por asfixia. Ha considerado que estuvo "un buen rato en la piscina", pudiendo ser que la puñalada cerca o incluso dentro; aunque si no hubiese caído habría fallecido de no recibir asistencia.

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