El AMPA del colegio al que debe asistir la niña de Rincón denuncia falta de medios
Los padres hablan de situaciones "gestionadas con mucha dificultad ante la falta de especialistas"
Los padres del colegio en el que la menor con autismo de Rincón de la Victoria está matriculada desde el inicio de curso denunciaron ayer la falta de medios para atender a los niños con necesidades especiales. En un escrito enviado ayer a los medios de comunicación criticaron que "la dotación de personal de atención a la diversidad en el centro ha sido históricamente inferior a la de colegios de similares características". El centro público María del Mar Romera, en La Cala del Moral, " no ha aumentado la dotación de monitores en los últimos cuatro cursos (desde el 2011) si bien el número de alumnos que lo requerían sí que lo ha hecho cada año", explicaron en el comunicado.
Los padres reconocieron no salir de su asombro después de que la delegada provincial de Educación, Patricia Alba, asegurase el pasado lunes que un monitor esperaba a la pequeña de Rincón en su colegio desde hace meses. Si bien confirmaron la incorporación en el segundo trimestre de un refuerzo en el centro, desmintieron que "esté esperando a la niña" sino que responde a la necesidad generada e incrementada durante años.
"En este curso se han dado situaciones realmente graves en las que este AMPA ha tenido que mediar y colaborar y la incorporación del monitor se ha vendido a cada familia por separado como la solución a "su" problema cuando la realidad es muy diferente. Se está utilizando a esta persona como coartada permanentemente y el personal de delegación da un mensaje diferente sobre él según le conviene y dependiendo del despacho en el que se habla o el medio al que se dirige", criticaron en el escrito.
Del mismo modo, en el escrito relatan cómo se han vivido situaciones similares al caso de pequeña de Rincón que afortunadamente no han derivado una huelga del resto de padres, sino que ha sido atajados por el personal del centro. "Nuestros hijos han sufrido la existencia, entre otros, de problemas de conducta anteriores similares al de esta menor, gestionados con mucha dificultad por nuestro excepcional claustro y equipo directivo, ante la falta de especialistas", explicaron.
La realidad, concretaron, "ha sido la saturación de una única monitora para atender a toda un aula específica de niños gravemente afectados y a una veintena de niños en las aulas ordinarias", hasta la llegada del segundo monitor en enero. "Así mismo, constatamos que hay alumnos de nueva incorporación, con situaciones graves de salud, que han pasado gran parte del curso sin los medios técnicos y adaptaciones requeridos de su dictamen", matizaron.
A finales del curso pasado y de nuevo a principios de este, un colectivo de ocho familias de alumnado con diversidad funcional y necesidades educativas especiales ya registró un listado de necesidades no atendidas y carencias de nuestro centro a las que se suman las nuevas matriculaciones de este curso. Un escrito, que denuncian, nunca ha sido contestado.
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