Visto y Oído
Emperatriz
Si por la mañana de este 22 de diciembre la alegría se vivió alrededor de lo material, del sorteo del Gordo y las posibilidades que trae consigo un pellizquito caído del cielo, por la tarde, en la estación María Zambrano, los abrazos y las lágrimas de emoción apelaban directamente a la raíz más pura, a la familia, a esos lazos que nos hacen ser quienes somos y que aportan el hogar cálido y seguro que cada uno necesita. En estas fechas los andenes se llenan de reencuentros, de hijos que estudian o trabajan fuera y vuelven a casa por Navidad, de hermanos, primos y amigos, la otra familia elegida, que no quieren perderse unas fiestas en compañía de sus personas favoritas.
La familia Gutiérrez, madre, padre, tía y madrina, primas y primos, con gorros navideños y accesorios, con cartel y muchísimas ganas, esperaban con los brazos abiertos a Emilio, un joven de 24 años que estudia Ingeniería Mecánica y cursa en México una beca Erasmus. Más de 9.000 kilómetros y 31 horas de viaje, después de perder un vuelo y tener que sacar in extremis nuevos pasajes, necesitó Emilio para achucharse con su familia, a la que echaba mucho de menos.
"Llevamos cinco meses sin verlo, es la primera vez que se va de casa, tanto tiempo, tan lejos y solo", decía su madre podo antes de que llegara el AVE desde Madrid. "Somos muy familiares y faltan algunos, pero los que hemos podido, estamos aquí", comentaba. "Tenemos una ilusión tremenda por poder verlo de nuevo", confesaba.
También explicaba que el regreso a Málaga fue movido y eso les puso más nerviosos aún. "Ha estado a punto de no llegar, tenía el vuelo ayer desde Toluca a Cancún, se lo cambiaron y no se dio cuenta. Cuando llegó al aeropuerto vio que se retrasaba dos horas y no enlazaba con el que tenía hasta Milán y, por tanto, perdía el trayecto Milán-Málaga", subrayaba su madre. "Anoche tuve que sacarle un billete Cancún-Madrid y el AVE hasta Málaga, de ultimísima hora, vaya que se quedaba allí", agregó su padre.
Para la familia Gutiérrez los días de Nochebuena y Navidad son sagrados. "Nos juntamos todos, somos más de 20 y siempre intentamos estar, nunca hemos cambiado la tradición", comentó una de las primas. "Y tenemos que celebrar las notas que trae el niño", apuntó su madrina. "Nochebuena siempre se hace en la casa de la hermana mayor, somos cuatro hermanas y nunca nos hemos ido con los suegros, siempre la pasamos las cuatro juntas con los hijos", agregaron.
Minutos después Emilio narraba su odisea. "Casi no llego, he perdido dos vuelos, casi pierdo el AVE para venirme desde Madrid, desde ayer a las 10:00 que salí de mi casa de México hasta ahora, madre mía todo lo que me ha pasado. Mi mayor preocupación era no llegar el 24 y pasarme la Nochebuena viajando en un avión, no, en la vida podía hacer eso. Gracias a Dios ha salido todo bien".
Visiblemente emocionado, "mis ojos lo dicen todo" como apuntaba, subrayaba que la suya es una familia muy unida. "Mis primos son más que eso, son hermanos", aseguraba. "Después de seis meses que parece que he estado en el ejército, levantándome a las cuatro de la mañana y pasándome hasta las ocho de la tarde estudiando, ahora lo que toca es descansar, un mes tranquilo", comentaba. El 2 de febrero le tocará volver a México y terminar su estancia en julio.
Inma, Belén y Carmen llegaron desde Córdoba para pasar el fin de semana en Málaga con su amiga Natalia, que estudia en en la UMA Finanzas y Contabilidad y Administración y Dirección de Empresas. "Venimos de visita a pasar el fin de semana y a recoger a Natalia para volvemos juntas en Nochebuena a Córdoba", dijeron las chicas, que se abrazaron con ganas. "Venimos a ver las luces, a pasear por la ciudad, a patinar sobre hielo", comentaban, a disfrutar entre amigas antes de las cenas familiares.
La sonrisa de María y sus padres lo decía todo. Ella estudia en Madrid Artes Escénicas e Interpretación Audiovisual y no quería perderse la Navidad en casa. "La verdad es que quedarme allí cuando tengo a toda mi familia en Málaga no me gusta", aseguraba. "Echamos mucho de menos a la niña, no queremos pasar estas fiestas sin ella", comentaba su padre.
Marta trabaja en Madrid desde hace años, pero es malagueña y "vengo cada poco que puedo, más aún en una época como esta, siempre paso la Navidad con mi familia, dónde voy a estar mejor que con ellos", subrayaba después del recibimiento de su padre y su perro. Es periodista y salvo un 31 de diciembre y un 1 de enero que le tocó hacer guardia, las fiestas navideñas se celebran en Málaga siempre. "Fue la única vez que no pude bajar y vamos a procurar que siga siendo esa la excepción", puntualizó.
Rafa lleva cuatro meses estudiando en Estados Unidos, "en residencias, solo, y volverlos a ver después de tanto tiempo ha sido súper emotivo", confesaba este joven que cursa cuarto de Secundaria en Cleveland, Ohio, gracias a una beca deportiva de baloncesto. "Era imposible no venir, tenía muchísimas ganas de volver a verlos", aseguraba. Su madre, también emocionada, comentaba que "no podía faltar el niño en Navidad, llevamos muchos meses separados, en contacto, por supuesto, pero en estas fechas necesitábamos estar todos juntos, con la familia, con amigos, simplemente se trata de compartir estos días, de la tranquilidad y la paz que nos da el estar juntos, de charlar y reírnos, sin más".
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