Acinipo, Bentomiz y Turón: historia en estado terminal
Expertos universitarios urgen la consolidación de los dos castillos medievales que jugaron papeles estratégicos en la época musulmana y un plan permanente de gestión para Ronda la vieja
El legado romano de Acinipo y el musulmán de los castillos de Turón y Bentomiz sucumben al olvido. Su valor histórico y arqueológico, incluso la protección jurídica que les garantiza sobre el papel la declaración de bien de interés cultural (bic) no han resultado una garantía suficiente contra el abandono. Acinipo, en Ronda, y Bentomiz, en Arenas, forman parte de la lista roja del patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra para denunciar aquellos elementos del patrimonio "sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores". El castillo de Turón, en Ardales, no figura en ese listado, aunque reúne todas las condiciones para estar.
El profesor de historia medieval de la Universidad de Málaga Sebastián Fernández urge que se actúe de forma inmediata en los castillos de Turón y Bentomiz para evitar el deterioro definitivo de las ruinas musulmanas que han pervivido, así como en varias torres fortificadas de la Costa del Sol. Advierte del peligro que amenaza a este legado si no se hacen trabajos de consolidación con cierta celeridad, al tiempo que pone el acento en su valor.
El castillo de Bentomiz es el más grande de la provincia. El yacimiento ocupa más de 36.000 metros cuadrados en las proximidades del municipio de Arenas, Llegó a tener un papel muy relevante entre los siglo XIV y XV tanto militar como administrativo. Su ubicación le proporciona una extraordinaria visibilidad sobre cualquier movimiento que se producía en la costa. Sebastián Fernández resalta que los días claros se alcanza a ver hasta Gibraltar. Además de esta relevancia estratégica fue también fue a finales del siglo XIV cabeza de distrito, del que dependían "22 lugares de la Axarquía".
Una vez que los Reyes Católicos tomaron la provincia, Bentomiz fue abandonado, aunque han pervivido hasta ahora restos de muros, cuatro aljibes y las almenas. "Son las únicas que se conservan en la provincia", subraya Sebastián Fernández. De hecho, las de Antequera se reconstruyeron precisamente copiando las de Bentomiz. Declarado bien de interés cultural (bic) y, por tanto, protegido, Sebastián Fernández reclama que se refuerce el muro sur. "Si se pierde, lo perderemos todo", puntualiza.
El profesor de historia medieval de la Universidad de Málaga tiene registrados 90 castillos en la provincia, aunque de muchos de ellos solo quedan algunos restos con el handicap añadido de estar descuidados. El segundo sobre el que llama la atención es el levantado junto al río Turón. Esta es una gran construcción defensiva para controlar los movimientos de las tropas castellanas. Este paso era vital en la época. Un ejemplo significativo es el papel que jugó en la estrategia militar de los Reyes Católicos. Sebastián Fernández explica que la guarnición musulmana apostada en la Torre del Atabal detectó la llegada de las tropas católicas y avisó a la ciudad que pidió refuerzos a Ronda, sin embargo, no repararon en que los Reyes Católicos volvieron sobre sus pasos desde Cártama, para cruzar el río Turón y asediar Ronda.
Desde esta fortaleza excepcional levantada sobre un espolón calizo y dotada de barbacana y un alcázar con torre del homenaje, se combatía el empuje castellano que presionaba desde el castillo de Teba. Precisamente en una de las incursiones organizadas desde Turón fue muerto en combate sir Jame Douglas, que junto a sus escuderos y caballeros, portaba el corazón del rey de Escocia Robert Bruce.
Por otra parte, entre las 40 torres defensivas diseminadas a lo largo de la Costa del Sol que han logrado sobrevivir primero al olvido y luego a la presión inmobiliaria figuran cuatro en mal estado de conservación según el profesor de historia medieval de la Universidad de Málaga: Salto de la Mora, Guadalmansa, Lance de los Caños y Velerín.
La situación de Acinipo no es más optimista, con el agravante de que el espacio que el yacimiento es de titularidad pública desde los años 60. Primero perteneció al Gobierno y desde los años 80 a la Junta.
El profesor del Departamento de Arqueología de la Universidad de Granada Pedro Aguayo, director del curso de verano de la Universidad de Málaga Acinipo (Ronda la vieja): arqueología, historia y patrimonio que se celebra desde hoy al 15 de julio, lamenta que un yacimiento de esta envergadura solo disponga de un guarda, y carezca de un plan de uso y gestión que preserve "lo visible y lo invisible", porque el yacimiento no es solo el imponente teatro romano enclavado a 1.000 metros de altitud.
La ciudad romana se remonta al siglo II y era cabecera de comarca. Pedro Aguayo la sitúa entre las 52 más importantes de la península. El teatro es "una arquitectura peculiar. Se construyó a la griega" porque el graderío, la parte lateral derecha de la puerta de entrada y los camerinos fueron excavados en la roca, aprovechando la inclinación de la ladera. Esta circunstancia lo ha mantenido a lo largo de los siglos a salvo del expolio y de la reutilización de sus materiales.
Además, han pervivido las termas mayores, que se excavaron entre 2004 y 2008, "están localizadas las dos puertas principales", puntualiza Pedro Aguayo, así como la calzada principal y la necrópolis a ambos lados.
E l profesor de Arqueología de la Universidad de Granada pone el acento en lo que queda no solo por excavar, sino también por precisar. Recuerda, por ejemplo, que existen todos los elementos del foro, pero todavía no ha sido ubicado porque donde se pensaba inicialmente que estaba se comprobó después que se trataba solo de una manzana de casas. Además, quedan múltiples incógnitas, algunas tan subyugantes como el cráter que existe en mitad del yacimiento. Los arqueólogos especularon durante años con la posibilidad de que se tratara de un anfiteatro, pero esa opción ha sido descartada. Quedan por comprobar otras alternativas como que fuese algún tipo de obra que se tuvo que abandonar por fallos de ingeniería.
Acinipo tiene el aliciente añadido de haber sido poblado con mucha anterioridad a la época romana. "Los indicios de ocupaciones previas datan como mínimo del siglo III antes de Cristo", subraya. Pedro Aguayo trabajó de hecho en la excavación de una serie de casas tartésicas también de este yacimiento.
La relevancia de la denominada ciudad vieja de Ronda va más allá del papel administrativo, agrícola y ganadero que jugó en su época porque fue ruta alternativa desde el Estrecho de Gibraltar hacia el Guadalquivir medio. "Evitaba tener que bordear el Estrecho hasta llegar al Guadalquivir que era la entrada natural desde el norte de África". Ese interés geoestratégico ha quedado demostrado a través de las monedas y materiales hallados en las intervenciones arqueológicas.
Aunque está declarado bien de interés cultural (bic), ha sido vallado y dispone de la vigilancia de un único guardia, la realidad es que está "abandonado" y no cuenta con un plan que vele por su mantenimiento y preservación de forma estable. "Después de cada intervención los arqueólogos tomamos algunas medidas preventivas puntuales, pero no hay una continuidad. No se hacen labores de limpieza de hierbas, de reparación de las techumbres que protegen estucos pintados o algún otro elemento de valor y que sin un mantenimiento continuo se ven muy expuestos". Pedro Aguayo recuerda que los restos se localizan a casi 1.000 metros de altitud y que la climatología de la zona es dura. Cree imprescindible un plan de gestión "real, que no se quede en el papel". Pone como ejemplo los baños árabes de Ronda, también propiedad de la Junta de Andalucía, que gestiona el Ayuntamiento gracias a un convenio con la Administración regional.
La web de la lista roja del patrimonio incluye en Málaga otros cinco bienes patrimoniales históricos en mal estado. Se trata del Trapiche del Prado, una azucarera que se remonta al siglo XVII en Marbella, la torre vigía y el yacimiento de Torrealquería, del siglo XIII, el convento de Villanueva de Algaida (siglo XVI), el columbario romano de Benalauría, donde, según el portal, los propietarios realizaron en 2009 labores de limpieza y articularon medidas de seguridad, y, finalmente, la casona barroca del número 11 de la calle Atarazanas de Málaga, cuyos dueños ultiman la restauración de las cubiertas y de fachada.
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