Activan la ejecución de atraques para megayates de hasta 100 metros
El Puerto exige al menos 30 amarres para embarcaciones y una inversión mínima de 1,5 millones
La concesión tope es de 20 años
Málaga/El procedimiento para que el puerto de Málaga cuente en unos años con una zona náutica destinada a megayates echa a andar. El concurso mediante el que se quiere adjudicar a una empresa privada los trabajos de adecuación y explotación comercial de los nuevos amarres quedó activado ayer mismo con su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), abriéndose un plazo de tres meses para la presentación de proposiciones. Conforme al pliego de condiciones técnicas y administrativas que rige esta iniciativa, los amarres quedarán fijados en parte del muelle 2, en la esquina de los muelles 1 y 2 y a lo largo del muelle 1.
Las superficies objeto de concesión es de 41.484 metros cuadrados de lámina de agua, así como de 4.830 metros cuadrados en tierra. La longitud total de muelle es de 770 metros y el plazo de ejecución de los trabajos será de un máximo de 12 meses. El periodo de explotación al que tendrá derecho el socio privado vendrá determinado por la inversión a la que se comprometa en el proyecto. La misma no podrá ser inferior a los 1,5 millones de euros, lo que le dará derecho a seis años de concesión. El tope de la concesión prevista es de 20 años, que se otorgará en función de la inversión programada.
De acuerdo al pliego, en ningún caso se permitirá el atraque de embarcaciones de menos de 20 metros de eslora, "debiendo el licitador proponer en su oferta un número total de atraques igual o superior a las 30 unidades". De ellas, se exige que al menos cuatro tengan capacidad para acoger buques de más de 70 metros de eslora, incluyendo dentro de esta reserva al menos dos atraques para más de 100 metros de eslora. Asimismo, se incide en la necesidad de que las embarcaciones de entre 20 y 30 metros de eslora no superen los diez atraques en total, y se apostilla que habrá de reservarse un 10% de los atraques para embarcaciones transeúntes.
A las superficies de agua y tierra ya señaladas, la concesión también dará derecho al adjudicatario a explotar el edificio situado en la parte más al sur del Paseo de la Farola, junto a la rotonda, que dispone de una superficie de 317 metros cuadrados. A esto se suma la ocupación de dos parcelas anexas, una de ellas de 153,31 metros cuadrados (al este) y otra de 274,96 metros cuadrados (al oeste). En estos espacios se podrán realizar labores de recepción, registro, servicios generales, torre de control y complementarias a las anteriores, caso de cafetería o tienda.
Las condiciones económicas marcadas en el pliego sitúan la tasa de ocupación anual de todos los espacios abiertos a la concesión en 342.481,38 euros, a los que agregar otros 70.000 euros como importe mínimo de la tasa de actividad anual. Estas cifras se verán incrementadas en el supuesto de que el concesionario decida explotar las parcelas del Paseo de la Farola y las instalaciones existentes en el muelle 2.
"La actividad de megayates es complementaria a la oferta de cruceros, que atrae un turismo de alto nivel que genera la demanda de nuevos servicios turísticos y portuarios", destacaron meses atrás desde el ente presidido por Paulino Plata. Cabe recordar que esta es la segunda ocasión en la que el Puerto sale al mercado en la búsqueda de un socio interesado en desarrollar la propuesta. Anteriormente, en 2013, el concurso convocado quedó desierto, siendo retomada la iniciativa por la Autoridad Portuaria, con Plata ya al frente, un año más tarde.
La marina de San Andrés, el próximo reto
Una vez en marcha la búsqueda de un socio que asuma la construcción y explotación de atraques para megayates en el entorno del muelle 1, el siguiente reto que tiene el Puerto se localiza en San Andrés. Las previsiones de la Autoridad Portuaria apuntaban a finales de año o, más probablemente, al inicio de 2019 para avanzar en el concurso de construcción de un puerto deportivo, con unos 660 atraques, junto a desembocadura del río Guadalmedina. La decisión de retomar la iniciativa, después de tener que rescatar la concesión otorgada años atrás a una empresa incapaz de ir adelante con el proyecto, tiene mucho que ver con la reactivación de mercado y la existencia de varios interesados en optar por esta actuación.
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