Adelaida de la Calle: Un baluarte de la educación

Toda una vida dedicada a la lucha por la educación y la docencia

Compartimos mesa con ella en el famoso restaurante Beluga

Diego René, Adelaida de la Calle, Andrea Martos y Juan Luis Pinto. / Paco Menjivar
Juan Luis Pinto Doblas

05 de septiembre 2019 - 07:04

Málaga/Retomamos de nuevo nuestras crónicas después del parón del mes de agosto, y lo hacemos con una persona de extraordinario recorrido personal, académico y no menos importante en la política. Una mujer de mirada franca, sonrisa perenne y formas que convierte en agradable cualquier situación.

Los que han tenido la oportunidad de conocerla de cerca la definen como una trabajadora incansable, tenaz y transparente, muy transparente. La vamos a conocer un poco más a través de este encuentro. Amigas, amigos, con todos nosotros Adelaida de la Calle, defensora a ultranza de la educación.

El restaurante: Beluga

Y retomamos este encuentro en un lugar de reconocido prestigio en nuestra ciudad, el restaurante Beluga de la plaza de Las Flores, lugar de cita habitual de gastrónomos y amantes en general de la cocina creativa. Allí nos recibió sus chef y propietario Diego René, un hombre con un importantísimo curriculum a sus espaldas, educado entre otros, en los fogones de Martín Berasategui y complementado en países como Italia, Francia, Argentina y un largo etcétera. Su cocina, cien por cien creativa o de autor, se complementa con una selección de arroces realmente extraordinario, no en vano le corre por las venas su tierra alicantina.

Hace muy pocas fechas ha quedado finalista de un concurso internacional de arroces a banda. Y para que todo esté en su sitio, fuimos atendidos en todo momento por Andrea Martos, metre del establecimiento y pareja de Diego. Todo un lujo al servicio de la clientela de este prestigioso establecimiento. Seis personas en cocina y nueve en salón y terraza componen su profesional plantilla. Del recorrido gastronómico que disfrutamos más adelante les cuento. Toda una experiencia.

La invitada: Adelaida de la Calle

Como les decía, ha sido un privilegio retomar estas crónicas con una persona del talante y personalidad de Adelaida de la Calle. Reitero desde estas líneas mi agradecimiento por su predisposición a dedicarme su tiempo después de haber estado una temporada un tanto indispuesta. Pero les aseguro que ha regresado con nuevos y renovados bríos.

Adelaida de la Calle durante el encuentro. / Paco Menjivar

Y antes de entrar en su materia preferida, la educación, le pregunté por su paso por la política. “Debo confesar que no soy política, no he sido una mujer que me gustase especialmente la política. El Parlamento me daba pavor (risas). Pero no he estudiado más en mi vida para estar preparada. Consideraba que era mi obligación tener que estar todo el tiempo formándome”.

Y sin embargo. “Sin embargo la educación no interesaba, o no al menos como yo la veía. En el parlamento se hablaba muy poco de educación. Yo quería hablar de educación y no de amianto, estructuras y obras. Yo quería un pacto por la educación, y pasé sin pena ni gloria cada vez que quería hablar de ello. Me considero una buena gestora, pero no tanto como política”. Lo que está claro es que no tienes ningún problema en decirlo. “Soy una persona muy transparente, es lo mejor que uno puede ser. Todo lo que hago, con sus aciertos y sus errores, está ahí, no lo escondo. Cuando han intentado atacarme, y ha sido muchas veces, no han podido, no encuentran con qué. Ahí está la transparencia”. Pero sin embargo la política es muy importante, especialmente para temas como la educación.

“La política requiere mucha responsabilidad, y muchas cosas se hacen solo por mantener el tipo. Muchas veces da miedo tomar determinadas decisiones. Mira, tenemos muy buenos profesionales, pero la gestión falla, y lo hace debido a un enorme estrés político”. ¿Por ejemplo? “A mí las cosas que no tienen eficiencia no me gustan, seguramente por mi procedencia del laboratorio – es doctora en Biología-. Vivíamos con miedos a la marea blanca, a la marea verde, a una oposición que a veces fue muy cruel”.

Vamos, que esos que dicen que la política está llena de mediocridad llevan razón. “Bueno, hay de todo. Yo admiro a personas como Ángel Gabilondo, un hombre con ideas pero sin carnet alguno, a excepción del DNI. Un hombre brillante y que es una pena que no pueda acceder a la política. Ahí sí se convierte la política en mediocre, cuando no se da paso a personas cualificadas y que podrían ser un referente claro para que otros se animasen. Y hablo de cualquier color político. Los referentes son muy importantes en la vida y en política nos faltan”. ¿Como ves la educación en Andalucía? “(Silencio)

Muy personal

Nacida accidentalmente en Madrid, esta palentina de raíces familiares, se considera andaluza, malagueña de adopción, pero por encima de todo “paleña” de corazón. Ha recibido numerosas medallas y distinciones a lo largo de su dilatada carrera profesional: Medalla de Oro de Andalucía, Medalla de oro de la UMA, Medalla de la Universidad de Sevilla, numerosas distinciones individuales y colectivas, pero cuando se le pregunta lo que le gustaría haber sido, caso de no haberse doctorado en biología nos dice: “De niña siempre soñaba con ser bailarina de ballet. Nunca tomé clases pero practicaba con “Candilejas”. Grandísima estudiante, soñaba con ser premio Nobel – aún está a tiempo - . Antes de terminar sus estudios, abandonó la disciplina de atletismo y por fin tomó sus soñadas clases de baile. A pesar de proceder de una familia que le pudo dar unos estudios no dudó en implicarse socialmente. “Era una joven muy comprometida socialmente y siempre fui una gran trabajadora. Corrí mucho delante de “los grises” en mi época universitaria en Madrid. Tocaba hacer una revolución y la universidad estaba ahí. Éramos los únicos que podríamos hacer la lucha, los jóvenes y estudiantes. Los obreros estaban amordazados. No podían hacer nada o los detenían”. Casada con Jaime,- aunque este siempre le dice que también lo está con la universidad-, tiene dos hijos, Gorca y María, y dos nietos. Una mujer que confiesa perdonarlo todo aunque haya cosas que no olvida; que ha vivido una vida muy intensa y se siente muy feliz al comprobar que ha tenido alumnos que la han superado. “Me satisface comprobar que muchos alumnos me superaron. Eso es lo que hay que buscar siempre para mejorar nuestra sociedad”. Adelaida de la Calle, un referente de lucha por la educación y el desarrollo de la sociedad. Hasta siempre mi admirada señora.

Cuando vine a Andalucía en octubre de 1975 el 30% de la población era analfabeta y en Castilla León, el 0%. Era algo increíble. Despeñaperros fue siempre una barrera infranqueable. Quizás antes de crear grandes infraestructuras, que no niego que hiciesen falta, tendríamos que haber hecho más escuelas y apostar más por la educación. Andalucía siempre ha estado maltratada”. Pero todo eso por suerte ha cambiado, ¿no es así? “Sí, por supuesto. Las escuelas rurales, por ejemplo, entre otras cosas, han evitado la despoblación andaluza. Tenemos gente muy válida que compite en todo. Somos muy creativos. Quizás tendríamos que aprender a vendernos mejor. Se tardan generaciones en superar las diferencias. Se ha hecho un gran esfuerzo”. Pero los rankings, informes como el de PISA dicen otra cosa. “No creo en los rankings, lo desvirtúan todo. Existen muchísimos intereses en esas estadísticas”. ¿Existe demasiada política en la educación? “Antes de la democracia había mucha política en la docencia, lo controlaba todo, pero en democracia cada uno tiene sus ideas, está claro, pero la política no influye ahí”.

¿Y docencia en la política? “(Silencio) Realmente hay muy poca docencia en la política. Debería haber más formación. Cuando la política aburre puede llegar a ser peligroso y ya no se puede hablar de falta de madurez democrática”. Eres una defensora del puesto de la mujer en la sociedad.

“No soy una feminista muy estudiada pero he sido una luchadora por la mujer toda mi vida. Lo viví desde casa, mis padres se preocuparon que mis dos hermanos y yo tuviésemos las mismas oportunidades. A mí como mujer, se me dio una gran oportunidad. El cerebro no tiene color azul o rosa y no se puede despreciar a una parte muy grande de la población por su condición de sexo. Ahora bien, debo decir que igual que me ha tocado vivir una época muy dura para la mujer, también he tenido la suerte de tener muchos reconocimientos. Me produce una gran satisfacción, por mí y por todas las mujeres”.

¿Y cómo fue eso de venir a Málaga? “Yo terminé el doctorado en Canarias y me pareció genial venir a Málaga. Málaga le abre las puertas a todo el mundo, es muy especial. Recuerdo mi primera Semana Santa en Málaga viviéndola de la mano de Pedro Portillo, me impactó. Me identifiqué con Málaga desde el primer momento”. Durante la comida continuamos con esta interesante conversación.

La comida

Y de inmediato comenzó a funcionar la cocina de Beluga de manos de Diego René y su equipo, y tras el descorche de una botella de un fresquísimo Gramona Sauvignon Blanc, abrimos mesa con dos platos realmente exquisitos: una tosta de pan de cristal con crema de queso curado, anchoa en mantequilla y mermelada de aceite de oliva, y a continuación un ajo blanco de melocotón con naranjas, hinojos y sardina ahumada.

Uno de los platos.

Tras degustar de estos dos magníficos entrantes continuamos con nuestra conversación. Has sido una gran estudiante, ¿la vida te ha dado algún suspenso? “(risas) No guardo en la memoria los malos golpes. En todo caso

el suspenso más grande que me ha dado la vida ha sido el de la salud, pero he recuperado en septiembre (risas) “. A pesar de todo, siempre hay gente buena.

“Por supuesto. Te voy a citar un caso. España debería estar llena de gente como Pachi, el director del colegio María de la O en los Asperones. Con ilusión y perseverancia ha conseguido cosas increíbles. Con personas así crece la esperanza”. Nos presentó a continuación Andrea dos platos llenos de creatividad y sabores: vieiras flambeadas al coñac con crema de boletus y ali oli de miel y crujiente de maíz, un plato que todo el mundo debería probar, y un bombón de rabo de toro con espuma de patata trufada y seta shiitake. Deslumbrante.

Uno de los platos.

El descorche de una botella de vino tinto Cuatro pasos black, maridó a la perfección con estos platos y con la sorpresa final que nos tenían preparada: arroz de pato en caldero y calabaza y foie. Un plato lleno de texturas pero sobre todo de sabores. Después del paréntesis culinario, continuamos con nuestra charla. Tu paso como rectora de la Universidad de Málaga ¿fue algo muy especial? “Por supuesto. Actualmente soy presidenta de la Corporación Tecnológica de Andalucía, un cargo representativo en el que me siento muy feliz, pero jamás me he desvinculado de la universidad. Aquí continúo, siempre dispuesta para aquello en lo que me puedan necesitar. Ser rectora de la UMA ha sido el gran aliciente de mi vida”.

Uno delos platos.

Para terminar tan extraordinaria muestra gastronómica, Andrea nos presentó un tocino de cielo con espuma de lima que estaba riquísimo. No pudo ser mejor el cierre de una comida que desde principio al final nos deslumbró. Mis felicitaciones a Diego René, a Andrea y mi agradecimiento a todo el equipo de Beluga por sus atenciones. Para finalizar le pedí a Adelaida que enviase un mensaje a esos por los que viene trabajando durante toda su vida: los estudiantes. “(Silencio) La razón de la universidad son los alumnos. A ellos les digo que tengan confianza en sí mismos. Que se tomen la formación universitaria como el gran valor que van a tener para poder competir. La enseñanza en Málaga es excelente y van a salir de la universidad perfectamente formados. Que luchen, la lucha es parte indispensable para el éxito”.

Y con estas palabras de aliento y confianza se despidió Adelaida de la Calle, una mujer que entiende como nadie lo que es la lucha, la profesional y la personal en la que en los últimos tiempos la ha colocado el destino. Para mí ha sido un placer y un orgullo realizar este encuentro con una mujer sincera y transparente.

Los vinos

Blanco: Gramona Sauvignon Blanc

Magnifico vino de la D.O.Penedés, monovarietal de sauvignon blanc. Es un vino fresco con toques de frutos tropicales y hierbas aromáticas. Maridó a la perfección con los platos que degustamos.

Tinto: Cuatro pasos black. Mencia

Vino de la D.O. El Bierzo elaborado por Martin Codax. Monovarietal de uvas Mencia es un vino fresco y envolvente con toques a frutos rojos.

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Bodegas Lara

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