Aena rebaja la altura de las grandes torres previstas en la zona oeste

La mayoría de las torres previstas por el PGOU para la zona oeste de Málaga tendrán que ser más pequeñas de lo esperado. Así lo dictamina Aena (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), organismo dependiente del Ministerio de Fomento, en el informe aeronáutico elaborado sobre el planeamiento urbanístico de la capital, en el que se recortan de manera significativa las alturas de los cuatro rascacielos previstos en la zona de La Térmica, de tres bloques de grandes dimensiones en la zona de San Rafael y de dos de los cuatro edificios proyectados en los antiguos terrenos de Repsol.

El documento, al que ha tenido acceso este periódico, concluye que, desde el punto de vista aeronáutico y radioeléctrico, las dimensiones previstas para estas ocho actuaciones residenciales exceden los límites fijados en la normativa. Es decir, que si el plan municipal quiere disponer del visto bueno del ente estatal se deberá proceder a rebajar la altitud de las mismas.

Las medidas marcadas en el informe oficial son especialmente contundentes en el caso de la gran torre de 186 metros dibujada en los suelos de Repsol, cuyos promotores deberán reducirla hasta un máximo de 135 metros. O lo que es lo mismo, entre 12 y 15 plantas menos de las inicialmente previstas y recogidas en el Plan General.

En este mismo sector, la propuesta de los técnicos encargados del planeamiento incluye otros dos edificios, de baja más 26 plantas y baja más 28. Sin embargo, los parámetros marcados por Aena no afectan a estas construcciones, al entender que no tienen incidencia alguna desde el punto de vista aeronáutico. Extremo que sí altera la ejecución de un tercer inmueble de planta baja más 30, cuya altura deberá ser recortada en dos metros. El documento recoge que las dos grandes promociones de Viviendas de Protección Oficial (VPO) que se plantean allí no exceden los límites y, por tanto, está permitida su construcción.

Tras la emisión de este informe, habrá que saber en qué puede afectar las limitaciones impuestas por Aena a los parámetros urbanísticos de este terreno, objeto de un convenio firmado por el Ayuntamiento de Málaga y la promotora Comarex (ahora el proyecto ha sido asumido por Caixa Galicia) al objeto de triplicar la edificabilidad que tenía el suelo en el PGOU de 1997. Según el acuerdo, a cambio de aumentar las posibilidades edificatorias, hasta el punto de permitir la construcción de casi un millar de viviendas libres y unas 300 VPO, el Consistorio recibiría de la firma privada 82 millones de euros.

Justo enfrente de la parcela de Repsol, en el entorno de San Rafael, se plantean otras tres grandes torres, todas de 26 pisos y un bajo, con una altura homogénea de 117 metros. Ninguna podrá seguir así, ya que Aena fija que, como máximo, podrán tener entre 95 y 110 metros, lo que significa recortes de hasta 22 metros (unas seis plantas).

Las afecciones son igualmente sustanciales en el caso de una de las más significativas operaciones urbanísticas incorporada al nuevo Plan General, con la que se pretende renovar la imagen actual del litoral oeste de la capital: la ejecución de grandes torres y de la nueva Acera de la Marina en la zona de La Térmica.

La aplicación de las exigencias del departamento de Fomento hará que los cuatro edificios de 105 metros contemplados en los sectores de Torre del Río y Nereo pasen a ser, simplemente, grandes edificios, puesto que su altura tendrá que rebajarse en entre 25 y 33 metros, es decir, entre 6 y 8 plantas. En sus conclusiones, Aena se refiere "única y exclusivamente" a las parcelas analizadas en el informe. Eso sí, avisa de que "las restantes edificaciones que se incluyan o construyan en el PGOU deberán respetar rigurosamente las cotas impuestas por las Servidumbres Aeronáuticas del Aeropuerto de Málaga". Y que en caso contrario, "deberá realizarse un estudio detallado".

El documento se refiere, además de los inmuebles citados, a otros previstos en el polígono El Viso y en el distrito de Churriana, aunque en ninguna de las dos zonas el organismo público pone pegas a las construcciones reflejadas en el PGOU malagueño.