Agustín Soler, hermano mayor de la Misericordia: "Es una pena que no se hable del resto del recorrido y solo del accidente"

Málaga/“Más de ocho horas de recorrido y nadie te pregunta qué tal la salida o el encierro, solo por el accidente, que podría haber sido peor”, confiesa Agustín Soler, hermano mayor de la Misericordia. Apenado y algo fatigado de dar explicaciones, Soler nos atiende para explicar con más detalle lo ocurrido, cómo se vivió y cómo lo sienten dentro la hermandad.

En torno a las 00:40, a su paso por calle Nueva, al levantar el trono, el arbotante-trasero izquierdo se partió y cayó al suelo, lo que provocó que varios ciudadanos resultaron heridos, concretamente un hombre y una mujer entre el público y dos hombres de la hermandad. Soler, detalla que estuvo pendiente en todo momento, incluso llegó a acercarse hasta el hospital para comprobar la salud de las afectados. Finalmente, no se produjo nada grave, según informaba también la cofradía en un comunicado difundido a través de sus redes sociales.

Desde el Instagram oficial de la Hermandad explicaban que las lesiones responden a arañazos y una contusión en un hombro. Los afectados regresaron a casa la misma noche. Desde Emergencias 112, señalan que la Policía Local confirmó que el arbotante golpeó a dos personas que fueron trasladadas al Hospital Regional de Málaga, aunque su estado no parecía revestir gravedad.

A pesar de hacerse todos los protocolos pertinentes y de que el albacea revisará todo, todavía hay nada en claro. Nos confiesa Soler que parece ser por un “desgaste en el metal, la rotura ha sido radical y de momento es lo único que lo puede explicar”. Asegura que la situación ya está en manos de los técnicos, “también tenemos cita con el herrero y en cuanto sepamos algo en claro, emitiremos un comunicado explicando los motivos”.

La procesión siguió su curso hasta el encierro a las 4:20 de la madrugada. “Amarramos el otro arbotante e intentamos acortar el recorrido por el incidente pero ya no había manera, así que seguimos hasta el final”, aclaraba Soler. “Había mucho público y mucho trabajo detrás”. Antes de que el desfile procesional terminase, los afectados ya estaban en casa.

Son momentos en los que hay que actuar rápido, el cofrade explica que son momentos que hay que vivir con “serenidad” y que, “si nos dejamos llevar y nos alertamos, no hacemos nada, ni la procesión hubiese seguido su curso”.

Ahora, que todo ha quedado en un susto, Soler confiesa que nadie le pregunta por el recorrido, por la salida o por el encierro. “La procesión, sin quitarle importancia al incidente, fue preciosa, estaban las calles abarrotadas”. Relata que fue una salida “apoteósica” e “histórica al ver la marcha de la virgen que se ponía en hombros al ritmo de un coro que cantaba la marcha”.