La Alameda, ante su segunda gran transformación
Urbanismo | Pistoletazo de salida a los trabajos para actuar en el eje central
Arranca con el primer desvío de tráfico la semipeatonalización del eje
Dividido en tres fases, generará del orden de 23.400 metros de uso peatonal
Málaga/Casi sin hacer ruido, la nueva Alameda toma forma. La mayor transformación en la historia reciente del antiguo salón de Málaga, de una dimensión cinco veces superior a la peatonalización de la calle Larios, dio ayer su primer pequeño paso en un camino que, en una previsión optimista, culminará antes del verano de 2019.
Lo hizo con la ordenación del tráfico y con la instalación de la señalización necesaria antes de que los operarios empiecen a actuar sobre la primera de las fases del proyecto, el que toca la calzada central, la única que, una vez renacida, se mantendrá abierta al tráfico.
Tendrá tres carriles para transporte público; dos, ambos en sentido este-oeste, para vehículos privados. Las alas norte y sur serán entregadas al peatón. Busca con ello el Ayuntamiento recuperar su naturaleza original, amable, cercana al vecino y redescubrir a la mirada de sus edificios (el 75% de los mismos tienen algún grado de protección).
En el cruce con la calle Larios, casi en el punto mismo donde se recolocará la estatura del Marqués de Larios (uno de los hitos más significativos de la operación), un coche de la Policía Local y varias barreras new jersey bloqueaban desde primera hora de ayer el paso de vehículos por el lateral norte, ya interrumpido a la altura de Puerta del Mar por el tajo del Metro. Es el primero de los desvíos que habrán de ejecutarse con el devenir de la obra. La estrategia fuerza al tráfico ahora pasante por el centro de la Alameda a, en pocas semanas, transitar de manera directa por Muelle Heredia. Ni un solo vehículo, salvo los autobuses de la EMT, podrán atravesar la Alameda buscando el oeste.
10,07 hectáreas peatonales
Este es el espacio que hay de hectáreas para peatones reservadas en el Centro, frente las apenas 2,35 de 1994.
La actividad en la jornada inaugural fue escasa. Y así será en los días venideros, por cuanto las primeras obras se acotarán al interior del aparcamiento de La Marina para abrir una nueva salida de aire. El paso siguiente, que obligará a trasladar las paradas de la EMT hacia la Marina, al este, y hacia Hacienda, al oeste, está pendiente de que la Consejería de Cultura autorice los movimientos de tierra necesarios en esta parte central.
Precisamente, una de las preocupaciones en el seno de Urbanismo es que la excavación en el terreno, que incluye la sustitución de una antigua tubería de gran tamaño, pueda sacar a la luz restos del fuerte de San Lorenzo, circunstancia que podría dilatar los plazos manejados. Descartada la idea de integrar los muros de la fortaleza en el túnel del Metro, en el lado norte, lo que sí contempla el proyecto es delimitar sobre la superficie de la Alameda el dibujo de la traza del fuerte, con un claro fin informativo.
La etapa primera de este proyecto de reurbanización, tantos años pretendido pero nunca avanzado, tiene un coste próximo a los 1,8 millones de euros. Es el valor ofertado por la empresa a la que tres meses atrás se adjudicaron los trabajos, Verosa. El plazo, seis meses. Un calendario que se repite para la intervención en el lado sur, el de mayor envergadura económica, cuyo desarrollo está ahora a la espera de que se contraten las obras.
La última pieza de la obra, que será la que más tarde en culminarse, está en manos de la Junta de Andalucía. Corresponde a la firma adjudicataria del tramo del Metro entre el río Guadalmedina y la futura estación de Atarazanas, acometer el cierre de las zanjas y extender el modelo de reurbanización pactado con el Ayuntamiento hasta Larios. 3,5 millones se estima que costará esta parte de la actuación. Como pronto, dado el retraso que acumula el tajo del ferrocarril urbano, no parece probable que la intervención en superficie sea posible hasta finales de año.
La nueva Alameda es un paso más en el proceso de regeneración del Centro histórico, que acumula ya 24 años. En este intervalo de tiempo, según recuerda el director del Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU) y de Recursos Europeos, Pedro Marín Cots, se ha pasado de disponer de 2,35 hectáreas se suelo para el peatón a 10,07 hectáreas. Y a estas habrá que agregar en el lapso de menos de un año, las casi 2,4 de la Alameda.
El concejal de Ordenación del Territorio, Francisco Pomares, ponía el acento ayer en la que es la segunda gran remodelación de este eje. "La Alameda se construyó a principios del siglo XIX; se remodeló a principios del siglo XX, abriéndola al tráfico y plantando los ficus, y ahora, a principios del XXI, le llega su segunda remodelación, devolviéndole su uso de paseo y el protagonismo urbano y arquitectónico que debe tener en esta ciudad", destacó.
En esta misma línea, los técnicos de Urbanismo responsables del diseño ya ponían el énfasis en la necesidad de renovar la estampa de la Alameda. "La llegada el Metro, la remodelación realizada en el mercado de Atarazanas, la reordenación del entorno de la Catedral y la ordenación del espacio Soho, tienen continuidad con la actuación que ahora se propone; se progresa así en el proyecto genérico de lograr un entorno ciudadano amable y de calidad", se destaca en el documento técnico, en el que también se incide la necesidad de "generar un proyecto completo, único, de todo el espacio".
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