Alertan del 'boom' del acoso sexual a menores a través de las redes en Málaga

La necesidad de adoptar en 2020 medidas de aislamiento social para garantizar la salud de la población supuso un uso de las nuevas tecnologías como herramienta casi imprescindible para mantener la actividad. Pero la intensa penetración de estos medios en las relaciones sociales también tiene efectos perversos. El más grave está siendo su fuerte incidencia en el ámbito de la delincuencia, que en Málaga no hace sino agravarse. Y tanto ha sido así que abogados están aprovechando ese caldo de cultivo para da una vuelta de tuerca a su negocio. Es el caso de PenalTech, que según su responsable es el primer bufete andaluz especializado en delitos informáticos. Atiende desde estafas económicas a casos de ciberacoso, un delito que, en palabras de Francisco José Peláez, que dirige el despacho, está creciendo a un ritmo vertiginioso. “TikTok es una de las plataformas que más se está utilizando. Es una red estrella para los depredadores sexuales de menores”, advierte en una entrevista con este periódico.

Internet abre la ventana al mundo pero también al groomer, esos lobos con piel de cordero que fingen ser adolescentes para ganarse la confianza de sus víctimas y chantajearles. En Málaga, un joven de 19 años se enfrenta a un año de prisión acusado de haber pedido fotos a dos menores de 13, con las que, al parecer, mantuvo una conversación de tipo sexual. Las chicas acabaron enviándole a través de Whatsapp fotografías suyas desnudas. Él investigado niega que tenga ningún tipo de responsabilidad.

Los menores, que en algunos casos también falsifican su edad para acceder a la aplicación, se exponen a altos riesgos como la accesibilidad de imágenes para depredadores sexuales, la participación en retos virales o la imitación de contenidos hipersexualizados dañinos. “Hay un foco gigante. Cada vez nos llegan más casos y también de descargas de archivos pedófilos que se comparten en grupos”, señala el abogado.

"Las amenazas a través de las redes son continuas"

Las amenazas a través de las redes sociales se erigen en otro caballo de batalla que inunda de consultas los bufetes. “Son continuas”, en palabras del director de PenalTech, que constata cierta “sensación de impunidad”, aunque, recalca, en estas plataformas “casi todo deja rastro, incluso en ordenadores que han sido formateados”.

Una de las últimas denuncias relacionadas con ciberdelitos tiene como protagonista a un hombre que mantuvo una relación a distancia con una mujer. Ambos se intercambiaron vídeos pornográficos, hasta que ella, supuestamente, le pidió dinero y él subió, al parecer, a una web erótica las imágenes que tenía en su poder. El caso se encuentra a la espera de juicio.

La Fiscalía General del Estado ya reflejó en su última memoria anual la “preocupante evolución de los delitos online contra la libertad sexual”. En 2020, hubo un 175% más de víctimas de acoso y abusos respecto a 2018.Se confirmaba así, rezaba el documento del Ministerio Público, la “tendencia ascendente que se viene constatando desde la puesta en funcionamiento de la especialidad en 2011”.

Los mayores, víctimas en casas de apuestas

Málaga ha quintuplicado la cifra de ciberdelitos en el último lustro. Es la séptima provincia con más ataques por internet, con casi 10.000 casos investigados el año pasado, según el último informe sobre esta materia que cada año elabora el Ministerio del Interior. Pero los delitos telemáticos van más allá de los sexuales. El director de PenalTech apunta que también otras estafas “estrella” dan lugar a numerosos procedimientos judiciales y de atestados policiales. Son aquellas que tienen como víctimas a personas mayores a las que el delincuente ha robado el carné de identidad. “Con este documento –los timadores– abren cuentas bancarias en casas de apuestas. Nos han llegado varios casos”, reconoce el letrado.

Los abogados de este bufete, que cuenta con sede en Málaga, Sevilla y Madrid, ven en los ciberdelitos un “océano azul, un mercado incipiente que no está explotado”, a lo que ha contribuido la pandemia, que, sostiene el director, “marcó un antes y un después”.