Alimentando mentes especiales

La Junta acaba de aprobar un plan de mejora para la atención educativa del alumnado en los centros de educación especial · El CEE Santa Rosa de Lima es el único público de la provincia y atiende a casi 150 niños y jóvenes de 3 a 21 años

Alimentando mentes especiales
Alimentando mentes especiales
Cristina Fernández / Málaga

22 de abril 2012 - 01:00

Hay que estar hecho de una pasta especial para atravesar el patio ajardinado del CEE Santa Rosa de Lima con una sonrisa y no dejarse vencer ante la adversidad. Más de setenta profesionales lo hacen a diario. Son los encargados de "mimar, achuchar", cuidar y alimentar las mentes especiales de casi 150 niños y jóvenes de entre 3 y 21 años. Es el único centro público de educación especial de la provincia y hasta él, en Carranque, llegan en 18 rutas de autobús alumnos desde Torrox hasta la Cala de Mijas, desde Alhaurín el Grande y Colmenar hasta la capital.

En los pasillos se escucha un alarido y nadie se sorprende. "Esto es lo habitual", comenta Araceli Martos, la jefa de estudios. "Aquí no huele a lápices, como en otros colegios", añade. Y lo dice totalmente acostumbrada a una realidad que acepta y quiere desde hace 23 años, que aún le emociona y le apena. "Aquí tenemos defunciones todos los años y lloramos mucho cuando se nos va un niño", confiesa en un recorrido en el que para todos tiene un animoso saludo, una muestra de cariño con nombre propio.

Todas las almas que dan vida a este espacio construido hace ya cuatro décadas tienen una discapacidad psíquica y casi la mitad presentan también dificultades motóricas. Parálisis cerebrales, autismos muy severos, diversos síndromes de origen genético, déficit sensoriales y trastornos psiquiátricos clínicos son los handicaps que aquejan a estos alumnos atendidos por 42 profesores. Un total de 18 educadores y monitores, un médico y cuatro fisioterapeutas, además de orientadores, trabajadores sociales y personal de cocina completan la plantilla.

"Somos un recurso educativo para aquellos que no pueden estar en un colegio ordinario por su gravedad o por su comportamiento, muchos tienen una importante afectación de salud, tenemos crisis epilépticas, asmáticas, desaturaciones de oxígeno y hace falta la atención del servicio médico", explica Pilar Urbano, directora del CEE Santa Rosa de Lima. Los alumnos se dividen por edades y por necesidades específicas. Además de Infantil, hay tres ciclos hasta los 16 años y los que sus capacidades se lo permiten pasan al Programa de tránsito a la vida adulta y laboral. Todo esto con el objetivo del desarrollo integral de la persona, de buscar su autonomía y, sobre todo, su felicidad.

"Cada alumno tiene un programa individualizado", subrayan la directora y la jefa de estudios y hablan de ratios tan mínimas que van desde los dos alumnos en las aulas de parálisis cerebral y comas de vigilia hasta un máximo de ocho en los talleres. Tienen un invernadero, hacen carpintería y cerámica. En este último Jesús pinta sobre el ladrillo vidriado a su Antonella imaginada, una princesa de pelo largo que llena de color cada una de sus obras, verdaderas piezas de arte. Chule, como lo llaman cariñosamente, abandonará este curso el Santa Rosa de Lima aunque no le apetezca hacerlo. Allí se siente como en casa.

"Los alumnos son muy protagonistas de su proceso educativo y esto les hace crecer la autoestima, cuando cumplen la edad no se quieren marchar", dice Martos, que reconoce que "milagros no se hacen, pero que con constancia y cariño se consiguen cosas". Son pequeños logros, aseguran las responsables del centro, pero muy "funcionales" que sirven al niño para su mejor calidad de vida, su inserción social en un futuro.

"Lo prioritario para nosotros es la autonomía personal y la adaptación al entorno, que puedan comer solos, que controlen los esfínteres, que se puedan vestir, que la familia pueda llevar una vida lo más normalizada posible", asegura la directora consciente de que el centro realiza una labor asistencial muy importante, de "respiro familiar". Aunque desde este centro afirman que la administración regional ha apostado siempre por la calidad en estas enseñanzas también consideran que son "el verso suelto de la educación". Tras un informe del Defensor del Pueblo sobre las necesidades detectadas en los centros andaluces, la Consejería de Educación citó a los responsables de centros públicos y concertados para establecer grupos de trabajo en los que analizar la situación. De estas mesas salieron los puntos recogidos en el Plan de Actuación para la Mejora de la Atención Educativa del alumnado en centros específicos de educación especial en Andalucía 2012-2015. El acuerdo, alcanzado el 20 de marzo fue publicado recientemente en BOJA.

El plan cuenta con ocho objetivos y algunos se están materializando ya. "Por lo pronto nos han llegado dos pizarras digitales y ahora vamos a comenzar los docentes un curso de formación para aprender a utilizarlas", explica Pilar Urbano, que destaca el propósito de que aunque no puedan ser centros TIC "no quieren dejar a estos niños fuera de las nuevas tecnologías, tienen el mismo derecho que otros al acceso a la sociedad de la información", añade también Martos.

Otra de las novedades consistirá en la actualización del programa Séneca para que tengan cabida las evaluaciones tan específicas que realizan desde el centro y, de esta manera, estar más cerca del resto de la comunidad educativa. Según el plan, también se va a realizar un análisis de la adecuación de las plantillas, ya que cada centro andaluz cuenta con diferentes perfiles profesionales. "Quieren reestructural el personal, homogeneizar los centros para que todo el personal sea similar", comentan la directora. "Por ejemplo, hay centros que tienen un profesor de Música y otro de Educación Física y nosotros no, y sería bueno contar con ellos", añade.

Los alumnos llegan a los colegios específicos tras un dictamen de escolarización del servicio de orientación educativa. Pero no en todos los sitios siguen los mismos criterios. Existen provincias en los que los números de unidades son mucho mayores que en otras en las que se apuesta mucho más por la integración. El plan del gobierno regional pretende que "existan criterios prefijados, una normativa para saber cuándo un niño tiene que venir a un centro específico", señalan las responsables del CEE Santa Rosa de Lima.

Desde hace cuatro años este colegio cuenta con aulas de familia, espacios de ayuda y guía para los padres y madres de los alumnos. Lo ya se ha iniciado a nivel interno ahora la nueva política de actuación lo recoge de manera generalizada. También se pretende crear un listado de material básico para dotar las aulas de estas características. Se trata de recursos materiales de difícil generalización que no siempre se consiguen fácilmente y cuyo control podría suponer una mejor optimización de estos recursos en las diferentes provincias.

Una maestra le ayuda a su

alumno a pintar de rojo el

dibujo.

Jesús, 'Chule' para sus

maestras, muestra una de

sus obras sobre cerámica.

Uno de los alumnos del

taller de carpintería trabaja

sobre un marco de madera.

Aula de estimulación

multisensorial, donde se

trabajan siete estímulos.

El patio de recreo de los

alumnos con parálisis

cerebral.

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