Alumnos sordos de cinco institutos esperan aún la llegada de intérpretes
Los centros, que han pedido el recurso a Educación, intentan que los estudiantes puedan seguir el ritmo
Luis tiene discapacidad auditiva. Acaba de empezar el Grado Superior de Caracterización en el instituto Profesor Isidoro Sánchez de Málaga. Allí ya realizó el Medio de Estética y para ello contó con la ayuda de una intérprete de lengua de signos. Sin embargo, en esta ocasión todavía está a la espera de que llegue el recurso que le posibilita el seguimiento adecuado de las clases. En la misma situación están alumnos de otros cuatro centros malagueños. Casi mes y medio después del inicio del curso aún no disponen de intérpretes. El colectivo de trabajadores demanda, además, que sean asumidos por la Junta como personal laboral.
"Se pidió a principios de curso y no ha llegado aún, a pesar de que desde la dirección se ha reiterado la solicitud varias veces para que se pueda solucionar ya", explica Virginia Palomino, jefa de estudios adjunta del IES Profesor Isidoro Sánchez. Además, añade, "Luis nos pregunta continuamente por qué no tiene intérprete y desde Educación nos contestan que nos lo van a mandar en breve, pero no aparece". Para paliar esta situación, los docentes intentan realizar esquemas en la pizarra, hablan un poco más despacio para que Luis pueda leer los labios y hacen la clase lo más visual y práctica posible. Aunque esto no es viable en todas las materias. "Pero hay módulos teóricos en los que está en una clase con un profesor toda la hora, aquí lo lleva peor, se pierde más", comenta Palomino.
En el IES Politécnico Jesús Marín también tienen actualmente a una alumna sorda sin atender. "El intérprete está pedido y esperamos que llegue pronto porque siempre estos alumnos han sido atendidos", señala Arturo Fernández, director del centro. En el IES Nº 1 Universidad Laboral necesitan un intérprete a la mitad de la jornada para completar el horario de una alumna que ingresó en el instituto en la última adjudicación del ciclo superior de Mediación Comunicativa. "Se trata de una necesidad sobrevenida, porque los seis intérpretes que se pidieron a comienzos de curso llegaron el 15 de septiembre", apunta Juan Jesús Larrubia, director del centro. También faltan en el CEPER María Zambrano de Torre del Mar para una alumna que lleva cuatro años con intérprete y este año aún no cuenta con el recurso y en el IES Santiago Ramón y Cajal de Fuengirola.
Si una de las caras de la moneda es la dificultad que tienen estos alumnos en las aulas, la otra es la precariedad laboral que denuncia el colectivo de intérpretes de lengua de signos. En Málaga lo forman unos 30 trabajadores que dan cobertura a una quincena de institutos. "Cada dos años la subvención de la Junta sale a concurso, aunque éste la empresa que nos cogió abandona su cargo y nos vuelven a ceder a otra empresa sin saber lo que nos va a tocar, la misma historia de siempre", protesta Rosa Ruiz Santana, portavoz de ILSES Málaga. La pasada semana iniciaron de nuevo las movilizaciones. "Seguimos luchando para que deje de salir a concurso la subvención y que la Junta nos asuma como personal laboral", agrega Ruiz y denuncia los altibajos salariales, el reparto de horas, la finalización de contrato en verano y la reincorporación tardía en septiembre.
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