Antonio Banderas: "En Málaga ha habido una apuesta clara por una ciudad más humana"

20 años de 'Málaga Hoy' | Entrevistas

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Antonio Banderas, durante un encuentro con el público en el Teatro del Soho Caixabank.
Antonio Banderas, durante un encuentro con el público en el Teatro del Soho Caixabank. / Javier Albiñana

SI hubiera que reconocer a un solo protagonista en la Málaga de estos últimos veinte años, sería difícil no señalar a Antonio Banderas (1960). Resultaría complicado, igualmente, encontrar una historia similar a la suya: la de un actor de éxito internacional, referente en Hollywood, reclamado por los principales cineastas de su tiempo, que decide recuperar sus raíces no en la distancia, sino con una presencia activa y efectiva. La puesta en marcha del Teatro del Soho Caixabank, inaugurado en 2019, permitió a Banderas quitarse dos espinas: la que tenía que ver con el teatro musical, su verdadera pasión, a la que no había podido dedicar hasta entonces el tiempo deseado; y la que tenía que ver con Málaga, con su anhelo de ser y estar en casa sin erosionar por ello su trayectoria. Para entonces, la gloria almodovariana parecía habérsele quedado pequeña, pero precisamente de la mano de Almodóvar ganó aquel año el Goya a la mejor interpretación (el honorífico ya lo tuvo en 2014), el Premio del Festival de Cannes y la candidatura al Oscar en la misma categoría por su trabajo en Dolor y gloria. Quedaron atrás sustos a la salud y sin sabores como el que frustró el equipamiento cultural para la manzana del Astoria: ahora, en conversación con este periódico, Banderas se expresa al ser preguntado sobre el pasado y el futuro de Málaga con conocimiento de causa.

En cuanto a la evolución de la ciudad en el pasado reciente, Banderas se muestra tajante: “En el último cuarto de siglo ha habido una apuesta en Málaga por hacer una ciudad más humana. Se ha llevado a cabo una lucha contra el tráfico que yo creo que se ha ganado. Ahora tenemos una ciudad que se ha abierto al peatón y todo eso la ha humanizado mucho. Nos encontramos en la calle, nos vemos, hablamos, es otra cosa. No es para nada esa Málaga que yo conocía de los años 70, invadida por los coches aparcados en la cera, con una calle Larios aquella que no existía, la calle Granada topada de coches, de autobuses… Ahora recordamos esto y nos parece increíble, pero yo creo que esa primera lucha atrajo después a otro mundos, como el de la cultura. A Málaga se la ha venido a llamar la ciudad de los museos, pero también está amenizada por un Festival de Cine que se ha hecho internacional”.

“Málaga es atractiva, pero también imperfecta. Y eso es lo que nos anima a quienes vivimos aquí”

Apunta el actor que “Málaga fue una ciudad industrial extraordinaria en el siglo XIX” de la que “todavía quedan testimonios: cuando uno se pasea por la zona de Pacífico hasta Sacaba, puede ver las chimeneas de las factorías que allí se instalaban, como un recuerdo de lo que Málaga fue. Esa aspiración todavía continúa, lo que pasa es que la aspiración ya no es tanto industrial como tecnológica”. Y añade: “Cuando en el año 92 Sevilla se convierte en la ciudad de la exposición universal, Málaga recibe, casi como una propina, un parque tecnológico que durante los años ha ido creciendo poquito a poco y que ahora ofrece un espacio para la instalación de todas estas grandes compañías que puede dar un aliento y una alternativa a dos Málagas: una, la turística, que es la tradicional, la que nos ha venido acompañando desde los finales de los 50 hasta ahora; y después la Málaga cultural, que es lo que nosotros venimos a hacer y a colaborar desde el Teatro del Soho CaixaBank, y todo lo que he dicho anteriormente sobre los museos y el cine.

Málaga es además una ciudad muy interesante para los rodajes, porque existe luz durante todo el año. Yo he vivido en Londres seis años y a las cuatro de la tarde en invierno en la calle ya no se puede grabar. Cuando te quitan horas, te quitan tiempo y cuando te quitan tiempo, te quitan presupuesto, porque tienes que alargar los rodajes mucho más. Y Málaga ofrece una cantidad de cualidades físicas y geográficas que ayudan muchísimo a la implantación de la industria cinematográfica”. Finalmente, “todas esas cosas hacen de Málaga una ciudad muy atractiva. Pero lo que probablemente nos anima a todos los que vivimos aquí es que se trata de una ciudad imperfecta. Hay camino para seguir trabajando y seguir buscándola”.

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