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Mikel Lejarza
Toulouse
Economía
Málaga/El actor malagueño Antonio Banderas ha tenido que dar marcha atrás en su proyecto de querer convertir la antigua Casa de Botes en el Puerto de Málaga en un restaurante de lujo. La incertidumbre económica y turística generada por el coronavirus que ha provocado, por ejemplo, el cierre del teatro del Soho hasta que se pueda reactivar la actividad teatral, ha provocado que Banderas y sus dos socios en esta iniciativa -El Pimpi y el empresario local Juan Rambla- hayan decidido retirarse de la puja, en la que se mantienen Grupo Trocadero y la UTE Mundo Nuevo.
Fuentes cercanas a la Autoridad Portuaria han confirmado que este mismo lunes la sociedad encabezada por Banderas -llamada Bote Puerto Málaga- ha presentado un escrito por registro informando sobre su renuncia a seguir en este proceso. El actor y sus socios han intentado aguantar hasta última hora, haciendo números de todo tipo, ya que mañana martes se abrirá el sobre con las tres ofertas económicas.
La sociedad Bote Puerto Málaga inició su actividad el 25 de septiembre con el fin de ganar el concurso y rehabilitar ese espacio, pero finalmente no ha podido ser. El proyecto de la Casa de Botes no es cualquier cosa, sino que implica un fuerte desembolso económico que Banderas y sus socios han preferido no afrontar en estos momentos de crisis.
La Autoridad Portuaria exige una inversión mínima de 3,5 millones de euros ya que hay que reformar el edificio entero, pues la instalación es del año 1953 y está en mal estado de conservación. Hay que reforzar la estructura y cruzar los dedos para que no aparezcan otra serie de dificultades durante la obra que encarezcan aún más la rehabilitación. Además se les exige a las empresas que resulten adjudicatarias que mejoren los accesos peatonales, principalmente desde el Muelle 1 para que haya un flujo seguro de personas.
Como contrapartida, el adjudicatario va a disponer un edificio de 1.078 metros cuadrados en uno de los mejores lugares de Málaga por un periodo de explotación de 25 años. Esos 1.000 metros cuadrados están distribuidos en una planta baja con 735 metros cuadrados y otros 343 metros en una primera planta. Además hay que añadirle otros 363 metros exteriores para terraza. La empresa que resulte concesionaria deberá abonar, aparte de la obra de rehabilitación, 41.875 euros al puerto en tasa de ocupación y un 6% de la facturación por tasa de actividad.
Las empresas tienen un plazo máximo de dos años para hacer las obras y, a partir de ahí, el reto es conseguir un amplio restaurante de lujo en un lugar privilegiado. Antonio Banderas y sus socios han decidido retirarse de la puja, aunque el proyecto sigue.
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