Aplican de forma pionera en Málaga ondas de choque para tratar la falta de orgasmo femenino

La técnica regenera los vasos y nervios de la zona del clítoris por lo que aumenta la sensibilidad

Ya se usa desde hace un año y medio en Estados Unidos con una tasa de éxito del 80 al 85%

Los facultativos, este viernes, en la presentación de la técnica.
Los facultativos en la presentación de la técnica, con el aparato en primer plano. / M. H.

Málaga/Ondas de choque para tratar la falta de orgasmo en la mujer. Un centro de Málaga ha comenzado a utilizar esta técnica de forma pionera en España y Europa. “No es experimental. Se lleva usando un año y medio en Estados Unidos con buenos resultados”, aclara el director del Centro de Salud Íntima de la Mujer, el urólogo Pedro Torrecillas. Esta clínica es la que ha comenzado a aplicar la técnica para tratar la anorgasmia femenina, un trastorno de la excitación sexual que sufre una de cada cinco mujeres. En Estados Unidos, la tasa de éxito del tratamiento oscila entre el 80 y el 85%.

Las ondas de choque –que ya se usan para romper las piedras del riñón o contra la disfunción eréctil– generan nuevos vasos y nervios en el clítoris así como en los labios menores y mayores de la vulva lo que aumenta la sensibilidad. “Regeneran las células dañadas”, resume el facultativo.

Torrecillas explica que las ondas se aplican con distinta intensidad y frecuencia según la patología a tratar. En el caso de la anorgasmia femenina son golpecitos casi imperceptibles sobre la zona del clítoris. “No es doloroso, es efectivo, es ambulatorio y tiene resultados garantizados”, asegura la ginecóloga Susana Varela. Aclara que en unas mujeres hay más respuesta que en otras, pero apunta que “siempre se logra una mejoría”.

El tratamiento dura tres semanas a razón de dos sesiones semanales. Es decir unas seis sesiones. A partir de la tercera o la cuarta, la paciente empieza a notar los resultados. Cada sesión cuesta entre 150 y 200 euros y dura unos 20 minutos.

La técnica es indolora y ambulatoria con resultados en la tercera o cuarta sesión

El tratamiento se basa en el mismo concepto que ya se emplea para la disfunción eréctil en el varón. “Si un órgano no tiene buena circulación y oxigenación, no va a funcionar. Con esta técnica, el tejido se regenera y aumenta la sensibilidad”, explica Varela.

El centro sanitario aborda la anorgasmia con un equipo multidisciplinar formado por urólogos, ginecólogos y fisioterapeutas especializados en suelo pélvico ya que el tratamiento es integral. María Elena Molina, subdirectora académica del Máster en Fisioterapia en Disfunción del Suelo Pélvico de la Universidad de Málaga, explica:Con distintas técnicas de fisioterapia, “ayudamos a la paciente a un buen movimiento del suelo pélvico de cara a la relación sexual porque hay cambios de tensión dependiendo del cambio de ritmo”. En resumen, también se reeduca a la mujer en el control de los músculos del suelo pélvico.

En la presentación de la técnica también participaron Carlos de la Rubia, jefe de productos de la empresa Prim Suministros Médicos, y Adolfo Jiménez, urólogo especialista en ondas de choque. Los facultativos explicaron que el clítoris es el único órgano en todas las especies que tiene como única función dar placer. El tratamiento no sólo se aplica sobre la parte que se ve del clítoris, sino sobre los cuerpos cavernosos que lo rodean y que están dentro del cuerpo. No pueden beneficiarse de esta técnica embarazadas, pacientes oncológicas y, en algunos casos, enfermas con marcapasos.

Un descubrimiento del ámbito militar que revolucionó la Medicina

El origen de las ondas de choque es, como muchos otros, bélico. Es un descubrimiento que se hizo en el ámbito militar, pero que revolucionó la Medicina. Cuentan que cuando los cazabombarderos atravesaban masas nubosas y rompían la barrera del sonido, después presentaban roturas en el fuselaje. Un ingeniero aeronáutico cuya mujer sufría piedras en el riñón pensó que quizás aquel principio físico que fracturaba los aviones podía tener alguna aplicación asistencial. Así que comenzó a aplicar ondas de choque en animales. Luego hizo ensayos clínicos en humanos. Así fue como nació allá por 1982 la litotricia, una técnica que rompe mediante ondas de choque las piedras renales. A una potencia mucho más reducida, también comenzó a emplearse contra la disfunción eréctil. Las ondas en este caso regeneran los vasos sanguíneos, lo que revasculariza el pene y mejora la respuesta sexual. En el caso de su aplicación para tratar la falta de orgasmo femenino, el principio es el mismo: con los pequeños golpecitos que dan esas ondas de choque regenerar los vasos y los nervios del clítoris y los cuerpos cavernosos en los que se entronca a fin de conseguir una mayor sensibilidad como resultado del mayor aporte sanguíneo y de oxígeno.

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