Apología con un cubo de pintura

Aparecen pintadas fascistas nuevamente en Portada Alta y Nueva Málaga, donde operan los núcleos duros de neonazis de Málaga, los mismos que en noviembre intentaron captar adeptos por centros educativos

Apología con un cubo de pintura
A. C. / Málaga

26 de julio 2009 - 01:00

Un cabeza rapada de ideología fascista condenado a prisión por asesinato se ha convertido en uno de los estandartes de este movimiento a nivel nacional. Las calles malagueñas no son ajenas a esta corriente y en los últimos meses se han llenado de pintadas reivindicando su libertad. La historia arranca como la conocida película American History X, en la que Edward Norton encarna a Derek, un neonazi condenado a tres años de cárcel por matar brutalmente a una persona de raza negra. El debate salta nuevamente a la esfera política -de talante democrático- para que el final en la vida real sea distinto al del filme.

Los aledaños del casco histórico y los barrios de Portada Alta y Nueva Málaga, principalmente, han vuelto a llenarse de pintadas fascistas. La mayoría reivindican la libertad del citado asesino, Josué Estébanez, otras simplemente hacen exaltación de la xenofobia. Los núcleos urbanos referidos fueron protagonistas a finales del pasado año, como publicó este periódico, de otro capítulo relacionado con los movimientos neonazis en la capital malagueña. Entonces surgieron pintadas en las zonas de influencias de los centros educativos para captar adeptos. Desde hace tiempo, la Policía tiene localizados a los dos grandes bastiones de cabezas rapadas de Málaga en dichos barrios. Aquellas pintadas se eliminaron merced a un plan especial de limpieza puesto en marcha por el Consistorio, pero ahora los rapados vuelven a reivindicarse para decir que siguen vivos.

Curiosamente la mayoría de estas manifestaciones fascistas encuentran respuestas de grupos de extrema izquierda, que aunque están menos organizados y son menos numerosos, también tienen presencia en Málaga. "Josué, estamos contigo", rezaba una pintada originalmente en la rotonda del cruce de la calle Hilera con Armengual de la Mota. "Josué, estamos jodidos", dice ahora. La cruz celta de reminiscencia nazi que acompañaba la leyenda, ha sido sustituida por un símbolo anarquista. Lo mismo ocurre con al menos otra decena de pintadas.

El grupo municipal de Izquierda Unida presentó el pasado martes una moción en la comisión de Medio Ambiente para que el Pleno del próximo jueves apruebe medidas especiales para atajar esta situación. Inicialmente la propuesta ha sido rechazada por el equipo de gobierno del Partido Popular, pues según la concejal de Medio Ambiente, Araceli González, no es necesaria ninguna medida extraordinaria porque el Ayuntamiento retira cualquier manifestación de este tipo en cuanto tiene conocimiento de ella.

La realidad es que tras la última batida de eliminación de graffitis nazis, que se realizó a principios de año, las calles han vuelto a llenarse de apología xenófoba. Pero más allá de esta iniciativa política, desde el Consistorio muestran su disposición por frenar estas conductas. Medio millón de euros de las arcas municipales se invierte anualmente en la eliminación de graffitis, según González. El pasado mes de noviembre, el Pleno ya convirtió en institucional una moción de IU en la que se instaba a los cuerpos de la policía a que refuercen la seguridad ante actuaciones de estos grupos.

"Los grupos existen y quieren reflejar que están ahí. Nos preocupa su actividad porque hoy son pintadas pero cualquier día podría ocurrir una desgracia. Hablamos de personas que niegan la posibilidad de la discrepancia, que defienden la eliminación física de quien no coincide con ellos. Reivindican la libertad de personas condenadas por gravísimos delitos", afirma Pedro Moreno Brenes, portavoz de IU en el Ayuntamiento.

El citado neonazi, soldado profesional, por el que sus camaradas se movilizan en todo el país se encuentra preso en Alcalá-Meco condenado por matar de una puñalada seca en el corazón a Carlos Javier Palomino, el 11 de noviembre de 2007 en el Metro de Madrid. El fallecido formaba parte de un grupo de antisistema, que se dirigía a reventar una manifestación de ultraderecha en Usera a la que precisamente acudía Estébanez. Un vídeo grabado por las cámaras de seguridad del propio Metro muestra el momento de la agresión en un vagón parado en la estación de Legazpi y cómo después el asesino trató de huir. En Youtube.com se puede ver y en las calles malagueñas se leen mensajes pidiendo su libertad.

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