Asesta 11 puñaladas a su padre, de 89 años, mientras dormía para robarle el dinero que guardaba bajo llave

Ciudad de la Justicia de Málaga.
Ciudad de la Justicia de Málaga.

Once son las puñaladas que un hijo le asestó a su padre, de 89 años, con la única finalidad de robarle un dinero que guardaba en una caja bajo llave. Pablo L. S. cogió un cuchillo de cocina, se dirigió al dormitorio de su progenitor y, aprovechando que se encontraba dormido, le atacó de manera sorpresiva, arrebatándole la vida. Dos años después del crimen, el responsable ha sido condenado por la Audiencia de Málaga a 23 años de prisión.

Ambos vivían el mismo domicilio, situado en la capital malagueña. Pablo sabía que su padre guardaba dinero en una caja, guardada en un mueble del salón, que cerraba con una llave que siempre llevaba consigo. También era conocedor de que, días antes de llevar a cabo el asesinato, había sacado del banco más efectivo de lo usual. Entre las 21:57 del 2 de agosto del 2021 y las 1:18 del 3, decidió sustraérselo, según se declara probado en la sentencia que lo condena y a la que ha tenido acceso este periódico.

"Guiado por el ánimo de enriquecimiento y con la firme intención de acabar con la vida de su padre", el hombre asestó varias puñaladas a su padre mientras dormía sin la posibilidad de que este tuviera ni tan siquiera la posibilidad de defenderse. La magristada-presidente del tribunal del jurado también ha considerado que se aprovechó de su superioridad física debido a la avanzada edad del progenitor. Once fueron las puñaladas que la víctima recibió; en consecuencia, sufrió "gravísimas lesiones" que hicieron que falleciera instantes después del ataque.

A continuación, el autor material de los hechos cogió del cuello de su padre una cadena dorada con varios colgantes y las llaves de la caja de caudales. Tras forzar el mueble del salón en el que se encontraba, sustrajo los 5.000 euros que la víctima había sacado apenas unos días antes. Su intención era huir a Holanda, pero el 5 de agosto de ese mismo año fue detenido en un domicilio en el que se ocultaba. Un día después, el autor material del crimen ingresó en prisión provisional, situación en la que permanecía hasta el 19 de octubre de este año, cuando la Audiencia de Málaga dictó sentencia.

En el registro policial, practicado el mismo día del crimen, los investigadores hallaron en la habitación del acusado el cuchillo con el que acabó con la vida de su padre. Éste se encontraba clavado en la zona inferior de la mesilla de noche.

De esta manera, Pablo L. S. ha sido condenado la pena de 23 años de prisión como autor de un delito de asesinato hiperagravado concurriendo además la circunstancia agravante de parentesco en concurso medial -cuando se cometen dos hechos punibles claramente diferenciados y conectados- con un delito de robo con fuerza. Además, deberá indemnizar a cada uno de sus hermanos -la víctima tenía cinco hijos más con los que mantenía una relación propia del vínculo familiar que les unía- con 50.000 euros por el daño moral que conlleva la muerte de su progenitor, además de los 2.750 euros sustraídos.

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