Atarazanas al descubierto
Finaliza la rehabilitación del céntrico mercado en el que destacan los puestos modulares y de vivos colores y cuyas obras han costado 12,6 millones de euros
Mucha luz y vivos colores son la seña de identidad de la nueva imagen del mercado de Atarazanas tan celosamente guardada en los últimos dos años y que ayer al fin se destapó. La transformación del emblemático edificio del siglo XIX declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ha sido total. Nada tiene que ver con el zoco antiguo, sucio y desordenado que a principios de 2008 cerró sus puertas de forma provisional para someterse a la mayor rehabilitación de su historia y que le ha costado al Ministerio de Fomento y al Ayuntamiento de Málaga 12,6 millones de euros.
No ha sido fácil mantener y recuperar lo que había e introducir un aire moderno y contemporáneo en el diseño del nuevo mercado, pero los arquitectos José González Gallegos y María José Aranguren creen que finalmente se ha conseguido. Lo que más les interesaba conseguir, dijo la arquitecta, era que "hubiese un gran contraste entre lo nuevo y lo antiguo para diferenciar lo que estaba y lo que se puede quitar en un futuro".
Un ejemplo de este original diseño son los 133 puestos modulares y de vivos colores que conforman el mercado y que están alineados como largos vagones que sugieren la sensación de orden y amplitud. El amarillo, el azul, el rojo, el negro y el blanco son combinados en la nueva decoración con especial ingenio para aumentar la luminosidad del interior aprovechando la luz natural que entrará por la vidriera, fechada en 1973 y rehabilitada también pieza a pieza por la empresa malagueña Artevis.
Durante todos estos años ha estado de espaldas al mercado de Atarazanas, oculta tras la construcción de hormigón que en los años 60 se levantó en el centro del edificio para las oficinas y la cafetería del mercado. Ahora, en cambio, es el elemento dominante e inunda de luz el interior del mercado que se sigue sustentando sobre la estructura de hierro original.
José González Gallegos, uno de los artífices de la idea, aseguró que los más difícil de la rehabilitación ha sido encajar todos los puestos. Se ha intentado respetar en la medida de lo posible el espacio original, aunque aún así hay comerciantes -sobre todo los del sector de la pescadería- que se quejan de que el diseño no es el más compatible con su actividad.
Pero, en general, la satisfacción de los comerciantes que han estado más de dos años reubicados en el mercado provisional construido sobre el aparcamiento de la calle Camas están encantados. David Ruiz, presidente del mercado de Atarazanas, dijo que están deseando volver y que a mediados de abril esperan poder abrir las puertas.
La rehabilitación del histórico mercado ha estado coleando más de diez años por la indecisión de las administraciones, pero ayer tanto el alcalde, Francisco de la Torre, como el secretario general de Relaciones Institucionales y Coordinación del Ministerio de Fomento, Fernando Puig de la Bellacasa, coincidieron en que Málaga ha recuperado un símbolo comercial y cultural de una zona tan emblemática de la ciudad.
6 Comentarios