El Ayuntamiento pide al Gobierno que acometa desaladoras, pese al voto en contra de PSOE y Con Málaga

Málaga/Pimpampún, desencuentro y bronca política. Ni la sequía acuciante consigue encuentros amplios en el Ayuntamiento de Málaga, en el que el debate parte del eje de enfrentamiento entre el eje de las administraciones gobernadas por el PP y la única que ostenta el PSOE, el Gobierno central.

Pese a ello, con los votos a favor del equipo de Gobierno y Vox, el Ayuntamiento insta al Ejecutivo central a "asumir las obras hidráulicas que son de su competencia, como es el caso de las desaladoras de agua de mar", además de otras infraestructuras "necesarias como el azud de Cerro Blanco y su conexión con la Aljaima, la presa de Cerro Blanco -en río Grande- y la presa de Gibralmedina -en Cádiz-". La moción popular ha recibido el voto en contra de PSOE y Con Málaga.

Más allá de lo votado, el debate se ha enrocado en una exposición de argumentos tan habitual como conocida, "ya sabía lo que iban a decir", ha asegurado la concejala de Sostenibilidad Ambiental, Penélope Gómez, en un debate que ha tildado de "el Día de la Marmota". Unos reprochan competencias a los otros y viceversa, las actuaciones que se hicieron, las que se pudieron hacer y la planificación, o la falta de esta.

El PP, por voz de Gómez, asegura que la planificación hidrológica es estatal y que distintas obras descartadas por el Estado podrían haber aliviado la situación; el PSOE, que las competencias son de la Junta en la Cuenca del Mediterráneo –a la que pertenece toda la provincia– y que el Ayuntamiento no ha planificado, a la vez que les pide que la Junta gaste los 1.200 millones que ha presupuestado.

En la reprimenda municipal se encuentran socialistas y Con Málaga, que exige un Pleno Extraordinario centrado en el agua –a lo que el alcalde, Francisco de la Torre, recuerda el Foro Metropolitano y anuncia que los resultados estarán "próximamente, en semanas", apuntando al consenso que sale de los mismos– y recuerda que los campos de golf de Málaga consumen agua para abastecer a 33.000 personas, punto en el que salta el Partido Popular para subrayar que este agua no es la misma que la del consumo humano, sino que es agua regenerada –de segundo uso, en palabras llanas– y que sólo puede utilizarse para la agricultura y los propios campos de golf.

Mientras, Vox, atiza a populares y socialistas desde la posición que permite no haber gobernado y les reclama a todos, tanto la falta de planificación como la de actuación para acabar votando con el PP.