BOOTES, la red de telescopios robóticos española en la que participa la UMA

Este proyecto cuenta con siete observatorios repartidos entre los cincos continentes: dos en España y uno en Nueva Zelanda, China, México, Sudáfrica y Chile

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Telma, el telescopio de la red BOOTES en el que trabaja la UMA que está ubicado en La Mayora.
Telma, el telescopio de la red BOOTES en el que trabaja la UMA que está ubicado en La Mayora. / BOOTES
Paula Tejada

01 de marzo 2023 - 06:24

Málaga/La red BOOTES (Observatorio de estallidos y Sistema de exploración de fuentes esporádicas ópticas) es la primera red de telescopios robóticos con estaciones en los cincos continentes del mundo. Este trabajo lo ha realizado el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA) del Consejo Superior de Investigaciones científicas (CSIC), el cual ha hecho que la Universidad de Málaga participe en este proyecto con uno de estos telescopios.

Telma, así se llama el telescopio de BOOTES que está en La Mayora, Málaga. En total, esta red cuenta con instalaciones en España (dos estaciones), Nueva Zelanda, China, México, Sudáfrica y Chile. La red BOOTES está gestionada por el IAA-CSIC, con fuerte implicación de la Universidad de Málaga y con la colaboración con otras entidades españolas como el INTA y la Universidad de Huelva e internacionales. Su objetivo principal reside en observar rápidamente y de forma autónoma lo que se conoce como fuentes transitorias, que son objetos astrofísicos que no presentan una emisión permanente en el tiempo, sino que emiten luz de forma breve, intensa y repentina. La detección de estos eventos suele realizarse desde satélite, y BOOTES proporciona una respuesta automatizada en tiempo real que permite su caracterización.

Los telescopios de BOOTES están colocados en una infraestructura dotada con una cúpula a la que se le puede abrir el techo. Asimismo, cuenta con dos cámaras para detectar estos fenómenos transitorios, una dentro de la cúpula y otra fuera. La que se encuentra en el exterior es la que trabaja las 24 horas del día y la del interior de la cúpula se abre solo cuando las condiciones meteorológicas son buenas para que el telescopio no se dañe.

Esta red “está pensada para detectar cualquier tipo de fenómeno transitorio”, donde entra el estudio de los estallidos de rayos gamma, que constituyen los eventos más energéticos del universo y que se asocian con la muerte de estrellas muy masivas. De igual forma, al ser telescopios de 60 centímetros de diámetros el profesor de Álgebra de la Universidad de Málaga, Alberto Castellón, que forma parte del equipo de esta red en Málaga, asegura que también se dedican a otras cosas. Desde vigilar basura espacial como la trayectoria de los satélites que están fuera de control a buscar otro tipo de fenómenos como los asteroides que pueden ser peligrosos para la tierra. Eso sí, los telescopios de BOOTES, no solo el de Málaga, en el momento en que reciben una alerta de rayos gamma dejan todo lo que están haciendo y como son autónomos comienzan a grabar estos fenómenos.

El seguimiento con BOOTES de los estallidos de rayos gamma, durante todas sus fases, han ayudado a restringir los modelos de este tipo de fenómenos y ha impactado en los resultados de los últimos años. El observatorio de México consiguió observar en 2017 el evento conocido como GW170817, la quinta detección de la historia de ondas gravitatorias, ya que el telescopio está ubicado en el hemisferio norte. De igual forma, BOOTES también participó en 2020 en la identificación de una fuente productora de ráfagas de radio de muy corta duración en la Vía Láctea. Un año más tarde, formó parte del estudio de distintos pulsos en la llamarada magnética gigante de una estrella de neutrones.

La red de BOOTES ya está cerrada. España se ha convertido en el primer país del mundo en conseguir instalar un telescopio en cada continente del mundo. Gracias a esto no importa que un fenómeno transitorio se produzca en el hemisferio norte o en el sur de la tierra, puesto que BOOTES puede detectarlo y grabarlo. A partir de ahora con estos siete observatorios en los cinco continentes lo que van a realizar es “terminar de ponerla en marcha”, ya que dos de las estaciones de esta red todavía no están totalmente operativas y ahora solo queda “esperar a que suceda algo”, según Castellón, para seguir estudiando.

Red de Detección de Bólidos y Meteoros de la UMA

Cuatro de los telescopios de la red Bootes (Huelva, Málaga, Nueva Zelanda y México) colaboran con el Instituto de Astrofísica de Andalucía, por lo que también trabajan en la Red de Detección de Bólidos y Meteoros de la UMA y la SMA. Actualmente, esta red cuenta con 33 estaciones en activo, repartidas por toda España, salvo las dos de BOOTES de Nueva Zelanda y México. En este sentido, la mayoría de las estaciones están en funcionamiento, pero hay algunas en proceso de instalación. Este despliegue permite una cobertura actual que alertaría, con los cielos despejados, de cualquier bólido que sobrevuele los cielos y mares a los que estos pueda llegar a tener alcance, según el profesor de la UMA responsable de esta red, Alberto Castellón.

Tienen cuatro estaciones trabajando 24 horas al día y el resto “las estaciones están automatizadas y cuando calculan que el sol está 10 grados por debajo del horizonte se ponen a vigilar el cielo y cuando detectan un meteoro se ponen a grabar en vídeo”. Todas las detecciones de meteoros se suben a su página web en formato vídeo y están en abierto para todo el mundo. Asimismo, que “es rara la noche que no detectamos un meteoro”, aunque tampoco en gran medida porque entre los meses de enero y abril “hay una escasez de lluvia de estrellas”.

En este sentido, la UMA dispone de dos cámaras con una red de difracción, cuyo objetivo es obtener los espectros de los bólidos y bolas de fuego y de ahí deducir cuál es su composición. Además, “si profundiza mucho en la atmósfera y viene a una determinada velocidad es posible que haya llegado hasta la tierra y sobre vivido”, esta red también permite que se pueda “determinar el área de la posible caída si se realiza alguna expedición de búsqueda”. Esta red funciona desde 2014 y desde entonces han detectado varias decenas de miles de meteoros.

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