El Belén Viviente Diocesano de Málaga se celebra de manera virtual este por la pandemia
Más de 50 alumnos del colegio diocesano Padre Jacobo representan los momentos más importantes de los relatos evangélicos sobre el nacimiento de Jesús.
Más de 50 alumnos del colegio diocesano Padre Jacobo representan las escenas del nacimiento de Jesús aunque este año, de manera excepcional debido a la pandemia, el Belén Viviente Diocesano se realiza de manera virtual.
En casadiocesanamalaga.com, desde el pasado sábado 19 de diciembre y durante todas las fiestas, los malagueños pueden hacer una visita virtual a las distintas escenas del nacimiento del niño Dios como si estuvieran realmente en las instalaciones de la Casa Diocesana, transformada en la aldea de Belén como cada Navidad.
Los alumnos participantes representan los momentos más importantes de los relatos evangélicos sobre el nacimiento de Jesús. Además, dos pastorales participan en el apartado musical, han precisado desde la Diócesis de Málaga en su página web.
Este año, el mensaje del nacimiento de Dios llegará a todos los rincones de la Diócesis de Málaga visitando incluso los hogares de quienes no pueden salir de casa o desplazarse entre ciudades. Tal y como ha trasladado Miguel Cristóbal Rueda, director de la Escuela Deportiva de la Fundación Victoria y uno de los responsables de la organización del evento, a la Diócesis, "si antes recibíamos a unas 2.000 personas el día este año vamos a poder estar con todos nuestros alumnos y visitar las casas de todos los malagueños que quieran visitar nuestro Belén".
Precisamente, el obispo de Málaga, Jesús Catalá, ha pronunciado su mensaje de Navidad con imágenes de este Belén Viviente Diocesano recordando que en este año de pandemia se ha podido "verificar que habíamos puesto el corazón en cosas caducas: la salud, el trabajo, el dinero, los proyectos, los viajes, las vacaciones y muchas cosas más. Todas ellas han fallado y se han ido al traste".
"¿Qué ha permanecido en este tiempo tan duro y tan difícil? Ha permanecido la amistad, el altruismo, la solidaridad y el amor, en definitiva. Muchas personas más hubieran fallecido si no hubiera permanecido la ayuda desinteresada", indica el obispo.
Así, ha considerado que la pandemia ha sido un motivo "para revertir los valores temporales que estaban ocupando el lugar de lo eterno. Aprendamos la lección de que no se puede sustituir lo caduco por lo que vale de veras".
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