Alcanzar la cumbre de la ciberseguridad desde Málaga
Bernardo Quintero. Premio Malagueños de Hoy 2021
El ingeniero ha ido escalando VirusTotal de dedicar las tardes al salir del trabajo a traer Google a su ciudad
Premios Malagueños de Hoy 2021, la Málaga que trabaja su presente y pelea su futuro
Málaga/Todos conocen la historia del malagueño que trajo a Google. Muchos han oído hablar de su insistencia para quedarse en la Costa del Sol. Hay quien sabe que las dos noches antes de negociar la venta de VirusTotal a Google no durmió leyendo libros de “fusiones para torpes” después de haber contratado dos equipos de abogados, uno en San Francisco y otro en Madrid porque él quería llevar las negociaciones.
Y es que Bernardo Quintero es uno de esos grandes jugadores que no se arrugan a la hora de tirar el penalti decisivo, sino que se ofrecen. Pero antes de que todo eso ocurriese, hubo un detalle que forjó al hombre que acabó dejando un puesto en la sanidad pública para acabar como el experto en ciberseguridad de Google: una escuela de mecanografía en la Axarquía.
No es que Quintero aprendiera allí programación, tampoco desarrollo su primer antivirus ni desarrolló allí su empresa como si del garaje de Bill Gates se tratase; lo que Bernardo hizo suyo allí fue la actitud emprendedora de su padre. El padre de Quintero era celador en el centro de salud de la Axarquía, donde más tarde empezaría a trabajar él buscando la seguridad laboral que tanto le habían apremiado a buscar.
Sin embargo, Bernardo no se quedó ahí y se fijó en esa empresa que su padre llevaba por las tarde: una vez asegurado el pan, hay que seguir luchando para conseguir los garbanzos. Y así hizo él.
Después de aprender programación en casa y desarrollar su primer antivirus con 14 años, Quintero comenzó a publicar artículos de ciberseguridad en la prensa especializada del momento. Cuando demando un espacio fijo mensual y su editora le dijo que no había tantas noticias para llenarlo, Bernardo tomó el guante y comenzó a enviar un email con “una al día”.
Con el tiempo, esta newsletter acabó llenando las suscripciones de todas las grandes empresas de antivirus, corría 1998 y lo que empezaron siendo correos electrónicos acabo siendo un repositorio que bautizó como Hispasec. Un año más tarde, en una entrevista con El País, Bernardo lanzaría la idea de lo que cinco años más tarde sería VirusTotal. En cinco años publicada nadie la desarrolló, “por eso digo que lo importante no son las ideas, es ejecutarlas”.
Tan bien funcionó su web gratuita que, cuando necesitaban más maquinaria para seguir funcionando y escalando cuando pidió una ayuda a la Junta de Andalucía. La respuesta: el proyecto no era lo suficientemente novedoso.
El siguiente paso fue contactar con Google: ¿pero cómo contactas con Google? No hay un teléfono al que llamar y se ponen los jefes. Bernardo acudió a un paper relacionado con ciberseguridad en Google Scholar, donde aparecen los mails de los firmantes.
Al primer mail a puerta fría llegó a la persona indicada para empezar una relación de colaboración Google que fue prosperando hasta que les llegó una oferta de adquisición por parte de otra entidad y en Google les dijeron que no firmaran nada.
Jugó Bernardo como delantero titular en las negociaciones y acabó situando Google en un chalecito en la Axarquía. Seis ingenieros, futbolín y una cocina en la que hacer piña, igual que en las BarCamps que organizaban para generar comunidad con el resto de startups del entorno.
Ahora echan de menos ese ambiente en sus oficinas del PTA, desde las que pronto se mudarán a un entorno aún más grande. Y todo empezó dedicando las tardes después del trabajo que aseguraba el pan para acabar siendo el experto en ciberseguridad de Google.
El propósito de quedarse en Málaga con Google
Traer a Málaga la cuarta sede de Google en el mundo no debe parecer tarea sencilla. Ahora todos los que han acabado con sus empresas compradas por Google le preguntan: “¿Qué hiciste para quedarte en Málaga, a mí también me hubiese gustado quedarme en mi ciudad?”. Bernardo siempre responde: “¿Pero lo pediste?”, a veces el camino más fácil es por el que menos se pasa. Las negociaciones con Google fueron complicadas, entre otras cosas porque una de las líneas rojas por las que no pasaba era la de quedarse en Málaga. Una vez se quedaron en Google se quedaron sorprendidos con el rendimiento, no sólo no había reducido levemente el rendimiento como el resto de empresas adquiridas, sino que gracias a que ya colaboraban con ellos y estaban adecuados al sistema de trabajo, siguieron creciendo a un ritmo vertiginoso. De seis compañeros en un chalet ya son cerca de 50 ingenieros y en 2023 desembarcan junto al Muelle 1 para triplicar su tamaño. Pero siempre desde Málaga.
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