Caos en forma de tormenta
efectos de la tromba de agua Casi 1.500 llamadas entre las 10:00 y las 16:00 horas en la capital
Una fuerte tormenta descargó ayer en Málaga una tromba de agua que provocó centenares de inundaciones en numerosas barriadas de la capital y el desbordamiento de algunos arroyos

El cielo se oscureció al amanecer y sólo los incesantes rayos que cayeron sobre la capital permitieron vislumbrar el preludio de una catástrofe. Poco más de tres horas bastaron para que una impresionante tromba de agua, alentada por una tormenta de gran intensidad, sumieran a Málaga en el más absoluto caos por la anegación de barriadas enteras, avenidas intransitables, carreteras cortadas y el riesgo de desbordamiento de prácticamente todos los arroyos que discurren por ella.
En total, centenares de incidencias que milagrosamente no se saldaron con daños personales en la tercera inundación que sufre Málaga en menos de dos meses, a pesar de que en apenas dos horas llegaron a caer más de cien litros por metro cuadrado en algunas zonas de la ciudad. Lo peor se produjo entre las 10:00 de la mañana y las 13:00 de la tarde y obligó al Centro Meteorológico de Málaga a decretar el nivel máximo de alerta y al Ayuntamiento a activar el plan de emergencia en previsión de que la lluvia iba a ser torrencial.
Más de 200 efectivos municipales formaron a partir de ese momento un dispositivo especial de trabajo para tratar de atender las múltiples incidencias que provocó la descomunal tormenta. Policía Local, Bomberos, Servicios Operativos, Parques y Jardines, Servicios Sociales, Emasa, Limasa y distritos municipales se vieron desbordados por las cerca de 1.500 llamadas que recibieron los teléfonos de emergencia municipales hasta las 16:00 de la tarde. Las zonas más afectadas fueron Los Asperones, donde 20 familias tuvieron que ser desalojadas, la Carretera de Cádiz; la zona este y el entorno del arroyo Aceitero, aunque las inundaciones se repitieron en numerosos puntos de la ciudad en los que una enorme balsa de agua lo cubría todo y se podían ver contenedores de basura flotando. Dos indigentes tuvieron que se rescatados del Guadalmedina al sorprenderles la crecida del cauce.
El caos llegó a ser tal en torno al mediodía que el Ayuntamiento hizo un llamamiento a los ciudadanos para que no salieran de sus casas en vehículo a menos que fuera estrictamente necesario para dejar trabajar a los servicios de emergencias que no daban abasto dados los enormes destrozos que provocó el agua. Aún así, la tromba de agua pilló por sorpresa a muchos conductores que quedaron atrapados en los auténticos ríos en los que se convirtieron varias de las arterias principales del tráfico de la ciudad como la de Andalucía, Héroe de Sostoa, la Plaza de la Merced o Ciudad Jardín, donde se podían ver vehículos subidos a las aceras para evitar ser arrastrados por la riada. Las incidencias en el tráfico fueron numerosas y obligaron al cierre de calles y avenidas, entre ellas Lope de Vega y Lope de Rueda, Ortega y Gasset, La Rosaleda, Paseo del Limonar, subida a Cerrado de Calderón y la avenida de Las Postas en Parque del Sur.
Además, el túnel de Cerrado de Calderón, en la ronda de circunvalación de Málaga, quedó temporalmente cortado ayer por desprendimientos en la ladera en sentido Cádiz, y aunque fue reabierto horas después, se produjeron cortes por nuevas caídas de materiales durante todo el día. Uno de los carriles del túnel de San José, también en la ronda de circunvalación, también tuvo que ser cortado por la formación de balsas de agua en la calzada. Pero la subida del caudal de arroyos y ríos fue el peor enemigo con el que los servicios de emergencia tuvieron que batallar durante unas largas y amargas horas para evitar males mayores. Aún así, hubo algunas anegaciones en el Paseo de Sancha por la gran cantidad de agua con la que bajaban los arroyos de la Caleta y Toquero, y que se desbordaron a la altura de El Limonar. El arroyo Jabonern también estuvo a punto de desbordarse y provocar una catástrofe en el entorno.
En la zona de arroyo Aceitero, entre Mangas Verdes y Monte Dorado, varios desprendimientos de rocas bloquearon el encauzamiento hacia el embovedado de esa vía de agua y hubo algunas viviendas que se quedaron aisladas. También se quedaron prácticamente incomunicadas las barriadas malagueñas de El Tarajal, Huertecilla y Santa Águeda como consecuencia de las lluvias torrenciales que anegaron durante varias horas los caminos y calles que le dan acceso. Otro de los puntos de la ciudad donde la tormenta causó más estragos fue la Avenida Héroe de Sostoa. Allí, hubo decenas de locales, garajes y viviendas completamente anegados, sobre todo, en los alrededores de la gasolinera Alaska. Incluso el Guadalmedina bajaba ayer repleto de agua por la incesante cantidad de agua que le aportaron los arroyos que desembocan en él aguas abajo de la presa del Limonero, que justo dos días antes había sido desembalsada para evitar riesgos.
Como consecuencia de la intensidad de las lluvias, el área de Parques y Jardines también tuvo que actuar en Camino Nuevo, la avenida de Andalucía, Camino de Suárez, calle Burgos Bravo, el paseo marítimo Ciudad de Melilla y en el Camino del Monte junto a la Cañada de Los Ingleses para la retirada de las ramas de árboles que habían sido arrancados. La tromba de agua obligó además a interrumpir durante varias horas el servicio de autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de las líneas hacia la zona este 11, 1, 33, 34, y 35, así como la 17 de Palmilla, la 21 de Puerto de la Torre y la 17 de Miraflores de los Ángeles. Hasta primera hora de la tarde no pudieron ser restablecidas. La Junta activó el nivel 1 del plan de emergencias en la provincia por el riesgo de inundaciones, aunque al final prácticamente lo peor se lo llevó la capital.
También te puede interesar
Lo último