Casi la mitad de las personas atendidas por Cáritas en Málaga son trabajadores o pensionistas

La precariedad laboral está generando el surgimiento de “un nuevo perfil de pobre”, ha explicado Francisco José Heras, director de Cáritas Diocesana de Málaga

Destacan la vuelta a datos “prepandémicos” y un incremento del número de inmigrantes, especialmente provinientes de América Latina

Francisco José Sánchez (Cáritas): “El crecimiento económico no siempre lleva aparejado el desarrollo”

Cáritas Diocesana en Málaga.
Cáritas Diocesana en Málaga. / Susana Lisbona

“No debemos acostumbrarnos a tener bolsas de pobreza en la sociedad. No se puede permitir que normalicemos ciertas situaciones, las desigualdades y la exclusión. Por eso sacamos a la luz estos datos, para recordar que no todo el mundo vive la misma realidad”. Francisco José Heras, al frente de Cáritas Diocesana de Málaga, ha puesto de relieve cómo la actividad de la organización evidencia que son muchos los vecinos que están viviendo en condiciones “infrahumanas”, incluso teniendo “un empleo o con una pensión todos los meses”. Es el caso de las 4.186 personas que acudieron a Cáritas en 2023 pidiendo “ayuda” pese a estar trabajando o cobrando pensiones. “La precariedad laboral y los ingresos que reciben muchos de nuestros mayores son tan bajos que no tienen opciones de afrontar los gastos cotidianos con normalidad y vivir dignamente”, especificaba Heras.

Estos son el 48% del total, como se avanza en el titular. En conjunto han sido 8.722 las personas que tocaron a la puerta de la entidad durante el año pasado, una cifra similar a la prepandemia, en 2019. Sin embargo, Francisco Heras llama la atención: “Nada de lanzar campanas al vuelo ni pensar que se ha mejorado. Lo que sucedió es que cuando llegó el Covid aumentaron las situaciones de gravedad porque numerosos hogares se quedaron sin ingresos, al no tener trabajo”. Lo cierto es que la información que manejan en Cáritas Málaga no hace sino poner de relieve el gran número de usuarios vulnerables que requieren del desempeño de organizaciones como esta.

Los más de 8.000 beneficiarios de estos servicios han permitido que alrededor de 20.600 personas vean mejorar su situación, con un total de 54.407 ayudas percibidas. “Esto se debe a que en el 71% de los casos quienes acuden a nosotros son mujeres, ellas son los motores de las familias, y de su aprovechamiento de nuestros proyectos se da que avancen en positivo el total del núcleo familiar, de los hogares con los que colaboramos”, añadía el director de Cáritas Málaga.

Otro de los aspectos más relevantes a los que han hecho alusión tanto Heras como Antonio Collado Rodríguez, delegado episcopal que ha estado presente en el encuentro con los medios, es el relativo a la inmigración. En los últimos cinco años el número de migrantes que han llegado a ellos ha aumentado un 14% y a día de hoy suponen el 57,9% del total. Es decir, cerca del 60% de personas que llegan a Cáritas son extranjeros y con situaciones administrativas irregulares (43%). “Y no hablamos ya, por inercia, de africanos. En este tiempo ha empezado a despuntar las consultas de mujeres de América Latina”, especificó Antonio Collado. Este quiso recordar que, “en apoyo a esta comunidad, estamos recogiendo firmas para conseguir la consideración de la Iniciativa Legislativa Popular en el Parlamento para la regularización extraordinaria de los inmigrantes”.

Tras unos datos y otros, tras “tantas y tantas historias que se encuentran en la memoria de trabajadores y voluntarios de la organización”, tanto los trabajos precarios a los que se aludía anteriormente como el nivel de vida, que sube “a un ritmo inabordable, los precios de los alimentos, la inflación”, y “la vivienda, caballo de batalla desde hace mucho tiempo”. El problema lo comparten el 47,3% de los atendidos en 2023, dándose un aumento de quienes viven en habitaciones realquiladas y de casas compartidas (19,9% del total). Punto y aparte merecen “los vecinos de Los Asperones, que siguen esperando una respuesta ante el drama que viven día tras día. Se les prometieron una serie de cosas que no se están cumpliendo y es importante reivindicar este tema siempre que se pueda”, sentenció Francisco José Heras.

Las necesidades que se han ido detectándose se han materializado en los proyectos que llevan a cabo –31 en total– los 189 empleados de Cáritas Diocesana en Málaga, los 1.378 voluntarios que colaboran para su desarrollo y “la inestimable e imprescindible colaboración de socios y donantes, particulares y empresas”. En total 7.949. El presupuesto así ha sido de cerca de nueve millones de euros –8.861.730 euros para ser más exactos–, de los cuales el 90% se ha destinado de forma directa a la atención social, dedicándose casi el 6% a administración yg estión y el 3,67% a otras áreas y programas.

“Vivir en condiciones infrahumanas”: La situación de los vecinos de Los Asperones

Cada vez que tienen ocasión desde Cáritas Diocesana de Málaga hacen hincapié en la realidad cotidiana de los vecinos de Los Asperones, “que están en una situación inhumana. Y no hablamos ya del precio del metro cuadrado, sino de que residen en infraviviendas”. “Llevan así 40 años –explicaba Francisco José Sánchez Heras–, con promesas que no se cumplen” y con este tema pendiente que va pasando “de la administración a la Junta o cuando no responden que corresponde al Gobierno central, que deben abordarse a través de planes nacionales”.

Así, lo que se supone que tuvo su origen en algo temporal se ha cronificado. Desde Cáritas Málaga afirman que cada fase cuenta con 700-800 familias -son tres- y que ellos hacen cuanto pueden desde las parroquias que tienen en San Fernando y Campanillas. “No cuentan con lo más mínimo para hacer una vida decente. Es increíble las circunstancias y situaciones que allí se ven”, ha sentenciado Heras.

Un informe de la UMA y Fundación Foessa -creada por Cáritas Española en 1965-publicado a finales de 2023 -Mirando juntos para ver más allá: metáforas de resiliencia, empoderamiento e inclusión social- pone el foco en lo que considera “el mundo de la exclusión social severa” y ha pretendido “escuchar a las voces olvidadas”. Cristóbal Ruiz-Román, coordinador de la investigación y profesor en el departamento de Teoría e Historia de la Educación, apuntó en su presentación que vecinos y vecinas de Los Asperones definen su barrio como “un cementerio de vivos” en el que “se vive al 50 o 60%”. El presidente de Cáritas Diocesana de Málaga ha citado este trabajo, que debería tratarse como un aldabonazo para dar “soluciones ya, desde el diálogo y el compromiso de todos los agentes sociales y de las administraciones públicas”.

La zona de Los Asperones, flanqueada por el cementerio municipal, el vertedero de basura y varios desguaces de automóviles, cuenta con alrededor de 1.000 residentes, con importante presencia de niños y adolescentes. “Nacer aquí es sentenciarte”, dicen los vecinos.

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