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Málaga/El director de Cáritas Diocesana, Francisco José Sánchez, reclamó ayer "voluntad política y decisión" para impulsar planes de viviendas de protección social que resulten asequibles para personas con escasos recursos económicos. Así, subrayó el "drama" que están viviendo por la falta de inmuebles debido al elevado coste del alquiler y la preferencia de muchos propietarios de dedicarse al uso vacacional, lo que está dificultando cada vez más el acceso. "La bolsa de personas que esperan una vivienda en Málaga sigue creciendo y el parque inmobiliario continúa estancado en posibilidades. Nos encontramos en un callejón sin salida", apostilló el portavoz de la ONG. A ello se suma, precisó, el hecho de que algunos caseros, pese a que los inquilinos cuentan con ayudas aprobadas para afrontar los pagos, "no abren sus puertas por miedo al excluido, al vulnerable y al pobre", un fenómeno que se conoce, recordó, como aporofobia. "Incluso teniendo garantizado el alquiler durante tres años se dice que no en la mayoría de los casos", aseveró el director, que subrayó la "impotencia" que sienten los integrantes de Cáritas al observar que "cada vez son más los que no encuentran alquiler ni tampoco a nadie que les dé una oportunidad para vivir en un entorno digno". "Es muy importante tener un hogar para desarrollarnos como personas", resaltó.
La memoria anual de la institución correspondiente al pasado 2016, presentada ayer con motivo de la celebración del día del Corpus Christi, y en el marco de la campaña institucional Ama y vive la justicia, recoge que fueron 25.861 las familias atendidas durante ese ejercicio, lo que ha supuesto un descenso del 6,16% respecto al anterior. La caída, aunque ligera, responde, en palabras del portavoz, a la "leve mejora" que ha experimentado el empleo, que, sin embargo, continúa siendo "precario". "Hablamos de personas que han encontrado un trabajo pero son lo que llamamos trabajadores pobres. Hay precariedad laboral", destacó.
Los responsables se han visto obligados a intensificar un 10% la ayuda en el proceso de inserción social de los casi 20.000 usuarios que siguen acudiendo. Así, se ha invertido cerca de 3,5 millones de euros, un 9,09% más, en las respuestas y acciones impulsadas, que en 2016 se situaron en 90.447. Se trata, principalmente, de ofrecer asesoramiento, alimentación, vivienda, suministros, ropa y gastos sanitarios.
La ONG ha detectado, eso sí, un "estancamiento" entre 2008 y 2016 en cuanto al número de familias que recurren por primera vez y que nunca pensaban que tendrían que hacerlo. "Hasta ahora, cada año, en torno al 20 ó 25% de las personas atendidas eran nuevas. En este último año hemos notado que ya no van incorporándose nuevas familias como se venía haciendo en los años más duros de la crisis", explicó. En cuanto al balance en los programas y proyectos de intervención social, destinados a niños y jóvenes, mujeres, familias, inmigrantes, mayores, personas sin hogar y proyectos de desarrollo comunitario y promoción social; tanto Cáritas Parroquiales como los Servicios Generales han sumado una participación de 13.171 personas.
En las acciones de fomento de la formación y empleo, la ONG ha logrado incorporar a 49 personas al mercado laboral: seis se han beneficiado de microcréditos de ayuda para el autoempleo, 12 de ellas de los pisos de integración sociolaboral para inmigrantes, y 31 personas de los cursos de formación del Centro Sagrada Familia.
Así, en los centros sociosanitarios han sido atendidas un total de 253 personas: 145 en el Centro Gerontológico El Buen Samaritano, para colectivos mayores con dependencia; 13 en los apartamentos Tomás de Cózar, que se ocupa de usuarios con problemas de soledad o pobreza estructural y/o económica; 49 en el Hogar Pozo Dulce (aquellos que viven de forma permanente en la calle); 20 en la Casa de Acogida Colichet, que atiende a enfermos de SIDA en fase muy avanzada; y 26 en la Casa de Acogida Nuestra Señora de la Merced, que cuenta con reclusos que tienen permiso temporales o que ya han salido de prisión y buscan integración social. También se ha prestado apoyo a personas no residentes: 46 en el Hogar Pozo Dulce, y 20 en la Casa de Nuestra Señora de la Merced.
Por otro lado, el vicario para la acción caritativa y social, Gabriel Leal, reivindicó un "plan decente" para la barriada de los Asperones. "Es una verguenza", subrayó. Cáritas se ha sumado desde Málaga a la campaña de solidaridad con Venezuela para responder a la petición urgente de la Cáritas Nacional de ese país para recaudar 1,8 millones destinados al reparto de ayuda de emergencia en diez estados.
La principal fuente de financiación de Cáritas son los socios y donantes. El pasado 2016, estas aportaciones aumentaron en un 3,61%, lo que confirma, en palabras de los responsables de la ONG, "la generosidad de tantas personas que confían en Cáritas como cauce efectivo de caridad y solidaridad y continúan con sus aportaciones en esta época de crisis". En total, son 4.920 los que colaboran con la institución, que también recibe subvenciones procedentes de convenios con las Administraciones Públicas, destinadas, fundamentalmente, a los Centros Sociosanitarios y a los talleres de formación. La acción fundamental de Cáritas, en términos económicos, se desarrolla en la ayuda directa y en la intervención social de las cáritas parroquiales. El total de recursos invertidos asciende a 7,9 millones de euros. Son 1.245 los voluntarios con los que cuenta Cáritas y 160 los trabajadores contratados (un 11,38% del total). El 85,1% de estos trabajan en los centros sociosanitarios y socioeducativos. La institución destina el 10% de sus recursos no finalizados al apoyo a las Cáritas del Tercer Mundo a través de los damnificados por el terremoto de Ecuador. Asimismo, se han apoyado proyectos de desarrollo en los países más pobres, caso de Chad y Marruecos.
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