Carlos Cabezas: De profesión, campeón

Alma de guerrero, corazón de león, el mítico base del Unicaja se sienta en nuestra mesa y habla de su vida a fuego lento

José Montalvo, Carlos Cabezas, Estefanía Muñoz, Mario Rosado, Juan García y Juan Luis Pinto. / Paco Menjivar
Juan Luis Pinto Doblas

19 de mayo 2022 - 07:07

Málaga/HOY tenemos la suerte de contar en esta sesión con un hombre muy joven que arrastra un palmarés deportivo y personal de verdadero mérito. Hace un año, con cuarenta, colgó su camiseta, y abandonó las canchas de baloncesto –eso sí, nunca se sabe si será definitivo ya que se muestra siempre dispuesto a saltar al parqué– , y emprendió un nuevo rumbo en su vida. Después de ser campeón del mundo en dos ocasiones, de conseguir numerosos títulos a lo largo de su carrera y de liderar incontables gestas, solo habla de personas, de la amistad y del respeto. Y eso engrandece aún más su leyenda. Señoras y señores, con todos ustedes, Carlos Cabezas.

El restaurante Bendito

Qué mejor lugar para celebrar este interesante encuentro que el restaurante Bendito, situado en el número 11 de la histórica calle San Juan, a los pies del hotel Málaga Premium, del que forma parte. Bendito es uno de esos lugares que te invitan, primero a visitar, luego a poner a prueba, y más tarde pasas a formar parte de su legión de amigos más que de clientes. En muy poco tiempo han pasado a ser referencia gastronómica en nuestra ciudad. Mérito de todo un equipo de profesionales, capitaneado por Estefanía Muñoz, directora del complejo, así como de los indispensables apoyos del chef, paleño, malagueño cien por cien, Mario Rosado, quién nos sorprendió con sus elaborados platos, así como con la de Erno Bajzik, maitre con verdadero oficio. Un equipo de once personas, cinco en cocina y seis en sala y terraza de restaurante, completan esta joven y dinámica plantilla. Ahora les cuento más.

El invitado: Carlos Cabezas

Juan Luis Pinto y Carlos Cabezas durante el almuerzo. / Paco Menjivar

Y no perdimos un minuto en iniciar nuestra conversación. Comencé por felicitarle por su final de carrera y estar instalado en Málaga. “Me siento un privilegiado. Y reiniciar mi nueva vida en Málaga es lo máximo. Estoy muy agradecido al club Unicaja por permitirme jugar mi último partido vestido de verde y contra el Real Madrid. Además por la oportunidad que me ha dado de aportar mi granito de arena como embajador del equipo. Mantengo mi pasión por el deporte. Me he retirado con cuarenta años pero he tenido mucha suerte con las lesiones. Jugar de base y a veces de escolta te exige un enorme esfuerzo físico. Soy muy competitivo y a lo largo de mi vida me he preparado a conciencia.”

Muy personal

Nacido en Málaga, su familia de deportistas –su tío Hugo Cabezas, ex jugador internacional de fútbol; su padre, Carlos Cabezas, gran jugador de baloncesto muy querido en la ciudad; la familia de su madre, Carmen, una sevillana de bandera– ha hecho que su carácter y su educación se hayan edificado alrededor de los valores del deporte. No puede dejar de emocionarse cuando menciona a sus padres. “Mi padre siente pasión por el deporte, en general. Cuando comencé a jugar, entrenábamos juntos y comenzó a forjarse una relación entrenador-padre plena de discusiones [risas], pero llena de gran complicidad . Me apretaba mucho. Siempre fue muy competitivo. Mi madre intervenía para poner orden [risas]” . Tiene siempre presente a esos amigos que ha ido consiguiendo, como exclusivos e insustituibles, a lo largo de su vida. Cuando mira atrás considera que la vida le ha sonreído, aunque tuvo que tomar decisiones muy difíciles siendo aún muy joven, y momento muy duros. “ Pero no me arrepiento de nada, tanto a nivel deportivo como personal. Me quedé fuera de la Olimpiada de Atenas pero continué trabajando duro y pude ir al mundial. Casi juego en los Orlando Magic, pero…. Creo que ahora me aguarda un nuevo futuro. Muy divertido”. Y aprovechó la ocasión para dirigirse a Málaga. “ Me emociona el respeto a mi trabajo. Gracias a Málaga y espero poder seguir aportándole mucho más en mi nueva etapa en la vida. Conseguir que el Unicaja vuelva a estar donde siempre ha estado y volver ver vibrar al Carpena. Se lo merecen Málaga, el Club Unicaja y su presidente”.

–¿Qué se siente al tener un pabellón de deportes con tu nombre?

–[Risas] Nunca imaginé que podría tener todo esto. Un pabellón con mi nombre en Marbella, donde juegan mi sobrino y mi primo. Una estrella en el paseo en Puerto Banús. Que colgasen mi camiseta con el número “10” en el Carpena. Les estoy muy agradecido a todos. No sé si merezco todo eso.

–Ha ganado numerosos títulos. No todo el mundo puede presumir de eso.

–Yo tampoco. Me interesa mucho más los amigos que he ido acumulando por el camino. Los títulos, por supuesto son importantes y estoy orgulloso de ellos, son el resultado del esfuerzo de un profesional, de las ganas de trabajar y las exigencias que se marque uno, pero lo más bonito que me ha dejado el deporte han sido mis amigos. Muchos de ellos son de fuera de Málaga, incluso de España. Me encanta que vengan a Málaga, enseñarles nuestra ciudad, pasearlos.

–¿Como ves al Unicaja?

–[Silencio] Como espectador, en los últimos años, observaba que muchos equipos venían a ganarnos sin ningún tipo de temor. Este año la liga ha estado muy igualada, pero por encima de todo, la temporada no ha sido buena. Este año no se han cumplido los objetivos. Hay que hacer borrón y cuenta nueva. Venimos de años difíciles. Ahora toca proyecto nuevo. Hay buenos jugadores, pero toca analizar . Quizás hay demasiados jugadores con un mismo perfil.

–¿Recuerdas en todos los lugares donde has competido?

–Sí, han sido muchos. A parte de los equipo de la liga española, especialmente el Unicaja, he jugado en Venezuela, Argentina, Rusia, Uruguay… El caso de Uruguay es muy especial. Mi familia es de allí, y poder jugar la final del campeonato con el Nacional, el equipo de mi padre, fue toda una experiencia y un orgullo.

–El baloncesto no para de evolucionar, pero ¿qué cambiarías?

–Cambiaría la linea de tiro de tres puntos. La alejaría aún más de la canasta y crearía el tiro de 4 puntos. Más espectáculo. El baloncesto es un deporte apasionante y cargado de espectáculo.

La comida

Enseguida y tras descorchar una botella de vino blanco Marqués de Cáceres Excellens, selección de bodegas Lara, nos fue servida la ensaladilla rusa de Bendito. Un plato, al que el propio Mario Rosado, define como “sencillo pero diferente”. Y doy fe de ello. Con su toque de zumo de lima y de atún rojo de barbate. Sencillo, pero exquisito.

–Y ahora te dedicas al mundo de los negocios con un nuevo equipo.

–Sí, esta es una nueva etapa en la que me integré hace ya algunos años con Málaga Premium. Hoteles y restaurantes. Conocí a Juan García en el año 2006 y más tarde a Jose Montalvo. Comenzamos con Oasis, en San Telmo, después Batik en la terraza de nuestro hotel Alcazaba Premium y más tarde La Fabrica. Y nuevos proyectos en marcha como los apartamentos turísticos en calle Granada.

Uno de los platos.

Un nuevo plato nos fue presentado por Mario Rosado: croquetas de gallina en pepitoria con salsa de almendras, azafrán y ñora. Un plato original y pleno de sabor que nos sorprendió gratamente.

–¿Qué te queda por hacer?

–[Risas] Muchas cosas. Estoy en fase de aprendizaje y soy muy joven. El futuro está ahí, esperando. Me gustaría crear un campus de baloncesto en Marbella y seguir vinculado al deporte.

–¿Con quién te gustaría haber compartido vestuario?

–He tenido la suerte de competir con jugadores como Navarro o Gasol. Pero me habría gustado mucho compartir vestuario con Djordjevic y Jasikevicius, ambos jugadores de gran carácter. Tuve la oportunidad de enfrentarme a ellos, pero me habría gustado jugar a su lado.

De nuevo fuimos sorprendidos por otro de los platos estrellas de Bendito: brioche con una lamina de ventresca, glaseada con queso andazul de la sierra y tamizado con ajo negro.

–¿Cual es ese momento inolvidable?

–Hubo muchos, pero me quedo con dos: cuando debuté como profesional en el Palau Blau Grana ante el Barcelona, con el Unicaja. A partir de ahí puedo decir que comenzó todo. Contaba con 18 años. Un poco antes, fuí campeón del mundo. Son los dos grandes momentos de mi vida deportiva. Mis años en Unicaja, mi experiencia en Sudámerica…

Uno de los platos.

Y un último plato de entrante de la factoría Bendito: bocado de matanza. Un torrezno encebollado, con vino de Jerez, sobre pan de cristal. No deben dejar de probarlo. Para degustar este plato y el siguiente tomamos una copa de vino tinto Cair Cuvee de Luís Cañas. De nuevo nos sorprendió bodegas Lara con este excepcional vino.

–¿Qué has aprendido en todos estos años?

–(Silencio) A jugar cada vez mejor. A respetar. Es uno de los más grandes valores: el respeto. Es lo que más me dice de una persona. Tanto en el deporte como en la vida.

El postre.

Cerramos el recorrido gastronómico con un plato espectacular: lubina con puerro asado y sofrito de almendras a la moruna. Una reinterpretación de un guiso muy nuestro y marinero: caldero o cazuela de pescado. Ahí se nota especialmente la procedencia “paleña” del chef. No podía faltar un postre a la altura de los platos degustados: monocroma de frutos del bosque; una oda frutal para el paladar. Compuesta de bombón de chocolate blanco envuelto en chocolate rubí, sorbete de frambuesas y crumble de fresas, bizcocho de frambuesas, algodón de fresas y una sopa de frutas del bosque. Indescriptible. Mis felicitaciones al chef Mario Rosado, formado en La Consula y con una brillante trayectoria en prestigiosos restaurantes dentro y fuera de España. A Erno Bajzik y al resto del equipo de Bendito. ¡Ah! Y no se olviden tomar una copa en la terraza de San juan, situada en la quinta planta del edificio. Todo una experiencia con vistas la la iglesia de San Juan y edificios del casco histórico. Agradecimiento muy especial a Jose Montalvo y Juan García por su cálida recepción. Algún charlaremos con ellos. Merece la pena.

Los vinos

Los vinos.

Blanco: Marqués de Cáceres Excellens. Magnífico vino de la D.O. Rueda elaborado con uvas cien por cien de la especialidad Sauvignon Blanc. Un vino singular, equilibrado y sugestivo, donde destacan sis matices de frutos tropicales. Realmente sorprendente.

Tinto: Luis Cañas. Cair Cuvee. D. O. Ribera del Duero. Extraordinario vino de las bodegas de Luis Cañas elaborado con un conseguido equilibrio de uvas tempranillo y merlot. Un vino sabroso,intenso, con claros aromas a frutas rojas. Absolutamente recomendable.

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Bodegas Lara

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