“El tercer hospital será modélico; un edificio muy funcional y sobrio"
Carlos Lamela, arquitecto
Pone en valor la posición de Málaga como "referente" internacional
Defiende las torres en el litoral oeste como uno de los grandes proyectos del Mediterráneo
Málaga/El apellido Lamela vuelve a ser protagonista de la arquitectura que se desarrolla en la provincia de Málaga. Si décadas atrás ese papel correspondió a Antonio Lamela, ahora es su hijo Carlos quien está al frente de algunos de los principales proyectos residenciales y públicos de la capital. El tercer hospital y las torres proyectadas en el litoral oeste son sus dos referencias inmediatas.
–¿Qué siente un hijo ante un movimiento como el ocurrido en Málaga que ha logrado la protección de un edificio diseñado por su padre?
–Una sensación de gran agradecimiento a todos los que han propiciado esto, empezando por los vecinos del edificio; la Administración, que ha sido comprensiva; el Colegio de Arquitectos y compañeros, destacando la labor de Ángel Asenjo, que estuvo conmigo en el portal. Agradecimiento infinito y orgulloso por la obra de mi padre, que es importante en Málaga y la Costa del Sol. Mucha satisfacción por todo.
–Usted intenta algo parecido en Madrid con las Torres de Colón.
–Desgraciadamente la actividad del Ayuntamiento de Madrid es la opuesta a lo ocurrido en este tema. Porque el Ayuntamiento de Madrid ha tenido una actitud de total complicidad con la destrucción de las torres y con el actual propietario. Diría que es algo opuesto y eso como madrileño me entristece mucho. Las Torres de Colón es una obra mucho más importante que el edifico del paseo de Melilla. Las Torres de Colón es un edificio único en el mundo, no hay ningún otro ejemplo igual. No haber encontrado ese apoyo en Madrid para un edificio emblemático cuando en Málaga sí se ha encontrado me llena de desconcierto y de tristeza. Pero el tema está en manos de la Justicia y no dudo de que al final la lógica y la sensatez se impondrán. Es uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura del siglo XX. Esperamos que todo esto cambie de rumbo.
–En cualquier caso, estos ejemplos de los que hablamos ¿pueden dar qué pensar respecto a la sensibilidad que se tiene en España con la arquitectura.
–Sin duda. España es un país que desgraciadamente ha accedido a la cultura más tarde que nuestros vecinos europeos. Todavía no valoramos el patrimonio cultural de la arquitectura contemporánea, a pesar de ser un país que desde los 50-60-70 ha influido más en la arquitectura moderna europea, porque tenemos una calidad de arquitectos y agentes extraordinaria. Pero no somos conscientes del valor que tiene nuestro patrimonio. Creo que la Administración no está concienciada y las asociaciones profesionales y colegios no han hecho lo suficiente. Entre otras cosas porque las trabas administrativas son enormes y los intereses económicos son muy grandes. No estamos a la altura de lo que deberíamos. Por eso lo ocurrido con el edificio del paseo Ciudad de Melilla es tan importante, porque va a sentar un precedente fundamental, no solo para Málaga sino para toda España, por el valor de los edificios de esa época, fundamental en la historia de la arquitectura española.
–Su padre fue autor de varios proyectos en la Costa del Sol y en la capital. Ahora es usted el que recoge el testigo y está al frente de algunos de las más importantes iniciativas impulsadas en los últimos años. ¿Cómo explica la evolución que está teniendo este territorio en las últimas décadas?
–Estoy muy satisfecho de poder continuar con toda esa labor del estudio Lamela, con mi padre en los años 60. Cuando venía de viaje de vuelta de Marbella iba repasando con un amigo la cantidad de cosas que se han hecho en la costa. Es una costa que siempre ha sido abanderada de la construcción más interesante entre otras cosas porque no había nada. Se hicieron costas muy bien hechas. Quizás otras no tanto, pero vamos a quedarnos con lo bueno, con aquella arquitectura que fue un ejemplo para la arquitectura turística a nivel mundial. Hoy Málaga es una referencia en el mundo internacional, una ciudad que quiere jugar un papel importantísimo.
–En ese recorrido del que usted habla también hay numerosas sombras de un urbanismo inadecuado.
–Por supuesto, pero eso podemos decirlo a toro pasado. Los ejemplos de arquitectura excelente solo pueden ser un determinado porcentaje.
–En Málaga capital está usted implicado en el nuevo hospital y las torres en la zona del litoral oeste. Del primero de ellos se viene hablando desde hace muchos años. ¿Qué podemos esperar?
–En términos generales tiene que ser un edificio muy funcional. Estamos en una época en la que todo el dinero invertido tiene que ir directamente a conseguir los efectos que tiene que producir. Estamos en mitad de una pandemia, ante un futuro incierto en el tema de la sanidad y cada euro que se invierta tiene que ser muy rentable. Es un edificio muy funcional, no sobra nada, no falta nada, desde el punto de vista arquitectónico es muy sobrio. Creo que va a ser un hospital modélico. Nosotros no somos especialistas en hospitales, por eso vamos al concurso con uno de los mejores estudios en hospitales, Aidhos. Con ellos hicimos un hospital muy importante en Panamá y hemos hecho el Centro de Alzheimer de la Fundación Reina Sofía en Madrid.
–El otro proyecto del que hablamos es Torre del Río. ¿Qué aporta ese proyecto a la ciudad?
–Va a ser muy importante porque cierra Málaga hacia el sur, junto a la Térmica. Tienen una configuración en fachada que lo hacen uno de los proyectos más importantes en el Mediterráneo. En un ciudad como Málaga va a ser muy emblemático. Ya se ha empezado la primera torre, de Metrovacesa, y la idea es iniciar en poco la segunda, de Sierra Blanca. Las propiedades han tomado la decisión de ir adelante a toda máquina.
–¿Un estudio como el suyo también nota la pandemia?
–Es lógico. Los productos relacionados con los sectores en crisis como el transporte se han ralentizado. Pero esperamos que sea algo coyuntural. Es verdad que parece que se va a demorar más de lo que pensábamos. Leía que las compañías aéreas pensaban que el sector aeronáutico no se recuperará hasta dentro de tres o cuatro años. Es la cifra que tenía en mente desde el inicio. Es una crisis muy dura y que va a necesitar mucho tiempo en retomar valores anteriores.
–Antes hablábamos de las torres proyectadas en el litoral oeste. Son ejemplos de arquitectura en altura, cuestión que en Málaga es objeto de cierta controversia desde hace años. ¿Cree que es lógico ese?
–Todos son lógicos y obligados. Cualquier actuación urbanística de primer nivel tiene que ser debatida y analizada. La edificación en altura es absolutamente defendible y aquellas ciudades en altura que se ponían en solfa hace unos años ahora se consideran ejemplo del urbanismo sostenible. No es ni buena ni mala per se, lo que tiene que haber son buenas piezas. Tengo un enorme respeto por los proyectos de otros compañeros. Por ejemplo, si me pregunta por la torre del puerto lo único que puedo decir es que el arquitecto que la lleva, José Seguí, que es un profesional excelente, hará todo lo posible por hacer un gran proyecto. No conozco el proyecto en detalle como para opinar. Las ciudades siempre han tenido edificios en altura, catedrales, chimeneas, torres y creo que una ciudad homogéneamente baja es muy aburrida. Hablo a nivel general.
–¿Los ecos de la torre del puerto llegan a Madrid?
–Sí. Ha salido en la prensa nacional. Todos lo conocemos. Es un problema de solucionar bien el tema puntual. Creo que hay que ser muy cauto en analizar estas cosas si uno no tiene el conocimiento suficiente. El día que opine me gustaría hacerlo con un criterio que hoy no tengo.
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