"El puerto no puede convertirse en una reserva de suelo para proyectos municipales"
Carlos Rubio, presidente del Puerto de Málaga
Se marca como "gran prioridad" ampliar el muelle de pescadería, ganando unas 10 hectáreas de superficie
Confirma que legalmente no es posible ceder gratis los terrenos para el futuro Auditorio
Casi una semana después de haber tomado posesión como nuevo presidente del Puerto de Málaga, Carlos Rubio atiende a Málaga Hoy. Lo hace horas después de haberse reunido con el alcalde, Francisco de la Torre, en la que él mismo asume será una primera toma de contacto de muchas sobre los temas que interesan al Puerto y al Ayuntamiento.
–¿Quién le iba a decir a usted que después de ser subdelegado del Gobierno, coordinación general de Seguridad en el Ayuntamiento de Málaga, de haber pasado por el Ayuntamiento de Marbella iba a acabar como presidente del Puerto?
–Siempre he estado muy vinculado al mundo de la náutica por afición y como nací en Melilla la entrada al resto del mundo era el puerto de Málaga. Me acuerdo que lo primero que veíamos era el silo, el edificio de la Autoridad Portuaria. Y luego, cuando paseaba por la ciudad , pensaba lo bonito que tenía que ser la gestión de todo esto. Las circunstancias han llevado a que sea presidente.
–¿Como afronta este reto?
–Los puertos compiten en un mercado logístico global y muchas acciones que habrá que emprender tienen que ver con estas circunstancias. Al final la ley nos obliga a ser suficientes financieramente y para lograrlo tenemos que ser atractivos para las empresas. Una diferencia de servicio o de coste relativamente pequeña hace que esa empresa en lugar de venir a Málaga se vaya a Tánger o a Nador...
–¿En qué situación se encuentra el puerto?
–El enfermo estaba muy mal y ahora está delicado. La etapa de Paulino Plata ha tenido un balance positivo. Ha conseguido revertir la situación de debilitamiento permanente y penuria, cada día más alejado de las rutas comerciales. Pero estamos en unas redes mundiales, hay que ser conscientes de que hay que trabajar todos los días y que cualquier fallo por nuestra parte va a hacer que las navieras que confían en el puerto de Málaga para hacer esas transacciones se vayan. Hay que trabajar permanentemente en la comercialización, ser muy atractivos en los servicios que prestamos. Hay que aprovechar todo lo bueno hecho y mejorar.
–El puerto es un espacio siempre en tensión entre quienes defienden su explotación portuaria y los que lo ven como zona natural de expansión de la ciudad. ¿Es posible conjugar ambas realidades?
–Tiene que haber un equilibrio. Hay una realidad innegable y es que el puerto se inserta en la ciudad y tenemos que llegar a soluciones de equilibro, que vayan beneficio de la colectividad, pero sin perder de vista nunca que el puerto tiene sus propias funciones. Eso se lo remarcaba al alcalde esta mañana (por ayer), en la reunión que he mantenido con él. No perdamos de vista que los puertos son grandes generadores de empleos industriales, algo que en Málaga no sobra. Estamos muy enfocados al sector servicios y sobre todo a la hostelería. No hay que minusvalorar esta actividad industrial, todo lo contrario, hay que potenciarla. Una comparativa adecuada es lo que pasa con Barcelona y Valencia, las otras grandes ciudades del Mediterráneo español, que se han desarrollado turísticamente pero sin renunciar a un desarrollo industrial. En estas ciudades el puerto es dinamizador de la industria y no podemos renunciar a ese papel. Es una puerta al resto del mundo. Hay que buscar el equilibrio con esa otra pata, que es más conocida, porque los ciudadanos pasean por el Palmeral de las Sorpresas, por el Muelle Uno.
–¿Tiene la impresión de que la verja que históricamente ha separado puerto y ciudad ya ha desaparecido o se mantiene?
–En gran medida ha desaparecido. Pensemos en los espacios de los que ya disfrutan los malagueños. Las estadísticas que tenemos es que el año pasado hubo más de 10 millones de personas visitando estos espacios. Se ha avanzado mucho, pero quedan algunas zonas a las que hay que buscar soluciones de apertura a la ciudad pero esas soluciones no pueden en ningún caso comprometer la operatividad del puerto. De tal forma que cuando haya una nueva apertura tiene que haber una contraprestación dentro del puerto o tenemos que ejecutar una acción que nos permita mantener la operatividad sin perder competitividad.
–¿Hablamos de Muelle Heredia y San Andrés como los espacios pendientes?
–Muelle Heredia es un espacio privilegiado para la ciudad. La solución diseñada en el plan especial va a conseguir que haya un espacio maravilloso. Eso nos va a perjudicar porque va a desplazar al interior la zona de operaciones portuarias. Cuando se haga tendremos que compensar y tendremos que buscar dentro del propio puerto o donde sea. Ahí lo que está previsto son oficinas de alto standing.
–¿El concurso de ese espacio es una prioridad?
–Tiene que ser una prioridad, lo tengo claro, pero todos los procedimientos son complejos. No es sencillo el proceso que nos va a llevar a ver las oficinas construidas. Hay unas dependencias públicas de la Agencia Tributaria y la Guardia Civil a las que hay que buscar soluciones. Pero lo que no podemos hacer es pararnos.
–Su antecesor siempre que podía lanzaba el mensaje de todo lo que aporta el puerto a la ciudad. ¿Usted va a seguir esa linea?
–Las relaciones deben ser equilibradas. Esto no puede convertirse en una reserva de suelo para proyectos municipales. Hay que buscar el equilibrio para que el beneficiario, que es el ciudadano lo perciba, pero sin perjudicar a la actuación propia del puerto. Esto no es un capricho. Los estudios indican que la economía inducida por el puerto supera los 300 millones de euros y hablamos de un trabajo de 2014, cuando los tráficos eran mucho menores. Ahora, fácilmente esa cifra es muy superior. Y el empleo inducido por el puerto, bastante cualificado, supera las 5.000 personas. Mantener esos equilibrios es esencial.
–En la actualidad el puerto tiene poco espacio de explotación. Hace algún tiempo se puso sobre la mesa la idea de ampliar superficie en la zona de pescadería.
–Es una gran prioridad. Ahora empezamos a desarrollar el plan de inversiones y ya lo henos planteado como prioridad. Vamos a plantear los estudios preliminares. Se ganaría una gran superficie, de unas 10 hectáreas, sin modificar de manera importante las infraestructuras existentes. Ese proyecto es esencial. Vamos a buscar todos los medios financieros y técnicos parta que sea una realidad en los próximos años. En un plazo corto. Tengo la esperanza de que se pueda desbloquear en uno o dos años. Los cálculos preliminares sitúan la inversión en unos 20 millones de euros.
–¿Disponer de esta nueva zona esencial para que se pueda liberar la zona de San Andrés cara al proyecto del Auditorio?
–No está necesariamente vinculado, pero está relacionado, porque ahora la plataforma de San Andrés tiene un gran uso portuario. Estoy de acuerdo con que el Auditorio es un gran proyecto, pero en todas las negociaciones tenemos que buscar que los grandes proyectos de la ciudad salgan adelante pero sin perjudicar la operativa del puerto.
–En esa reunión con el alcalde seguro que ha salido a relucir este tema.
–Sí.
–Es casi una obsesión personal del alcalde.
–El alcalde ha conseguido grandes cosas para la ciudad gracias a su tenacidad. Cuando se trata de un proyecto que el alcalde tiene puesto como prioridad le doy un alto grado de confianza.
–Le señalo esto porque Plata subrayaba que ese suelo no puede salirle gratis al Ayuntamiento o a quien promueva el proyecto.
–Eso no es que lo diga el señor Plata o lo diga yo, es que legalmente no tenemos otra posibilidad. El puerto no puede ceder activos ni al Ayuntamiento ni a nadie, por ley tiene obligación de obtener rendimiento de todos los activos que tiene. Eso se da por entendido.
–Hace unos días mantuvo una reunión con los responsables de Puertos del Estado.
–Fue una reunión cordial y productiva, sabiendo que con las elecciones generales puede cambiar de nuevo el organigrama de Fomento. Lo que planteamos fue una serie de cuestiones que nos preocupan y para las que buscamos su apoyo. Caso de Muelle Heredia y la necesidad de que nos echen una mano en el traslado de las edificaciones que hay. Y del necesario apoyo para conseguir los servicios paraduaneros para Málaga. Tememos un problema que hay que solucionar, porque no puede ser que un puerto como Málaga pierda tráficos o la posibilidad de tener lo que tiene porque hay un déficit en la dotación de funcionarios. Debo decir que la subdelega del Gobierno se está volcando con este tema. Hay que presionar al Gobierno para que lo solucione.
–¿Y el soterramiento del tren del puerto?
–Llegado el momento habrá que pedirlo, pero hoy por hoy no está entre las prioridades del obierno. Es una obra cara. Ahora el tren entra de madrugada. La utilización del tren en el corto plazo no justificaría el soterramiento. Ojalá que en futuro sí lo haga.
–¿Qué se maneja con el puerto deportivo de San Andrés?
–Es uno de los temas tocados con el alcalde. Tal y como se diseñó originalmente es difícil que haya alguna empresa que se haga cargo. Porque las superficies comerciales son muy pequeñas en superficie y en uso. Pensemos que hablamos de una inversión de entre 25 y 30 millones. Es necesario para la ciudad, porque Málaga no tiene un puerto deportivo. No parece razonable que la capital de la Costa del Sol no tenga este espacio. Va a haber que modificar el plan especial, aunque sea de una forma parcial. Nos reuniremos con el Ayuntamiento para ver qué solución le damos y que sea lo más rápido posible. Habría que incrementar el techo comercial, variando la distribución Hay posibilidades.
–Usted se encuentra en tramitación el hotel que se plantea en el dique de Levante. ¿Conoce el proyecto?
–Sí. Como todo proyecto singular genera controversia. Entiendo que hay detractores, personas que creen que debería tener otro uso. Peri tenemos el hotel Vela de Barcelona, o la torre eólica de Valencia. Es una tendencia que se está dando en todos los puertos. Respeto esas opiniones pero entiendo que tenemos que dar pasos en lo que creo que es una mejora en el equipamiento de la ciudad. He visto que se cuida la altura, que no destaca mucho sobre los cruceros o las grúas. Creo que está muy estudiado. La Torre Eiffel cuando se hizo tuvo un montón de colectivos en contra, pero muy virulentamente en contra; la peatonalización de la calle Larios tuvo muchos detractores y hoy quien concibe Larios sin peatonalización. Hay que dar pasos porque la alternativa es no hacer nada.
–La noria. Ha dejado claro que tiene que desmontarse como paso previo a analizar un concesión.
–Tal cual. No he hablado con los empresarios de la noria pero lo que no puedo hacer es contradecir lo que me dicen los informes técnicos. Cuando me reúna con ellos les transmitiré eso. Eso es lo que se va a cumplir.
–La promotora de esta atracción viene apostando desde hace años por una noria fija, con una gran plaza. ¿Le ha dado tiempo a analizarlo?
–Es cuestión de estudiar la ubicación. Lo que no pueden pretender es meterse aquí, donde se hace el desembarco de los barcos de Melilla y Tánger, eso es imposible. No me opongo a un proyecto así, pero tiene que estar ubicado en un lugar donde no afecte a la operativa portuaria. Entiendo que con los años se ha convertido en una especie de icono de la ciudad y así lo aprecia mucha gente.
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