Carolina Cerezo, una guerrera frente al cáncer

Una malagueña de 25 años busca un tratamiento experimental para vencer el tumor raro que padece

Carolina Cerezo. / M. H.
L. G.

15 de mayo 2019 - 06:00

Málaga/Carolina Cerezo tiene 25 años y lleva dos luchando contra el cáncer. Confiesa que hay días en que su ánimo se derrumba. Entonces llama a Gloria, su hermana. “Nos pintamos las dos de guerreras y nos soñamos invencibles”, cuenta. Porque eso es Carolina, una guerrera frente al cáncer.

Ha pasado dos operaciones y va por su quinta hospitalización. Es malagueña, vecina de Puerta Blanca. Pero ahora está ingresada en el Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, luchando contra la enfermedad. Lanza un SOS porque dice que está dispuesta a probar algún tratamiento experimental. “Busco alguna vía que me permita seguir disfrutando de la vida. Sé que mi cura está ahí afuera. No me pienso rendir hasta que no agote todas las opciones”, advierte.

"No tiro la toalla, quiero probar todo lo posible. Tengo la esperanza de que algún tratamiento funcione”

Carolina sufre carcinomatosis peritoneal, que es un tumor metastásico. “No tiro la toalla, quiero probar todo lo posible. Quiero intentarlo todo. Tengo mucho apoyo de mi cirujano, que no va a dejar de luchar conmigo. No quiero pensar que no hay más puertas”, afirma en una entrevista telefónica con Málaga Hoy. Le tiembla un poco la voz y está a punto de llorar. Pero basta con preguntarle por su hermana para insuflarle confianza. “Es mi gran apoyo”, dice. Gloria tiene 39 años y es la otra guerrera. Junto a su madre ambas la acompañan en el hospital sevillano.

“Me costó aceptar el cáncer. No me gusta que se me vea como una persona enferma. Siempre he salido con una sonrisa, nunca me he derrumbado. No quiero dar compasión, pero pido ayuda por si hay un investigador que tenga una solución para mí. Tengo la esperanza de que algún tratamiento funcione”, manifiesta Carolina desde su habitación del Hospital Virgen del Rocío. Incluso la familia no descarta ir a otro país si existe una terapia para la joven.

“Es una pesadilla, pero no tiro la toalla”, afirma la joven malagueña. Todo comenzó en octubre de 2017. Hasta entonces, Carolina estaba estudiando Educación Infantil y ocasionalmente trabajaba como camarera. Un cuadro de fiebre, dolor de ovarios y abdomen hinchado la llevaron a Urgencias del Hospital Clínico. Fue operada de inmediato. Cuando empezaba a recuperarse llegaron los resultados de la biopsia: era un tipo de cáncer raro en el peritoneo del que sólo hay 39 casos en el mundo.

"Me sometería a algún tratamiento experimental. Tras tocar tantas puertas, alguna se tiene que abrir”

En enero de 2018 el tumor se había reproducido. “Tenía la barriga como la de una embarazada. Fue muy duro, se me vino el mundo encima”, recuerda Carolina.

Así que volvió a ingresar en el Hospital Clínico. Le pusieron un tratamiento de quimioterapia mediante pastillas. Tras el alta, tenía que seguir con la medicación. Empezó a mejorar y se le bajó la inflamación. Le hicieron una resonancia y un PET. “Yo me notaba mejor. Me dijeron que en las pruebas no se veía nada. Estaba con mi mente muy positiva y convencida de que lo había superado”, relata. Siguió con las pastillas. A principios del verano de 2018 volvió a trabajar y a salir con las amigas.

En agosto, un TAC de revisión reveló que el tumor había reaparecido. “Y me fastidió todo”, admite la joven. Pocos días después, volvió a ingresar en el Clínico. Era su tercer hospitalización. Le dieron un segundo tipo de pastillas quimioterápicas; otro tratamiento.

Nueva mejoría y vuelta a los estudios. Se apuntó al segundo curso de Educación Infantil. “Empecé otra vez a retomar mi vida normal. Quería creer que era el último tratamiento”, comenta Carolina.

Pero tras pedir una segunda opinión médica, llegó la segunda operación y el cuarto ingreso. Esta vez en el Hospital Virgen del Rocío. En una intervención de casi 12 horas, le extirparon el aparato reproductor y parte del digestivo. En enero le dieron el alta. Pero hace un par de semanas tuvo que volver a ser hospitalizada en Sevilla por una obstrucción intestinal y una recaída. “Yo me sometería a cualquier tratamiento experimental. Soy capaz de someterme a todo”, afirma. Incluso ha dirigido cartas a la prensa para que le ayuden en la búsqueda de algún tratamiento novedoso. Por eso concluye:“Después de tocar tantas puertas, alguna seguro que se tiene que abrir”.

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