El Cerro del Villar, uno de los sitios fenicios mejor conservados del extremo occidente del Mediterráneo

José Suárez, director de estos trabajos, asegura que los restos arqueológicos del siglo VIII a.C son los mejores conservados y los que tienen un mayor potencial para ser investigados

Inician trabajos de investigación en el Cortijo de las Mezquitas de Campillos

Los últimos resultados de las excavaciones mantienen que, en algunos sectores, el yacimiento conserva hasta más de un metro y medio de secuencia arqueológica.
Los últimos resultados de las excavaciones mantienen que, en algunos sectores, el yacimiento conserva hasta más de un metro y medio de secuencia arqueológica. / Paula Tejada
Paula Tejada

21 de julio 2022 - 15:57

Málaga/Un viaje al siglo VIII a.C. es a donde el Cerro del Villar traslada con sus excavaciones. Unos restos arqueológicos considerados un bien cultural y ubicados en terrenos públicos que se conocieron en los años 60. Actualmente, la Universidad de Málaga, desde mediados del año pasado, está trabajando en el terreno y ha podido abordar un Proyecto General de Investigación planteado a cuatro años.

El profesor del Departamento de Ciencias Históricas, José Suárez, es el encargado de dirigir las excavaciones, las cuales han permitido que se pueda delimitar el perímetro del yacimiento que se encuentra en el paraje natural de la desembocadura del río Guadalhorce. Suárez mantiene que la delimitación de la isla es diferente a la que se conserva, por ello asegura que su tamaño puede ser de unas ocho o nueve hectáreas aproximadamente, pero se tiene acceso a cuatro hectáreas y media. Asimismo, ha destacado también que cuatro de estas hectáreas a las que pueden acceder, estarían relacionadas con el aspecto urbano. Este dato ha hecho que los investigadores consideren que se podría estar ante un asentamiento que era una gran ciudad.

El investigador también insiste en que “sin duda estamos ante uno de los sitios mejor conservados y con mayor potencial para la investigación de un asentamiento fenicio del siglo VIII a.C. en la Península Ibérica”.

Entre los resultados que se han dado a conocer, el director de las excavaciones asegura que el trabajo de campo “ha permitido visibilizar el yacimiento que permanecía oculto a la ciudadanía”. Además, también han realizado una actividad de perforaciones geoarqueológicas del asentamiento, donde se han obtenido datos que van a permitir a los investigadores identificar la evolución que ha tenido el entorno del Cerro del Villar con el paso del tiempo desde su origen.

Por otro lado, también han realizado trabajos por georradar y prospecciones geomagnéticas que han hecho que se conozca que “en algunos sectores el yacimiento conserva hasta más de un metro y medio de secuencia arqueológica, lo que sin duda no solo es de gran interés científico, sino también de carácter patrimonial”.

También se ha descubierto que existe “un denso y complejo entramado urbano en este asentamiento fenicio arcaico”. En la zona sur también han aparecido, a partir de estas prospecciones geomagnéticas, unas construcciones que corresponden a un entorno productivo de la época romana, donde había una pequeña factoría de salazones.

En cuanto a la actividad económica, no han podido profundizar en ello durante la fase de prospección, pero los trabajos realizados por la profesora María Eugenia Aubet, arqueóloga y catedrática de Prehistoria de la Universidad Pompeu Fabra a partir de 1987, dejaban claro que las actividades económicas del asentamiento tenían que ver con la elaboración de conserva de pescado y salsas y se mantienen casi intactos los contenedores que servían para distribuir estos productos. Por otro lado, también han aparecido ánforas locales con semillas de uva que indican que el Cerro del Villar estaba comercializando los productos agrícolas que se producían en su entorno inmediato.

En este sentido, ha asegurado que a partir de los estudios que se han realizado han descubierto dos eventos que podrían ser las causas de que este asentamiento fenicio se destruyera. Por un lado, avanzan que de los estudios que han realizado han identificado un “evento muy potente de finales del siglo VIII y principios del siglo VII que habría acabado con el asentamiento y que se interpreta como una destrucción a partir de esas dinámicas de deforestación que llevaban casi un siglo activas”, según Suárez. El segundo evento se vincula con un episodio de destrucción de origen marino que ocurrió a finales del siglo VII y principios del siglo VI.

Esta primera fase de los trabajos realizados es el paso previo al inicio de la futura fase de excavación arqueológica en septiembre, que les permitirá acercarse al “conocimiento de un asentamiento fenicio en el que existan zonas con concentración de edificios públicos” y donde podrán identificar la organización interna de un núcleo urbano fenicio, zonas de talleres, la integración de diferentes poblaciones locales y otras comunidades, también el aprovechamiento de los recursos económicos y las características internas de lo que es un asentamiento fenicio del siglo VIII en la Bahía de Málaga.

Por su parte, José Ángel Narváez, rector de la Universidad de Málaga, ha destacado la importancia de estos trabajos y de las humanidades, ya que insiste en que “el futuro tecnológico de la sociedad no será bueno si no contemplamos las humanidades porque son las únicas que harán que la sociedad sea mejor”.

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